Con alcohol y sin ley

Desde el martes 20 de febrero, estamos con alcohol y sin ley. Ese d¨ªa empez¨® la ma?ana con evidencias claras de que el alcohol da?a el cerebro adolescente, en un entorno en el que padres y madres destacan su posici¨®n favorable a prohibir la venta de cualquier tipo de bebida alcoh¨®lica a menores de 18 a?os en cualquier lugar. A media tarde, el Ministerio de Sanidad y Consumo interrumpe la tramitaci¨®n del proyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol entre menores. Y ya por la noche, se cierra el d¨ªa con una fiesta de cumplea?os en Los Serrano con j¨®venes bebiendo alcohol... Cu¨¢ntas contradicciones en un solo d¨ªa.

Existen, sin embargo, evidencias cient¨ªficas muy claras:

1. El 65,6% de los menores entre 14 y 18 a?os bebe alcohol en Espa?a, seg¨²n la encuesta nacional de salud. La edad de inicio en el consumo est¨¢ en 13,7 a?os.

El vino lleva alcohol, m¨¢s que la cerveza y menos que el whisky, pero todo es alcohol, y lo que cuenta es el total ingerido

2. La ¨²ltima encuesta sobre alcohol y drogas en Espa?a pone de manifiesto que el 30,9% de j¨®venes entre 15 y 34 a?os ha sufrido episodios de embriaguez. Alrededor de 700.000 adolescentes se emborrachan cada mes.

3. El alcohol provoca da?os en el cerebro en desarrollo de los adolescentes. Las personas que tienen un gran consumo de alcohol a una edad temprana corren peligro de convertirse en alcoh¨®licas, ya que un 47% de quienes comienzan a beber alcohol antes de los 14 a?os desarrolla una dependencia en alg¨²n momento de su vida. El consumo excesivo del alcohol en la adolescencia entra?a consecuencias cognitivas a largo plazo y un trastorno en algunas zonas del cerebro esenciales para el autocontrol, la motivaci¨®n y la fijaci¨®n de metas.

Pero los y las adolescentes consideran el consumo de alcohol como una pr¨¢ctica "normal" y bien vista, asociada a hacerse mayor, integrarse en el grupo de iguales, y conseguir ¨¦xito social y sexual. Lo interpretan como un elemento distintivo de madurez, necesario para su integraci¨®n social. No lo perciben como un riesgo para su salud. La pr¨¢ctica de beber est¨¢ ligada a una de las principales actividades de ocio de muchos adolescentes: salir los fines de semana.

Asimismo, los padres y madres expresan preocupaci¨®n y temor al ver que los adolescentes empiezan a beber alcohol cada vez m¨¢s pronto, en medio de un consumismo sin freno.

Analizando todo ello, es evidente que el alcoholismo es un problema sanitario y social que hay que combatir con inteligencia y contundencia, y que hay que prevenir especialmente en la infancia y la adolescencia, tal como planteaba la ley. Tambi¨¦n es evidente que el vino lleva alcohol, m¨¢s que la cerveza y menos que el whisky, pero todo es el mismo alcohol, y lo que cuenta es el total ingerido, venga de donde venga.

Por tanto, el cumplimiento de la normativa, desarrollar medidas pedag¨®gicas y educativas, educar a los j¨®venes en h¨¢bitos saludables, en valores y en la libertad de elegir conociendo las consecuencias, promover la coordinaci¨®n entre padres y profesorado, y fomentar otro tipo de opciones de vida aparte de la diversi¨®n exclusivamente por el consumo de alcohol son aspectos fundamentales para promover una juventud m¨¢s saludable.

Para ello es preciso avanzar tambi¨¦n en el control de la publicidad directa y tambi¨¦n en la indirecta o encubierta. La realidad actual es muy distinta; un ejemplo de ello lo pudimos ver ese martes 20 de febrero, a las diez de la noche, en Tele 5, en la serie Los Serrano, que vieron casi cuatro millones de telespectadores. En la nueva temporada de la serie, que comenz¨® el martes 9 de enero, la taberna es un punto de encuentro y de referencia para los personajes, y por eso se celebr¨® en ella una fiesta de cumplea?os donde el alcohol fue parte importante de la celebraci¨®n, con cerveza, champ¨¢n, chupitos, licores, borracheras...

Para conseguir una juventud m¨¢s saludable es necesario, desde el punto de vista de la promoci¨®n de la salud, abordar el cambio en determinados estilos de vida. Si la ley sobre el tabaco ha conseguido en un a?o de aplicaci¨®n disminuir el consumo, lo que significa menos enfermedad y menos muertes prematuras tanto en el presente como en el futuro, con la paralizaci¨®n de la ley de medidas sanitarias para la protecci¨®n de la salud y la prevenci¨®n del consumo de bebidas alcoh¨®licas por menores creemos que nos metemos en el "colosal disparate" de ensalzar el consumo de alcohol, en lugar de avanzar en educar para la salud y, con ello, salvar vidas.

Joan Carles March y Mar¨ªa ?ngeles Prieto son profesores del grupo de ciudadan¨ªa y comunicaci¨®n de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica.