"Que no te peguen por gay es una suerte"
M¨¢s de un centenar de menores homosexuales y transexuales relatan las agresiones y el aislamiento que padecen
A los 14 a?os, Pedro ya lo ten¨ªa claro: era gay. Despu¨¦s de tantear a sus amigos -"lo aceptaron bien, sin problemas, aunque no con naturalidad"-, afront¨® su siguiente reto. Sus padres eran "modernos y liberales", dice. Por eso su reacci¨®n le dej¨® a¨²n m¨¢s descolocado. "Me dijeron que era imposible que ya supiera que era gay, que era muy peque?o y que me olvidara del tema". Hace tres a?os de aquello.
Pedro -su nombre, como el de otros protagonistas de esta historia, es supuesto- tiene 17 a?os y estudia 2? de Bachillerato en La Rioja. Todav¨ªa le remuerde lo que sucedi¨®. "Yo fui incapaz de decir nada, de contestarles, de explicarles que estaba segur¨ªsimo de lo que sent¨ªa. Desde entonces no he vuelto a hablar con mis padres del tema, que se ha convertido en algo tab¨². Lo que sucedi¨® me marc¨® mucho, me dej¨® destrozado, pas¨¦ unos d¨ªas horribles, y todav¨ªa ahora sigo sinti¨¦ndome incapaz de volver a sacar el tema con ellos, a pesar de que s¨¦ que debo hacerlo", cuenta por correo electr¨®nico.
"Cuando descubres tu homosexualidad con 13 a?os, te sientes absolutamente desamparado. No tienes ayuda de nadie", dice Pedro, de 17 a?os
"Muchas veces me insultaron, me tiraron escupitajos, me golpearon. En el colegio es un acoso continuo", relata Jaime, que vive en San Sebasti¨¢n
Algo parecido le pas¨® a In¨¦s. "Mi madre no se cre¨ªa que a los 14 a?os ya pudiera tener definida mi condici¨®n sexual. Me dijo que no ten¨ªa nada en contra, pero que sencillamente no se lo cre¨ªa a¨²n. Con 15 me volvi¨® a preguntar si me segu¨ªan gustando las chicas. Y le dije que s¨ª. Ella a su bola... segu¨ªa empe?ada en que era una fase. A los 16 volvi¨® a preguntar...y le dije que s¨ª. A?ad¨ª que de hecho ten¨ªa novia. Entonces acab¨® crey¨¦ndolo", escribe desde Alcobendas (Madrid).
"Cuando descubres tu homosexualidad con 13 a?os te sientes absolutamente desamparado. Nadie te ha explicado que eso te pudiera pasar y no tienes ayuda de nadie. Eres un cr¨ªo de 12, 13 o 14 a?os, casi un ni?o, que te encuentras con un problem¨®n que te tienes que tragar t¨² solito. Yo quer¨ªa vivir con absoluta normalidad, so?aba con un mundo donde poder expresarme libremente, donde todo el mundo me entendiera, donde no tuviera que esconderme ni estar callado; pero sal¨ªa a la calle y me encontraba otro mundo, otra sociedad. Una sociedad que parece creer que los homosexuales s¨®lo existimos a partir de los 18 a?os. Es indignante", insiste Pedro.
"Creo que a los j¨®venes homosexuales no se nos tiene en cuenta para nada. Es como si la homosexualidad apareciera a partir de los 18, 19 a?os por lo menos", remacha Vanessa.
Pero si la relaci¨®n con la familia es problem¨¢tica, la mayor exclusi¨®n se vive en los centros educativos. "Por suerte soy fuerte de car¨¢cter. Muchas veces me insultaron, me tiraron escupitajos, me golpearon. En el colegio es un acoso continuo. Pasas por una ventana y te dicen: '?Maric¨®n!", relata Jaime, que tiene 17 a?os y vive en San Sebasti¨¢n. "Del colegio s¨®lo una profesora [sabe que soy gay]. Mejor as¨ª, que los alumnos all¨ª buscan amargarte", dice Jos¨¦, de 17 a?os, en un correo que env¨ªa desde Algeciras (C¨¢diz).
Pedro, In¨¦s, Jos¨¦ y Vanessa son algunos de los m¨¢s de 100 adolescentes no heterosexuales de entre 12 y 18 a?os que han participado en el estudio Adolescencia y sexualidades minoritarias, elaborado por la Comisi¨®n de Educaci¨®n del Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid) en colaboraci¨®n con el departamento de Antropolog¨ªa Social de la Universidad Aut¨®noma madrile?a.
"Resulta curioso que la a hora de hablar, recurran a la palabra suerte: han tenido suerte con sus amigos, han tenido suerte en no recibir palizas... Situaciones que para otros adolescentes forman parte de la normalidad", reflexionan los autores del estudio, Jes¨²s Generelo, Jos¨¦ Ignacio Pichardo y Guillem Galofr¨¦. "Con los que no pasa nada, te haces amigo, puedes ir al cine con ellos, lo saben y no te pegan", cuenta David, un transexual de Barcelona que ya ha cumplido los 18 a?os. "Que no te peguen por ser gay es una suerte", afirma Jos¨¦.
El problema se extiende a todos los ¨¢mbitos. Ni las revistas para j¨®venes, ni los videojuegos, ni la televisi¨®n, ni los lugares de ocio, ni los educativos. Ni siquiera las asociaciones son un lugar asequible para ellos. En muchas, el estigma que asocia pederastia con homosexualidad, unida a la falta de subvenciones, impide que tengan programas de atenci¨®n espec¨ªficos. En el de Atenci¨®n a Lesbianas, Gays y Transexuales de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, a los menores se les pide que acudan acompa?ados de sus padres. Pero, ?c¨®mo van a hacerlo cuando lo que quieren es ayuda para decirles que no son el hijo o la hija heterosexual que ellos esperaban?.
La soluci¨®n, coinciden encuestados e investigadores, est¨¢ en Internet. "Sin Internet y sin amigos que conozcan lo tuyo, es m¨¢s complicado ligar. He tenido la suerte de que tengo esas dos opciones, por lo que me ha sido f¨¢cil. Si a eso le sumas que vas a discotecas donde hay gente con tu misma opci¨®n, la cosa se multiplica por 10", dice Jos¨¦, quien tuvo su primer novio con 15 a?os y ahora mantiene una relaci¨®n con otro chico, que no vive en su ciudad.
Pero incluso este recurso les est¨¢, a veces, vedado. En algunas librer¨ªas p¨²blicas y centros educativos tienen instalados filtros que impiden que los j¨®venes accedan a las webs de las asociaciones y otros grupos de ayuda, "aunque s¨ª permiten entrar en otras de contenido hom¨®fobo", indica el estudio. Por eso, Pedro y tres adolescentes m¨¢s han puesto en marcha un ciber-lugar de encuentro: Pisando fuerte (http://adolescentesglbt.blogspot.com).
Y una ¨²ltima reflexi¨®n de los investigadores: estos testimonios son de adolescentes que tienen clara su orientaci¨®n. ?Qu¨¦ estar¨¢ pasando con todos los que tienen dudas, no disponen de Internet o son menos fuertes?
El modelo de Rivas
Cuando casi lo m¨¢s seguro para un adolescente no heterosexual es quedarse en el armario, hay iniciativas que ofrecen un atisbo de esperanza. El estudio Adolescencia y sexualidades minoritarias no ha podido dejar de destacar una excepci¨®n: la tarea del instituto Duque de Rivas en Rivas-Vaciamadrid (Madrid).Ah¨ª, un profesor ha creado -con el apoyo del claustro- una tutor¨ªa espec¨ªfica para alumnos gays, lesbianas o transexuales. Hasta ahora ha atendido a ocho, dos de manera presencial y el resto por Internet.La tutor¨ªa ha sido el ¨²ltimo paso de una intensa campa?a de sensibilizaci¨®n iniciada por Jos¨¦ Joaqu¨ªn ?lvarez, que comenz¨® invitando al Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam) a dar una charla sobre sexualidad.Pero estas actuaciones son una excepci¨®n. En muchos centros ha bastado que un padre protestara ante el "adoctrinamiento" o el "proselitismo" homosexual de sus hijos para que actuaciones similares -o m¨¢s sencillas, como repartir una gu¨ªa sobre sexualidad- se suspenda. En Rivas, una madre protest¨®, pero la directora del instituto le explic¨® el objetivo del programa, y le ofreci¨® que su hija no participara si no quer¨ªa. Tras la reuni¨®n, la alumna asisti¨®, sin m¨¢s problema, a las siguientes actividades.
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