Rufina Amaya, campesina salvadore?a
Fue testigo de la matanza de El Mozote, en 1981
En 1981, Rufina Amaya y su familia, integrada por su esposo y cuatro hijos menores de edad, resid¨ªan en el entonces desconocido caser¨ªo El Mozote, incrustado en la zona monta?osa de Moraz¨¢n, al oriente de esta peque?a naci¨®n centroamericana. Entre los d¨ªas 11 y 13 de diciembre de 1981 tropas ¨¦lites del ej¨¦rcito realizaron en el caser¨ªo y sus alrededores una operaci¨®n contrainsurgente denominada Yunque y Martillo; la misi¨®n fue dirigida por el ya fallecido teniente coronel Domingo Monterrosa, quien comandaba el Batall¨®n de Reacci¨®n Inmediata Atlacatl y que ten¨ªa la orden de arrasar "con todo lo que se moviera".
Los testimonios de Amaya, de entonces y despu¨¦s, produjeron espanto. Narr¨® c¨®mo en pocas horas los soldados torturaron a la poblaci¨®n civil, asesinaron primero a los hombres; luego a las mujeres y los ancianos, y, finalmente, a los menores de edad. Quemaron sembrados, todos los ranchos y la iglesia. El colmo del s¨ªmbolo cruel fue que los menores fueron encerrados vivos en una casa r¨²stica llamada El Convento, detr¨¢s del templo cat¨®lico, donde fueron rociados de balazos y finalmente sus cuerpos incinerados.
Ah¨ª murieron los cuatro hijos de Rufina Amaya. Su esposo fue apresado con el resto de hombres, a quienes tambi¨¦n fusilaron los soldados, acus¨¢ndolos de "comunistas y guerrilleros".
Ella logr¨® salvarse. "A las cinco de la tarde me sacaron a m¨ª junto a un grupo de 22 mujeres. Yo me qued¨¦ la ¨²ltima de la fila. A¨²n le daba el pecho a mi ni?a. Me la quitaron de los brazos. Cuando llegamos a la casa de Israel M¨¢rquez, pude ver la monta?a de muertos... Yo me arrodill¨¦ acord¨¢ndome de mis cuatro ni?os. En ese momento di media vuelta, me tir¨¦ y me met¨ª detr¨¢s de un palito de manzana [un arbusto]. Con el dedo agachaba la rama para que no se me miraran los pies", narr¨® Rufina Amaya en declaraciones recogidas en el libro Luci¨¦rnagas de El Mozote (1996).
El testimonio de Rufina Amaya fue clave para la investigaci¨®n realizada por la Comisi¨®n de la Verdad, auspiciada por las Naciones Unidas en 1993, instituci¨®n que culp¨® a los militares del genocidio sufrido por la poblaci¨®n civil.
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) analiza actualmente una demanda contra el Estado salvadore?o a favor de las v¨ªctimas representadas por tutela legal del arzobispado, instituci¨®n que durante la posguerra ha logrado individualizar, hasta el momento con nombres y apellidos, la cantidad de 809 osamentas, entre ellas 400 menores de edad.
Rufina nunca abandon¨® los alrededores de Moraz¨¢n; estuvo en los refugios ubicados en la frontera entre Honduras y El Salvador; cocin¨® para la guerrilla y despu¨¦s del fin de la guerra (1992), fue una fundadora de la Ciudadela Segundo Montes, donde sus restos mortales descansar¨¢n finalmente.
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