Un jurado declara al 'n¨²mero dos' de Cheney culpable de obstruir a la justicia
Lewis Libby se enfrenta a 25 a?os de c¨¢rcel por dificultar la investigaci¨®n sobre el 'caso Plame'
Lewis Scooter Libby, el ayudante del vicepresidente Dick Cheney, que se ha convertido en s¨ªmbolo de la campa?a de propaganda para justificar la guerra de Irak, fue declarado ayer culpable de obstrucci¨®n a la justicia y de otros delitos en el caso Plame, por los que podr¨ªa ser condenado hasta con 25 a?os de prisi¨®n. Es un duro veredicto que, indirectamente, representa tambi¨¦n una fuerte condena a la conducta del propio Cheney, del presidente George W. Bush y de toda una Administraci¨®n estadounidense que crey¨® estar por encima de la ley para sacar adelante sus planes militares.
Libby es, en realidad, un funcionario de segundo nivel en la Administraci¨®n, y s¨®lo ¨¦l tendr¨¢ que pagar por su conducta. Pero si este proceso, concluido ayer despu¨¦s de dos semanas de deliberaciones del jurado, ha cautivado la atenci¨®n de Washington durante meses y ha trascendido como uno de los juicios pol¨ªticos m¨¢s importantes que se recuerda, es porque, en buena medida, se juzgaba tambi¨¦n la estrategia de intoxicaciones y verdades a medias que sirvi¨® para empezar la guerra de Irak.
S¨®lo Libby pagar¨¢, no obstante. Y, probablemente, un precio muy alto, casi seguro con una pena de prisi¨®n. El ayudante de Cheney fue hallado culpable del delito de obstrucci¨®n a la justicia, por lo que podr¨ªa ser condenado a un m¨¢ximo de 10 a?os, y de dos delitos de falso testimonio y otro de perjurio, que podr¨ªan elevar su pena hasta los 25. Libby s¨®lo ha sido hallado inocente de uno de los delitos de falso testimonio por los que se le juzgaba. Tras conocer el veredicto, Cheney dijo en un comunicado que se sent¨ªa "muy decepcionado" con la decisi¨®n. "Scooter sirvi¨® a nuestra naci¨®n incansablemente y con gran distinci¨®n durante muchos a?os", a?adi¨®.
Despu¨¦s de lo que parece haber sido un cuidadoso y pormenorizado trabajo, el jurado no ha aceptado los argumentos de la defensa de Libby de que ¨¦ste simplemente estaba demasiado ocupado en asuntos de gran responsabilidad como para recordar si hab¨ªa mantenido conversaciones en las que habr¨ªa desvelado el nombre de una agente de la CIA.
?se ha sido el eje central del juicio. Libby habr¨ªa sido un protagonista principal en la campa?a de la Administraci¨®n para desprestigiar a Joseph Wilson, un diplom¨¢tico experto en ?frica a quien la CIA envi¨® a N¨ªger en 2002 en busca de pruebas que demostrasen que Sadam Husein hab¨ªa tratado de comprar uranio enriquecido en N¨ªger. El Gobierno de EE UU lo dio por hecho y lo utiliz¨® en su campa?a contra Sadam. Pero lo cierto es que Wilson no encontr¨® nada, y as¨ª lo escribi¨® despu¨¦s en un art¨ªculo en The New York Times.
Tras la publicaci¨®n de ese art¨ªculo, varios funcionarios de la Administraci¨®n -Libby, de forma ahora probada- se pusieron en contacto con periodistas para desacreditar a Wilson. Para ello, Libby no dud¨® en utilizar un argumento tan delicado como el de descubrir que la esposa de Wilson, Valerie Plame, era agente de la CIA.
Varios periodistas acabaron identificando a Libby como la persona que les descubri¨® la identidad de Valerie Plame. Al mencionar que Plame trabajaba para la CIA, el Gobierno trataba de dar la impresi¨®n de que Wilson hab¨ªa sido enviado a N¨ªger por nepotismo, y no por sus verdaderas cualidades para investigar la situaci¨®n.
La defensa de Libby siempre crey¨® que su cliente no podr¨ªa ser acusado por no poder recordar algunas de las decenas de conversaciones trascendentes que manten¨ªa a diario en aquellos dif¨ªciles a?os. De hecho, ni Cheney ni el propio Libby fueron citados a comparecer como testigos de la defensa.
Esta estrategia, en ¨²ltima instancia, se ha probado incorrecta. El jurado ha cre¨ªdo que Libby ha mentido, que actu¨® para sembrar una calumnia y que luego trat¨® de enga?ar a los investigadores. A¨²n tardar¨¢ en saber su condena -se espera para principios de junio- y le queda a¨²n el recurso a otro tribunal -que los expertos anticipan muy dif¨ªcil de ganar-, pero de momento se le han tomado las huellas digitales y la foto de rigor. El golpe para este carism¨¢tico personaje y para sus se?alados jefes es mayor de lo que se esperaba.
PERJURIO Y FALSO TESTIMONIO
Libby ha sido declarado tambi¨¦n culpable de dos delitos de falso testimonio y otro de perjurio
El juicio concluye despu¨¦s de dos semanas de deliberaciones del jurado
El veredicto representa una fuerte condena
a la conducta de Bush
y de Cheney
Nadie ha sido acusado de la revelaci¨®n del nombre de la agente
de la CIA Valerie Plame
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