Mosc¨² investiga el envenenamiento por talio de dos estadounidenses

Dos ciudadanas estadounidenses de origen ruso est¨¢n hospitalizadas en Mosc¨² intoxicadas con talio, un metal que se usa como raticida y que han utilizado los servicios secretos de varios pa¨ªses con fines criminales. La polic¨ªa investiga si se trata de un envenenamiento premeditado. Las autoridades no se explican qui¨¦nes querr¨ªan asesinar a las mujeres, que viajaron a Rusia para una boda. Pero tras el asesinato del ex esp¨ªa ruso Alexander Litvinenko, cualquier envenenamiento despierta sospechas.

Marina Kovaletsky, de 49 a?os, y su hija Yana, de 25, hab¨ªan llegado a Mosc¨² desde Los ?ngeles a mediados de febrero. Se hospedaron en un hotel moscovita. Cuando sintieron fuertes dolores de est¨®mago, se dirigieron al Centro M¨¦dico Estadounidense, de donde fueron enviadas al hospital Sklifosovski. No ten¨ªan ninguna infecci¨®n ni se hab¨ªan intoxicado con comida: el culpable era el talio. Esta sustancia tiene numerosos usos y antes era conocida como veneno para ratas y hormigas. Su uso como raticida est¨¢ prohibido en muchos pa¨ªses, ya que, adem¨¢s de ser altamente t¨®xico, es cancer¨ªgeno.

La polic¨ªa investiga los caf¨¦s y restaurantes donde las mujeres comieron y todos los lugares que visitaron, as¨ª como las personas con las que contactaron. Pero las Kovaletsky pudieron ser envenenadas cuando a¨²n estaban en EE UU o en el avi¨®n. Los rusos no descartan pedir ayuda a sus colegas norteamericanos si no encuentren en Mosc¨² la fuente del envenenamiento.

La intoxicaci¨®n con talio es especialmente peligrosa porque sus primeros s¨ªntomas pueden hacer pensar que se trata de una gripe. Despu¨¦s, entre otras manifestaciones, provoca la ca¨ªda del pelo. Precisamente esa circunstancia hizo pensar en su momento que hab¨ªan utilizado esta sustancia para envenenar a Litvinenko en Londres. Incoloro, inodoro e ins¨ªpido, se ha hecho popular como arma letal entre asesinos y servicios secretos.

Mientras, la fiscal¨ªa rusa ha abierto una causa penal por la muerte del periodista Iv¨¢n Safr¨®nov, que cay¨® el pasado fin de semana desde el quinto piso de su casa. La polic¨ªa cree que se suicid¨®, mientras que sus amigos y colegas dicen que no ten¨ªa ninguna raz¨®n para ello.

Safr¨®nov, que hab¨ªa servido en las fuerzas especiales, ten¨ªa excelentes contactos con los militares, y sus noticias en m¨¢s de una ocasi¨®n provocaron la furia de los servicios de seguridad rusos, que trataron, sin ¨¦xito, de juzgarle por revelar secretos de Estado. En el momento de su muerte estaba preparando un art¨ªculo sobre contratos firmados por Rusia para vender armamento a Ir¨¢n y Siria, y otro sobre el suministro a esos pa¨ªses de armas por parte de Bielorrusia.