"A lo mejor he llegado al final"
Es uno de los narradores m¨¢s celebrados. Con 60 a?os, Auster confiesa que su imaginaci¨®n da se?ales de agotamiento. En Viajes por el Scriptorium, que acaba de publicarse en Espa?a, reflexiona sobre la vejez y la responsabilidad de crear personajes. Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes de Nueva York, conversa con uno de sus vecinos m¨¢s ilustres.
"Despu¨¦s de este libro no he empezado nada nuevo. Tengo algunas ideas, pero son muy vagas. Quiz¨¢ no haya m¨¢s novelas de Paul Auster"
"Los Estados Unidos se fundaron sobre presupuestos maravillosos, pero hay manchas negras que ensucian seriamente nuestra historia"
Acaba de cumplir 60 a?os, aunque aparenta 10 menos. Tiene barba de varios d¨ªas y un ligero resfriado que no le impide fumar, uno tras otro, los puritos holandeses a los que es adicto. Habla de su mujer, Siri Husvedt, que se encuentra cuando se realiza esta entrevista en Espa?a, para dar una conferencia sobre Goya en el Museo del Prado. Se muestra particularmente orgulloso de que hayan elegido su pel¨ªcula The inner life of Martin Frost para abrir el Festival de Nuevos Directores que organiza el MOMA, en el mes de marzo. No est¨¢ mal para alguien de mi edad, dice divertido el ¨²ltimo Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. Su ¨²ltima novela, Viajes por el Scriptorium (Anagrama), acaba de publicarse en Espa?a.
Pregunta. Hace un a?o, usted y yo nos encontr¨¢bamos exactamente aqu¨ª, en esta habitaci¨®n. Yo le pregunt¨¦ por el libro que iba a escribir despu¨¦s de Brooklyn Follies, y usted habl¨® de la imagen que desencaden¨® Viajes por el Scriptorium. ?Qu¨¦ ha pasado entre entonces y ahora?
Respuesta. Como le dije entonces, todo empez¨® con la visi¨®n de un anciano que est¨¢ sentado al borde de la cama, con las manos en las rodillas, mirando al suelo. Enseguida me di cuenta de que aquel anciano pod¨ªa ser yo mismo, dentro de veinte o treinta a?os, y desde el momento en que se me aloj¨® esa idea en el cerebro me puse a pensar en un libro que, un a?o despu¨¦s, ha visto la luz. La idea subyacente es la de un escritor obsesionado por todos los personajes a los que ha dado vida a lo largo de los a?os, en todas las novelas que ha escrito. Crear personajes no es una acci¨®n gratuita, es algo que entra?a una responsabilidad, y eso es lo que abordo en la novela. ?Qu¨¦ significa dar vida a un ente de ficci¨®n? Lo parad¨®jico, creo yo, es que, si el libro que se escribe es bueno, las criaturas imaginarias est¨¦n destinadas a tener una vida mucho m¨¢s larga que la de su creador. Hay m¨¢s. Pese a su brevedad, Viajes en el Scriptorium es una historia bastante complicada. Por una parte, es una pesadilla, pero tambi¨¦n se puede leer como una alegor¨ªa o par¨¢bola pol¨ªtica.
P. La novela es un viaje al pasado en varios sentidos. En primer lugar, es una recuperaci¨®n de la memoria personal, pero tambi¨¦n una indagaci¨®n acerca del pasado hist¨®rico de su pa¨ªs. ?Qu¨¦ le hizo interesarse por la Confederaci¨®n y por la suerte que corrieron los nativos amerindios?
R. Al escribir ten¨ªa en mente dos momentos hist¨®ricos distintos. Uno es el presente. Es dif¨ªcil obviar ciertas acciones del Gobierno americano actual y c¨®mo influyen en los acontecimientos del mundo. Estoy pensando en la pr¨¢ctica llamada actuaci¨®n extraordinaria, una de las cosas m¨¢s espantosas que jam¨¢s ha hecho mi pa¨ªs, y que consiste en que hay agentes norteamericanos que detienen a sospechosos de terrorismo y los mandan a otros pa¨ªses para que los interroguen y torturen. La situaci¨®n de mi protagonista es muy parecida, en el sentido de que no tiene la menor idea de d¨®nde est¨¢ ni por qu¨¦ se encuentra en esa situaci¨®n. En cuanto el pasado de mi pa¨ªs... Hablando claro, los Estados Unidos se fundaron sobre presupuestos maravillosos, pero hay manchas negras que ensucian seriamente nuestra historia desde sus or¨ªgenes. Hay dos episodios capitales, el exterminio (o intento de exterminio) de los ind¨ªgenas, y la esclavitud. Esas dos lacras siguen proyectando su sombra sobre el presente.
P. ?C¨®mo se le ocurri¨® poner de protagonista a un anciano que ha perdido la memoria?
R. El otro gran tema del libro es la vejez. La situaci¨®n que vive mi protagonista la comparte much¨ªsima gente con la que convivimos. Los ancianos son seres muy fr¨¢giles. Se los env¨ªa al asilo, obviando su fragilidad. Son seres confundidos, les falla la memoria, no saben d¨®nde est¨¢n, no entienden bien qu¨¦ les sucede, est¨¢n indefensos. Se trata de algo muy com¨²n, pero olvidado, y yo quise abordar eso en mi historia.
P. Entre los personajes que se le ir¨¢n apareciendo a mister Blank, el primero, y uno de los m¨¢s atractivos es Anna Blume, la protagonista de El pa¨ªs de las ¨²ltimas cosas. Parece que usted siente particular debilidad por ella. ?Qu¨¦ representa?
R. Es uno de los primeros personajes que cre¨¦. Empec¨¦ a escribir su historia cuando yo era muy joven, a los 21 a?os, s¨®lo que tard¨¦ much¨ªsimos a?os en dar con la manera de escribir El pa¨ªs de las ¨²ltimas cosas. Anna Blume es el personaje con el que he convivido m¨¢s tiempo. Me ha acompa?ado a lo largo de toda mi carrera, y es el que siento m¨¢s pr¨®ximo a m¨ª, y lo mismo le ocurre a mister Blank. Anna, a pesar de todo lo que ha sufrido, porque as¨ª lo ha decidido la imaginaci¨®n de su creador, se siente muy pr¨®xima a ¨¦l.
P. ?Y c¨®mo se le fue apareciendo el resto de los personajes a mister Blank? ?O deber¨ªa decir a Paul Auster?
R. Fue un proceso inconsciente. Se me aparec¨ªan sin que los llamara. Empec¨¦ el libro sin tener ning¨²n plan preestablecido. Ni siquiera ten¨ªa la certeza de que lo que estaba haciendo fuera a acabar siendo un libro. Las cosas fueron surgiendo espont¨¢neamente. Estaba probando ideas, pero una cosa llev¨® a la otra.
P. ?Se siente satisfecho del resultado?
R. No lo s¨¦. Cuando acabo un libro, nunca me siento demasiado satisfecho. Pero responde a lo que quer¨ªa hacer, una vez que consegu¨ª entenderlo, para bien o para mal.
P. Algunos cr¨ªticos han dicho que es un libro muy austeriano: elegantemente escrito, con brillantes juegos metaficticios, pero que en realidad no a?ade nada nuevo a lo que ya nos hab¨ªa dado Paul Auster.
R. Ha habido divisi¨®n de opiniones, pero eso me ha pasado desde que publiqu¨¦ mi primer libro. Hay gente que detesta lo que hago y gente a la que le encanta. No hay nada que pueda hacer yo. Tengo que aceptarlo.
P. En un momento de la historia, casi sin venir a cuento, alguien cuenta un chiste. ?No resulta un tanto gratuito? ?Por qu¨¦ se le ocurri¨® introducir algo as¨ª?
R. Bueno, de pronto Blank recuerda una conversaci¨®n con Fogg, el personaje de El palacio de la luna, que es quien cuenta el chiste. Pero no es una incorporaci¨®n gratuita. No s¨¦ si se ha fijado en que el libro est¨¢ dedicado al padre de mi esposa. Muri¨® hace tres a?os, y yo ten¨ªa una relaci¨®n muy estrecha con ¨¦l. Fue ¨¦l quien me cont¨® el chiste, y lo incorpor¨¦ como homenaje a ¨¦l.
P. ?Puede hablar un poco de la voz narrativa? Empieza utilizando la primera persona del plural, y hacia el final cambia al singular, ?por qu¨¦ lo hace? ?Se trata de una venganza orquestada por los personajes?
R. As¨ª es. La primera persona del plural es la voz colectiva de todos los personajes que ha creado mister Blank, que se confabulan contra ¨¦l. Al final descubrimos que hay un personaje en particular que toma la iniciativa, pero no puedo decir por qu¨¦, porque entonces estropeo la novela a quien no la ha le¨ªdo.
P. Usted reserva la aparici¨®n de Daniel Quinn, personaje de la Trilog¨ªa de Nueva York, para el final. ?Quiere eso decir que Viajes por el Scriptorium es una suerte de regreso a los or¨ªgenes, una especie de recapitulaci¨®n de toda su obra?
R. Es posible... Reconozco que es una decisi¨®n un tanto extra?a. La verdad es que cuando termin¨¦ Brooklyn Follies no las ten¨ªa todas conmigo. Ten¨ªa dudas acerca de mi capacidad para escribir otra novela.
P. ?Por qu¨¦? ?Es que no se encuentra en buena forma su imaginaci¨®n?
R. La verdad es que no lo s¨¦. En estos momentos muestra signos de agotamiento. He trabajado demasiado ¨²ltimamente. Escrib¨ª el gui¨®n de una pel¨ªcula que se va a estrenar en marzo. Despu¨¦s de Viajes por el Scriptorium, no he empezado nada nuevo. Ojal¨¢ pueda seguir escribiendo. Tengo algunas ideas, pero son muy vagas. Qui¨¦n sabe, a lo mejor he llegado al final. Quiz¨¢s no haya m¨¢s novelas de Paul Auster. No lo s¨¦. Ojal¨¢ no sea as¨ª, pero en este momento no puedo asegurarle nada.
Babelia
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