"?Toma! ?Y mi mujer me enga?aba!"
El Gobierno regional sortea 1.171 pisos protegidos en alquiler para j¨®venes, mayores, discapacitados y divorciados
"Se nos present¨® una ¨¦poca problem¨¢tica, mi hijo operado del coraz¨®n y yo del pecho", explicaba entrecortadamente Arcadia Mar¨ªa Ormaza, una ecuatoriana que lleva 13 a?os trabajando en Espa?a. "S¨®lo escuch¨¦ mi nombre, como es muy particular... pero no s¨¦ qu¨¦ me ha tocado", reconoc¨ªa, muy emocionada, apenas un minuto despu¨¦s de conocer una de las mejores noticias de su vida. Los ojos de su hijo Cristian estaban enrojecidos y h¨²medos por las l¨¢grimas. Sus gafas encharcadas. Porque la vida de Arcadia y Cristian cambi¨® ayer tras un sorteo. Se convirtieron en una de las 1.171 personas agraciadas con un piso protegido en alquiler que rif¨® la Comunidad de Madrid en los barrios de Ventilla y Vallecas. Hab¨ªa 5.203 candidatos. "He tenido mucha suerte, porque yo tengo mucha fe", aseguraba la mujer.
Los pisos sorteados tendr¨¢n una renta de entre 200 y 400 euros mensuales. Los destinatarios son menores de 35 y mayores de 65 a?os, personas con discapacidad, separados y divorciados y ciudadanos con ingresos inferiores a 3,5 veces el IPREM (unos 28.000 euros anuales). Pilar Colmenarejo, de 71 a?os, era una de las que salieron del Palacio de Congresos, al que acudieron unas 2.000 personas, con una gran sonrisa en su cara. "Me va a cambiar la vida porque pago 800 euros al mes de alquiler y s¨®lo me quedan 200 para comer", explicaba.
"?Toma! ?Y mi mujer me enga?aba, co?o!". A Antonio Cuenca le sali¨® del alma, nada m¨¢s saber que ten¨ªa un nuevo piso. En su minuto de gloria ante la prensa se notaba su resentimiento hacia su ex mujer. "Estoy en la calle. No tengo un duro", aseguraba. Poco despu¨¦s, Antonio explicaba por qu¨¦ era tan importante el piso: "Ahora pago 670 euros por una habitaci¨®n". Su alegr¨ªa, sin embargo, contrastaba con la tristeza de otros. "He venido por una amiga, que lleva siete a?os separada, trabaja d¨ªa y noche, y tiene una hija de 16 a?os", explicaba decepcionada Natividad Chamorro.
Francisco Moreno era otra cara triste. "No soy racista pero creo que los gobiernos regionales deben resolver los problemas de los espa?oles antes que los de los extranjeros", se quejaba. Como ¨¦l, otros argumentaban lo mismo. "?Por qu¨¦ le dan los pisos a los moros?", lloraba Rosa Herrero. El director general de Arquitectura y Vivienda, Juan Blanco, contestaba: "La sociedad espa?ola es multicultural. Los que han entrado en el bombo cumplen los requisitos".
Esa multiculturalidad tuvo un episodio precioso. Aicha el Baaza, marroqu¨ª, y su amiga Amparo Maldonado, espa?ola, no paraban de abrazarse, de llorar y de besarse. A Aicha le hab¨ªa tocado. No pod¨ªa articular palabra pero Amparo hablaba por ella: "Lleva once a?os trabajando en mi casa, los mismos que tiene mi hijo. Y ocho esperando que le toque una vivienda". Muy emocionada, repet¨ªa una y otra vez que Aicha "es de la familia, es de la familia".
Muchas necesidades se aliviaron ayer. "Vivo con mi marido y cuatro hijos en 42 metros cuadrados. Mis hijas duermen en el sal¨®n", respiraba aliviada Jamila As Ouik, marroqu¨ª de Tetu¨¢n, consciente de haber dejado atr¨¢s ese presente. As¨ª pas¨® la ma?ana, entre enormes alegr¨ªas y grandes decepciones. L¨¢grimas por lo logrado y lo perdido. Una jornada llena de gritos desgarradores. Terminado el sorteo, la banda sonora de la pel¨ªcula Am¨¦lie comenz¨® a sonar. Y los sue?os de una vida mejor y m¨¢s justa volaron sobre el auditorio.
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