El d¨ªa de la bandera

Espa?a en el pelo, Espa?a en la cintura, Espa?a sobre los hombros, Espa?a en la solapa. Banderas, banderas, banderas. Pins, cintas de pelo, collares, telas a guisa de capa. Gafas rojas y gualdas, brazaletes, pegatinas, diademas, paraguas, chapas. Si por algo se distingui¨® la manifestaci¨®n de ayer fue por la omnipresencia de la bandera.

Los estandartes preconstitucionales fueron mera an¨¦cdota. Hubo alguno que otro con el toro de Osborne. La bandera constitucional domin¨® toda la marcha. Pocas telas con el logotipo del Partido Popular. El lazo azul quiso ser s¨ªmbolo, pero fue derrotado por la bandera.

Carlos la lleva sobre los hombros, a modo de chal o de capa. Con sus rizos casta?os reposados sobre la tela, abandona la concentraci¨®n compartiendo auricular con su amiga Carlota. "Soy espa?ol y por eso me la pongo", explica el joven, de 21 a?os, de Granada. Carlota, estudiante de Derecho, de 20 a?os, analiza la jornada: "Hoy se han visto m¨¢s banderas porque parece que la bandera estuviera en duda, parece que estuviera en duda Espa?a".

"Hab¨ªa mucha m¨¢s gente mayor que joven", dice Carlota, estudiante de 20 a?os

Forma parte de los j¨®venes que acuden a la marcha, una minor¨ªa seg¨²n ella misma asume: "Los j¨®venes est¨¢n desencantados", explica la estudiante madrile?a, gafas de sol en el pelo, chaqueta de cuero rosa. "Se vuelven apol¨ªticos, o muy pasivos. La verdad es que hab¨ªa mucha m¨¢s gente mayor que joven". ?sta es su segunda manifestaci¨®n y secunda una por una las palabras pronunciadas por Rajoy: "Creo que no se puede ceder ante los terroristas, no m¨¢s cesiones a ETA".

Pero no s¨®lo domin¨® la bandera, tambi¨¦n domin¨® Espa?a. "Zapatero dimisi¨®n" fue el estribillo m¨¢s pronunciado, pero de cerca le sigui¨® la palabra Espa?a. "Espa?a unida jam¨¢s ser¨¢ vencida" concit¨® buen n¨²mero de gargantas. Tantas como aquellas que pronunciaron Espa?a con el mismo tempo con el que se corea en los estadios de f¨²tbol. Espa?a, Espa?a, Espa?a.

- 16.20. Glorieta de Atocha. Colapso de autobuses, monumental atasco. El Paseo del Prado atardece flanqueado por dos murallas de autobuses que custodian la ruta hasta la plaza de Cibeles. Un hombre en la cincuentena carga con dos banderas sobre los hombros, la de Andaluc¨ªa y la Espa?a. "A este paso vamos a conocer Madrid mejor que Sevilla", le comenta su se?ora entre risas.

- 16.40. Plaza de Cibeles. El viento, inestimable aliado del ondear de banderas, convierte los alrededores de la fuente en un mar rojo y gualdo. Todav¨ªa no ha empezado la manifestaci¨®n, pero ya no cabe un alfiler.

- 16.50. Calle del Conde de Aranda. Una pareja llama al telefonillo, obtiene respuesta al segundo: "Somos nosotros, que vamos a la manifestaci¨®n y te llamamos a ver si te pegas". La reticencia inicial de la interlocutora es r¨¢pidamente abortada: "Venga, abre, que subimos y te convencemos".

- 17.40. Recoletos esquina con el paseo de la Castellana. Manolo Escobar encuentra acomodo entre las consignas de los manifestantes gracias a su c¨¦lebre Que viva Espa?a. Tambi¨¦n hallan un sitio algunos partidarios de la teor¨ªa conspiratoria. Un hombre pasea un cart¨®n con las siglas de PSOE en negrita, y la particular traslaci¨®n que de ellas hace: "Principales Sospechosos del Once Eme". "El presidente est¨¢ contribuyendo a la divisi¨®n, est¨¢ renovando viejos rencores", declara Marisa Carre?o, asturiana de 68 a?os. "Yo vengo porque soy espa?ola y no quiero la divisi¨®n de Espa?a", prosigue. Es la quinta manifestaci¨®n a la que acude y asegura que hay m¨¢s gente que nunca: "He visto hasta personas del PSOE y todo".

- 18.15. Calle de Jorge Juan. Un hombre que prefiere no dar su nombre carga con una pancarta de lazo azul: Por la libertad, no al chantaje, reza su cartulina blanca. Su hijo, guardia civil, sufri¨® el atentado del comando Madrid de ETA, del que formaba parte De Juana, en la plaza de la Rep¨²blica Dominicana: "El 14 de julio de 1986", dice con ¨¦nfasis, fechas que nunca se borran. El hombre ha venido desde Albacete, en autob¨²s, se ha levantado a las siete de la ma?ana. ?sta es su cuarta manifestaci¨®n en Madrid. Mientras se retira, acompa?ado por el sonido de los auriculares, llega el eco del legendario Libertad sin ira de Jarcha. Un himno de la transici¨®n, seguido de coros de Espa?a, Espa?a, Espa?a.

- 18.45. Calle de Serrano. Parte trasera de la Biblioteca Nacional. Alberto reposa recostado junto a su puesto de banderas. Hoy lleva vendidas 84, el d¨ªa se ha dado bien, confirma. En la anterior manifestaci¨®n vendi¨® "cuatro". Pero en ¨¦sta la cosa ha ido mejor. Tiene bufandas, tiene bocinas, todas rojas y gualdas. Pero lo que se vende es la bandera. Lo que m¨¢s, la bandera de Espa?a.

- 19.00. Plaza de Col¨®n. Rajoy sale al escenario, suena un colch¨®n de guitarras. Se enfrenta al micro y todo se hace silencio. S¨®lo se oye su voz y el leve ondear de banderas. Un video que proyecta la imagen de Ortega Lara desata una ovaci¨®n de importancia.