V¨¦rtigo en Anfield

Al Barcelona no le queda m¨¢s remedio que atacar hoy al Liverpool en el m¨ªtico Anfield por temeraria que pueda sonar la afrenta. M¨¢s que una declaraci¨®n de guerra en uno de los estadios m¨¢s sagrados del f¨²tbol, se trata de una necesidad que, a fin de cuentas, le viene bien al equipo azulgrana, acostumbrado a apuntar hacia la porter¨ªa contraria. Nadie se sonroja cuando Xavi proclama: "Necesitamos tres goles". Y hasta Gerrard, el capit¨¢n red, responde: "Aguardamos a un rival explosivo".

No se duda de la capacidad goleadora barcelonista incluso en una cancha de dificultad m¨¢xima, sino que se cuestiona su dificultad para administrar el marcador y gestionar el tiempo del partido porque nunca fue ventajista. La fragilidad azulgrana ha sido manifiesta en encuentros m¨¢s sencillos, como ocurri¨® en el Camp Nou (1-2), donde cedi¨® dos goles muy tontos que emborronaron la magn¨ªfica jugada con la que se arranc¨®. A la que se cruza con la adversidad, el Bar?a cede de manera sobrecogedora.

Acab¨® mal un partido que empez¨® muy bien en Zaragoza y se perdi¨® al final en Sevilla despu¨¦s de un inicio ganador. As¨ª que su fiabilidad es dudosa, sobre todo cuando se enfrenta a adversarios de empaque (suma diez derrotas: Madrid, Valencia, Chelsea, Internacional de Porto Alegre, Zaragoza, Liverpool y, por dos veces, Espanyol y Sevilla) y se bate en campo ajeno (acumula siete partidos de la Liga espa?ola sin ganar). Y ya se sabe que en Anfield s¨®lo ganan el Arsenal en la Copa inglesa y el Manchester United en la Liga.

Aunque el Benfica le elimin¨® el curso pasado en el santuario ingl¨¦s, el Liverpool conf¨ªa en el factor campo para defender su continuidad en el ¨²nico trofeo que puede ganar. Rafa Ben¨ªtez qued¨® tan contento en la ida que se plantea repetir la alineaci¨®n. "S¨®lo hay que jugar con un 15% de determinaci¨®n m¨¢s", avisa Gerrard; "intentar conservar el gol de ventaja ser¨ªa un suicidio". Los jugadores apelan a la ¨¦pica y el entrenador a la ciencia: "Ya conocemos todas las variantes t¨¢cticas del Bar?a".

El Liverpool, consecuentemente, jugar¨¢ con coraje y tambi¨¦n con organizaci¨®n a fin de imponer su juego contundente despu¨¦s de desactivar al adversario. Fuertes f¨ªsicamente, los reds forman un equipo excelente en las acciones de estrategia, las segundas jugadas y los balones divididos.

Tienen todo cuanto le hace falta al Bar?a, muy est¨¦tico, menos calculador y m¨¢s creativo porque, a diferencia de Ben¨ªtez, Frank Rijkaard propicia que sus jugadores tomen la iniciativa. A los azulgrana les conviene un partido t¨¦cnico, r¨¢pido y valiente. El 3-4-3, con los centrocampistas dispuestos en rombo, como ya ocurri¨® en La Romareda, parece imponerse al 4-3-3 de costumbre o al 3-4-3 en l¨ªnea de Sevilla. "Hay que ser ambiciosos y, al tiempo, no cometer errores", subraya Deco, un jugador capital en los partidos extremos como el que esta noche se plantea.

Habitualmente desconcertante, el Bar?a necesitar¨¢ ser hoy un equipo de juego intenso y continuo, sin picos, especialmente veloz en la circulaci¨®n de la pelota. Necesita una actuaci¨®n de v¨¦rtigo en un estadio que provoca p¨¢nico. La recompensa, en cualquier caso, supone disponer de una tarjeta de cr¨¦dito. No hay campo en el que las victorias sepan mejor que las alcanzadas en Anfield. La cancha del Liverpool es puro romanticismo.