A-corralados
Seis familias resisten en una corrala de Chamber¨ª que ser¨¢ pronto demolida tras haber sido subastada por el IVIMA
Nueve de cada diez puertas de las viviendas est¨¢n tapadas. En la escalera un denso silencio advierte de algo que huele a desenlace. Hace diez a?os, en la corrala Fern¨¢ndez de la Hoz, 63 viv¨ªan 82 familias. Ahora s¨®lo quedan seis y ning¨²n inquilino quiere abrir la puerta de su casa para comentar las ¨²ltimas novedades sobre su edificio y sobre su propio futuro. "Ya es demasiado tarde. Nos hab¨¦is abandonado todo este tiempo. No hay m¨¢s que hablar", explica un vecino por el portero autom¨¢tico.
Tras a?os de litigios y extra?as historias inmobiliarias, el Instituto de Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) subast¨® el pasado martes la corrala del barrio de Chamber¨ª, el ¨²nico edificio de renta libre que pose¨ªa la empresa p¨²blica. "Era una herencia del Instituto Nacional de la Vivienda. Nosotros no nos dedicamos a la renta libre", explica un portavoz de la Consejer¨ªa de Urbanismo. Lo han vendido por 34 millones de euros. Con ese dinero, dicen, construir¨¢n 400 viviendas p¨²blicas. ?Y las familias que quedan en la corrala? "Ya les ofrecimos un realojo en un edificio de La Ventilla. Unos lo aceptaron y los otros, a pesar de ser una oferta ventajosa, lo rechazaron. Ahora deber¨¢n negociar con el nuevo propietario", dicen.
"Negociaremos con los inquilinos y saldr¨¢n ganando", dice la empresa compradora
Restaura Diagonal, una empresa dedicada a la restauraci¨®n y construcci¨®n de viviendas desde hace 30 a?os, gan¨® la subasta hace dos semanas. "La idea es hacer un edificio de nueva planta", explica el vicepresidente de la compa?¨ªa, Xavier Gonz¨¢lez. O sea, que la corrala se va al suelo. "Negociaremos con los inquilinos que quedan. Y vamos a hacerles entender que, pase lo que pase, van a salir ganando. Vivir¨¢n mejor". Los que tienen contrato y los que no. "Si pueden demostrar que han pagado una renta durante el tiempo que han vivido ah¨ª, jur¨ªdicamente les amparan los mismos derechos", anuncia el directivo.
El edificio est¨¢ en una zona privilegiada. Una de sus fachadas da a la plaza de San Juan de la Cruz. Quiz¨¢ por su conveniente ubicaci¨®n, el Ivima baraj¨® a mediados de los noventa trasladar ah¨ª su sede. La idea no gust¨® a los inquilinos y lograron paralizar el proyecto. Y por lo que pudiera venir, ellos que llevaban d¨¦cadas, con y sin contrato, a expensas de una empresa p¨²blica que no se lo pon¨ªa f¨¢cil, pensaron en comprar su edificio.
La idea acab¨® fatal. Contrataron a un abogado que, dicen, les estaf¨® y que propuso un plan de compraventa del edificio que fue considerado por la Comunidad como una operaci¨®n especulativa. El negocio, que se iba a cerrar en unos 200 millones, se fue al garete. Y as¨ª continuaron, con el edificio cada vez m¨¢s deteriorado y sin que el Ivima lo arreglase.
"Esto siempre ha funcionado por amiguismo. Muchos est¨¢n aqu¨ª desde hace 30 a?os sin contrato. Otros, que llegaron m¨¢s tarde, lograron que el Ivima les hiciera uno", denuncia una vecina que prefiere no revelar su identidad. "Luego, cuando el Ivima ofreci¨® pisos para realojarnos, a los que ten¨ªan contrato se lo dieron a un precio y a los otros quer¨ªan d¨¢rnoslos m¨¢s caros". Actualmente, algunos de los vecinos todav¨ªa pagan rentas de un euro y medio por pisos de hasta 100 metros cuadrados.
En el edificio, que todav¨ªa conserva dos locales comerciales abiertos en sus bajos, se ha establecido una suerte de pacto de silencio. Los que quedan se han cansado de hablar y de que no les hayan hecho caso. Les acusaron de especuladores y de okupas. Y ahora les han subastado.
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