Amaya, una gr¨²a y 50 obreros
S¨®lo el 6% de los empleados de la construcci¨®n son mujeres, unas 18.000. De ellas, 1.000 est¨¢n en el andamio
Amparo Cuenca, de 31 a?os, se enfrent¨® un d¨ªa a uno de los obreros que ten¨ªa a su cargo porque ¨¦ste le silb¨®, primero a ella, y luego a una chica que pasaba por debajo del andamio. "Aqu¨ª se viene a trabajar, y si no te largas", le solt¨® Amparo, que hasta el mes pasado trabajaba como ayudante de obra en distintas promociones de viviendas. Ahora sigue en la construcci¨®n, pero en oficina.
A 25 metros de altura, metida dentro de una cabina, otra mujer, Amaya Aguilar, maneja desde las ocho de la ma?ana una gr¨²a enorme con la que mueve el material necesario para la construcci¨®n de 48 chal¨¦s en Majadahonda. Amaya es ¨²nica en una obra con 50 varones.
En la otra punta de la regi¨®n, en Fuenlabrada, Manoli Miranda y Mari Paz Monje se ponen el mono de trabajo y se dirigen a hacer una reparaci¨®n en una casa. Ellas son las ¨²nicas trabajadoras de su propia empresa de reformas, ?apas.com, y cuando tienen ¨¦pocas con mucha carga de trabajo s¨®lo contratan a chicas.
Hace cinco a?os no hab¨ªa ninguna mujer a pie de obra, seg¨²n CC OO. Hoy son 1.000
"A algunos les das una orden y te miran como diciendo: '?Pero qu¨¦ me est¨¢s contando?"
Las cuatro -Amparo, Amaya, Mari Paz y Manoli- son algunas de las escasas mujeres empleadas en la Comunidad de Madrid en la construcci¨®n. Hoy se celebra el D¨ªa Internacional de la Mujer y los datos del sindicato CC OO aseguran que, de un total de 300.000 empleados en el sector del ladrillo, s¨®lo 18.000 son mujeres (un 6%).
Por segmentos, la mayor¨ªa est¨¢ trabajando en la parte administrativa-comercial (12.000); en el nivel t¨¦cnico-directivo hay 5.000 -por ejemplo, aparejadoras- y en el tajo la cifra se reduce a 1.000 empleadas. "No hay mujeres en el andamio. Las que est¨¢n en el tajo son jefas de obra; directoras de calidad...", explica el secretario general de la Federaci¨®n de Construcci¨®n de CC OO-Madrid, Gerardo de Gracia.
Pero poco a poco, tambi¨¦n se han ido incorporando al tajo montadoras de pladur, ferrallistas o gruistas como Amaya Aguilar, que tiene 39 a?os y estudi¨® Ingenier¨ªa T¨¦cnica Industrial. Ella no cree en el corporativismo femenino en la obra. "Me he cruzado con alguna mujer en alg¨²n tajo, pero te saludas y nada m¨¢s. Normalmente, no est¨¢s en la misma cuadrilla y as¨ª es dif¨ªcil hacer amistades", explica con el casco puesto, en el solar de Majadahonda donde trabaja. Ella casi nunca tiene que hacer esfuerzo f¨ªsico. "Es un trabajo en el que se necesita coordinaci¨®n y cabeza", dice.
A su alrededor hay varios hombres moviendo tablones entre el polvo, la mayor¨ªa inmigrantes. "Al principio se me hac¨ªa un poco raro tenerla aqu¨ª, pero ya la miro como si fuese un hombre", afirma un obrero. Amaya asegura que nunca ha tenido ning¨²n problema de machismo: "No soy exactamente una jefa, pero s¨ª que soy una organizadora del trabajo y me respetan".
Bel¨¦n Collada, arquitecta de 29 a?os que trabaja haciendo mediciones en el tajo, opina igual: "Cuando entr¨¦ a la obra no pens¨¦ que fuese a ser as¨ª, pero nunca he o¨ªdo un mal comentario por ser mujer".
En cambio, Amparo Cuenca, ingeniera t¨¦cnica industrial y que ha sido ayudante de obra hasta hace unas semanas, s¨ª que se ha encontrado con trabajadores machistas entre las cuadrillas que ha tenido a su cargo. "Muchos son inmigrantes y por su cultura son muy machistas. A alguno le das una orden y te mira como diciendo: '?pero qu¨¦ me est¨¢s contando?'", explica. En su trabajo, Amparo s¨®lo se ha encontrado con una mujer, "que hac¨ªa pulido de terrazas" y "con las chicas que limpian la obra una vez que ¨¦sta ha terminado".
Manoli Miranda, de 44 a?os, y Mari Paz Monje, de 46, no est¨¢n a pie de obra, pero desde su empresa ?apas.com hacen trabajos de electricidad, fontaner¨ªa, carpinter¨ªa, arreglan cisternas,... Son de Fuenlabrada pero hacen arreglos por toda la regi¨®n. "En casa de Roc¨ªo Jurado fue donde estrenamos la escalera", cuentan. "Formamos hace cuatro a?os la empresa, aunque un a?o y medio antes ya est¨¢bamos tanteando", a?aden. Manoli y Mari Paz hicieron un curso en la Casa de la Mujer de Fuenlabrada sobre b¨²squeda de empleo y all¨ª presentaron un proyecto sobre una empresa dedicada a los arreglos. Las dos empezaron a practicar en casas de amigas.
Antes de trabajar en esto, Manoli era ama da casa y Mari Paz trabajaba en una mercer¨ªa. "Ya ¨¦ramos manitas; y adem¨¢s hicimos cursos. Fuimos aprendiendo poco a poco", explican.
Sus clientes ya son m¨¢s o menos fijos y ya saben de sobra que son mujeres, pero al principio no lo sab¨ªan y tuvieron algunos problemas. "Muchos nos llamaban y al o¨ªr voz de mujer nos dec¨ªan: 'Llamo para ver si su marido me puede colocar una persiana...'. Al principio muchos hombres ten¨ªan reticencias y nuestros clientes eran s¨®lo mujeres". Sobre las dificultades que tienen las mujeres en abrirse camino en un sector masculino, las empresarias de ?apas.com creen que de haber empezado mucho m¨¢s j¨®venes hubiesen tirado la toalla. "He llorado mucho y he llegado a pensar que no merec¨ªa la pena, que para qu¨¦ me met¨ªa en estos l¨ªos. Pero luego ten¨ªa claro que era lo que me gustaba hacer y por eso he seguido", afirma Manoli.
Ellas se ponen como ¨²nico l¨ªmite el esfuerzo f¨ªsico. "Ah¨ª es donde cojeamos. Hay cosas que no podemos hacer, como cargar un saco de cemento. A todo lo dem¨¢s, llegamos". ?Y el t¨®pico de que las mujeres son m¨¢s limpias? "No es que seamos m¨¢s limpias, es que estamos m¨¢s acostumbradas a llevar la casa. Si voy a hacer una reforma a un domicilio soy incapaz de dejar una mancha; o muevo un mueble y lo hago con cuidado para no ara?ar el parqu¨¦", afirma Mari Paz. "No queremos hombres en la empresa porque les cuesta entender que nos podamos dedicar a esto. Al principio ten¨ªamos a un obrero, pero dur¨® una semana porque ¨¦l quer¨ªa ir pintando y que nosotras fu¨¦semos limpiando detr¨¢s", cuentan las empresarias.
En CC OO les preocupa la irrupci¨®n de las mujeres en la construcci¨®n por si ¨¦stas se encuentran con rechazo. "Estamos intentando sensibilizar a los trabajadores, porque hace cinco a?os no hab¨ªa ninguna mujer a pie de obra y ahora ya hay 1.000", explica desde el sindicato Gerardo de Gracia. Y cada vez ser¨¢n m¨¢s, aunque en las universidades a¨²n no se note. De todas las mujeres matriculadas en 2004-2005, en las diplomaturas las mujeres son el 70%; en las licenciaturas son el 60%; en las ingenier¨ªas son un 30% y en las ingenier¨ªas t¨¦cnicas son un 4, 8%
Con motivo de la celebraci¨®n, hoy 8 de marzo, del D¨ªa Internacional de la Mujer, CC OO ha preparado distintos circuitos por las obras para acercarse a las mujeres que trabajan en ellas. "Queremos reconocerlas en el trabajo, decirles que no se desanimen y que no cejen en sus reivindicaciones", concluye De Gracia.
M¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas 45 a 49.
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