La ciudad en femenino
Arquitectas, actrices, directivas, estudiantes, taxistas, inmigrantes... Cien mujeres cuentan en una exposici¨®n c¨®mo se relacionan con la urbe
La primera mujer espa?ola que se licenci¨® en Arquitectura -en 1936, en los albores de la Guerra Civil- plantea a sus 94 a?os cuestiones que a unos cuantos, hoy, les parecer¨¢n subversivas: "Ser mujer era que nos pudi¨¦ramos ganar la vida por nosotras mismas, sin tener que depender de un hombre o de un matrimonio. Una mujer, mientras no tenga independencia econ¨®mica, no tendr¨¢ libertad". Matilde Ucelay naci¨® en 1912 y logr¨® el Premio Nacional de Arquitectura en 2004. Ahora, desde una residencia donde pasa el oto?o de su vida, es la decana de la exposici¨®n Espa?a [f.] Nosotras las ciudades, en la Arquer¨ªa de Nuevos Ministerios, en Madrid, abierta hasta el 30 de abril, una muestra que estuvo en el pabell¨®n espa?ol de la pasada Bienal de Venecia. En ella, 100 mujeres cuentan su relaci¨®n con la ciudad, sus amores y desamores con el entorno. El elenco es de lo m¨¢s diverso: hay arquitectas, galeristas, una taxista, una ni?a, una ciega, una okupa, la directora de marketing de Loewe, periodistas, inmigrantes...
Alrededor de la muestra, y coincidiendo con el D¨ªa Internacional de la Mujer, que se celebra ma?ana, hay otras actividades en Madrid: la Filmoteca acoge el ciclo ?frica y las mujeres; habr¨¢ encuentros en el Instituto Cervantes, conciertos en el Auditorio Nacional y una muestra fotogr¨¢fica de la camerunesa Etoundi Essamba en el C¨ªrculo de Bellas Artes.
Manuel Blanco, comisario de la exposici¨®n Espa?a [f.], pens¨® en una opci¨®n transgresora. "De la ciudad y de su construcci¨®n no s¨®lo se puede hablar desde la arquitectura, sino desde todos los sectores", explica. "Y pens¨¦ que lo transgresor era darles voz. Lo importante son las gentes, y entenderlo as¨ª permite comprender el entramado complej¨ªsimo de la ciudad para poder actuar. Sobre todo cuando Google u otros medios informativos nos permiten a todos traspasar los l¨ªmites de lo local e imaginar otra ciudad".
El montaje de la exposici¨®n es sencillo. Como si no quisiera estorbar la potencia de los testimonios. Cada protagonista habla de c¨®mo vive la ciudad. Mirando poderosamente a los ojos del espectador.
- Oliva Arauna, galerista. "Nunca he sido partidaria de las exposiciones de g¨¦nero, pero en este momento no pienso as¨ª. No valoro tanto que todas seamos mujeres, sino gentes de distintos sectores que viven la ciudad. Y puede ser que las mujeres tengamos m¨¢s los pies en la tierra, esa cotidianidad m¨¢s ajena a los hombres, pero no le doy mayor importancia".
- Blanca Lle¨®, arquitecta. Autora del edificio Mirador de San Chinarro (Madrid). "La ciudad para m¨ª es comunicaci¨®n y, por tanto, crear nuevos barrios residenciales es promover desde el tejido residencial una nueva manera de entender la ciudad. La manzana cerrada es una manzana aislada, autista, produce un mundo peque?o de islas que no crea interrelaciones. Por eso nuestra investigaci¨®n, desde el principio, es romper la manzana".
- Dolores Robles, trabajadora de ONCE. "Perd¨ª la vista poco a poco y me iba dando cuenta de las limitaciones que iba teniendo. No s¨¦ ni c¨®mo pod¨ªa pasar por una acera en la que hay un coche, un contenedor, una moto... los esquivas sin pensarlo. Segu¨ª perdiendo vista y me chocaba cada vez m¨¢s. Desde que la perd¨ª del todo me tienen que ayudar. Pero todo esto es una cuesti¨®n no s¨®lo arquitect¨®nica, sino social, que nos implica a todos".
- Izaskun Chinchilla, arquitecta. A partir de su proyecto de 1.800 viviendas en Hell¨ªn (Albacete), divide la ciudad en tres espacios: "Uno, la ciudad sostenible; otro, ligado a los usos habituales del espacio verde; y el tercero, la aspiraci¨®n de todo ciudadano que se va al campo, que ser¨ªa la soledad. Entonces, hemos recurrido a un esquema que concilia los tres en una definici¨®n de arquitectura que yo dir¨ªa m¨¢s abierta al futuro y m¨¢s deseable".
- Carmen Maura, actriz. "Pues qu¨¦ quer¨¦is que os diga de Madrid. Yo recuerdo todav¨ªa cuando por debajo de mi casa pasaban carros con burros, y ahora han aparecido todos los rascacielos. Hay barrios en sitios donde era campo, pero sigue siendo mi ciudad, y en la que m¨¢s me gusta vivir. Sobre todo por la gente que vive aqu¨ª, que somos muy acogedores. Pero a veces siento que los madrile?os estamos un poquit¨ªn maltratados, todos ten¨ªan sus fiestas y nosotros, no... Madrid era una ciudad que estaba siempre mezclada de gente de todas las provincias. Ahora ya parece que est¨¢ cogiendo un poco de personalidad, y quiero envejecer en Madrid".
- Mar¨ªa Rubert de Ventos, urbanista. "En Barcelona hemos tenido la suerte de contar con dos muy buenos planes. Uno en 1856, de Cerd¨¢, que dibuj¨® una nueva Barcelona, y otro en el siglo XX, con Sert y Torres Clav¨¦, que multiplic¨® la ciudad y puso al d¨ªa el plan anterior. Barcelona tiene una condici¨®n litoral, y es esa vocaci¨®n de ciudad extendida a lo largo del mar lo que debemos apoyar y reforzar. Hace falta un dibujo general de la ciudad. Hace falta saber hacia d¨®nde queremos ir para que las cosas se puedan integrar".
- Patricia Ferrer, propietaria de Cock (Madrid). "Es un bar que lleva desde 1921, y con nosotros, 20 a?os. Nos conocen en Nueva York, Londres, en Arco batimos todos los r¨¦cords con los galeristas y pintores. El sitio es m¨¢gico porque tiene cinco metros de altura, todo maderas y la decoraci¨®n de 1921. Es uno de los pocos sitios que quedan en Madrid que son bares desde hace tanto tiempo y nos protegen todos los fantasmas de la gente que ha pasado por all¨ª".
- Mar¨ªa Arnau, escolar. Tiene cinco a?os. "A m¨ª la ciudad que m¨¢s me gusta es... pues Albacete, donde vivo. Es muy bonita la calle, tiene edificios muy bonitos. El colegio est¨¢ muy cerca de casa, el parque tambi¨¦n. Es con una fuente muy bonita, que antes estaba con sus rosas as¨ª levantada, y ahora con unos chorros. Son bonitos y se encienden por la noche, pero por el d¨ªa est¨¢n apagados".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.