La conspiraci¨®n
En el caso del 11-M est¨¢n los defensores del Estado de derecho y los tramposos
En el Pa¨ªs Vasco no hay dos partes enfrentadas. Hay unos tipos que matan a otros, que somos los dem¨¢s
LA REALIDAD ES TOZUDA, la jod¨ªa. Si usted, asomado al balc¨®n, ve que un tipo le est¨¢ retorciendo el brazo a otro, puede pensar que dos tipos se est¨¢n peleando, aunque a la vista est¨¦ que un tipo est¨¢ retorciendo el brazo a otro. No es lo mismo, pero es f¨¢cil pensar que hay dos que se pelean. M¨¢s si vive usted en un barrio con frecuentes broncas. Al fin y al cabo, usted es un espectador casual, tiene prisa, muchos problemas en la cabeza. Quiz¨¢ llame a comisar¨ªa: "Hay dos tipos pele¨¢ndose". En cuanto hay pelea, el bronquista ha ganado, porque, como su propio nombre indica, el bronquista lo que busca es la bronca. No busca ganar la discusi¨®n, busca empatar, demostrar que "todos somos iguales".
En el Pa¨ªs Vasco no hay dos partes enfrentadas. Hay unos tipos que matan a otros, que somos todos los dem¨¢s. ?se es el conflicto vasco. El d¨ªa que los matones dejen de matar se acabar¨¢ el conflicto. Aparecer¨¢ un pa¨ªs con conflictos, que no es lo mismo, aunque es l¨®gico que espectadores casuales piensen distinto: periodistas extranjeros que llaman a ETA organizaci¨®n separatista vasca, que ser¨ªa como considerar a Al Qaeda organizaci¨®n defensora de la cultura ¨¢rabe. Tambi¨¦n hay espectadores que por antipat¨ªa hacia el que muere lo equiparan al que mata: "Hay un conflicto entre dos". Tambi¨¦n hay espectadores asustados. Es complicado decir lo que se piensa cuando hay tiros de por medio.
Ante el sumario del 11-M no hay dos partes, unos que piensan que fue ETA y otros que piensan que fue Al Qaeda. Eso es una falacia. La realidad es que est¨¢n, por un lado, los defensores del Estado de derecho, de la instrucci¨®n del sumario y del funcionamiento de la justicia, y por otro lado, una r¨²a de obstruccionistas, tramposos y mentirosos. Es complicado convencer de eso a espectadores casuales, consumidores de medios de comunicaci¨®n que pensar¨¢n: "Guerras de medios. Unos dicen una cosa, otros dicen otra". En los medios de comunicaci¨®n todos hacemos muchas cosas disparatadamente, y nos merecemos que nos pase esto. Pero no es lo mismo. No hay 'unos y otros', 'dos Espa?as' o 'enfrentamientos entre los dos partidos' como llave maestra universal. La verdad no se encuentra en un punto intermedio entre el Estado de derecho y una sarta de delirios y embustes sobre una conspiraci¨®n. ?Claro que hubo una conspiraci¨®n en marzo de 2004! El Gobierno que formaban Aznar, Rajoy, Zaplana y Acebes intent¨® enga?ar a todo el pa¨ªs. ?sa fue la conspiraci¨®n. Lo mejor de todo es que eso ya se resolvi¨® pol¨ªticamente: perdieron las elecciones, los espa?oles votaron mayoritariamente a otros partidos, y nadie pidi¨® m¨¢s cuentas por aquellos d¨ªas. Pero como aquellos mismos dirigentes no han tenido con su partido, ni con sus votantes, ni con su pa¨ªs, la generosidad de retirarse a un segundo plano, estamos donde estamos, con la mochila, el detonador, el ¨¢cido b¨®rico y la traici¨®n a Espa?a.
Todo esto no tiene nada de chiste, pero yo no tengo la culpa: en cualquier pa¨ªs ser¨ªa un chiste que los gobernantes del 11-M estuvieran en la calle liderando manifestaciones contra la pol¨ªtica antiterrorista... ?Y exigiendo la verdad! Como dijo otro ilustre miembro de aquel Gobierno: "Qu¨¦ barbaridad" (lo que dijo fue: "Manda huevos", pero era por acabar m¨¢s cordialmente).
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