Bush se presenta en Montevideo con las manos vac¨ªas
EE UU no es capaz de recompensar la alianza de Uruguay con un acuerdo de libre comercio
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La visita del presidente norteamericano, George Bush, a Uruguay dej¨® claro todo el simbolismo de esta gira, esa voluntad de reencuentro con los vecinos olvidados desde una nueva perspectiva de respeto a sus Gobiernos y apoyo a sus problemas. Pero dej¨® igualmente claro tambi¨¦n lo vac¨ªo de esa apuesta: adem¨¢s de las palabras, Bush ten¨ªa ayer muy poco que ofrecer a un peque?o pa¨ªs ansioso de comercio y de mercados.
Despu¨¦s de su entrevista con el presidente uruguayo, Tabar¨¦ V¨¢zquez, un dirigente izquierdista al frente de una coalici¨®n de Gobierno en la que participan viejos militantes montoneros, Bush insisti¨® en una conferencia de prensa en el eslogan de esta gira: "Este viaje es una declaraci¨®n del deseo de trabajar juntos con los pa¨ªses vecinos, es una demostraci¨®n de que nos preocupan las condiciones humanas de nuestro entorno". A continuaci¨®n, expres¨® su m¨¢ximo respeto por el presidente V¨¢zquez, al que elogi¨® por su apuesta por la libertad y la transparencia, y defendi¨® esta nueva "diplomacia silenciosa y eficaz" de EE UU hacia Am¨¦rica Latina, que consiste, b¨¢sicamente, en ignorar las provocaciones del presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, y respaldar a los Gobiernos, aunque sean de izquierdas, que buscan el desarrollo y la democracia.
Venezuela ha ayudado a Uruguay con decenas de millones de d¨®lares en los ¨²ltimos a?os
Todo positivo, viniendo del l¨ªder de un pa¨ªs al que todav¨ªa se recuerda en esta zona del mundo por su apoyo a las dictaduras militares, y de un presidente cuya gesti¨®n de la pol¨ªtica exterior no se ha caracterizado en otras ¨¢reas por el respeto a las diferencias.
Muy positivo, pero muy escaso. Sobre todo cuando se escucha en Montevideo. Uruguay es un miembro menor del Mercosur, una econom¨ªa peque?a que vive atosigada entre los gigantes Brasil y Argentina, pero muy din¨¢mica y necesitada de otros mercados para su expansi¨®n. Uruguay export¨® el a?o pasado m¨¢s carne que Argentina, y es un gran exportador de textiles.
Su presidente, pese a su origen izquierdista, es partidario de buscar esos mercados exteriores, y lleva tiempo advirtiendo a sus socios de Mercosur que, si no se le da m¨¢s espacio dentro del grupo, buscar¨¢ un tratado de libre comercio con EE UU. Es decir, Uruguay y Tabar¨¦ V¨¢zquez son el pa¨ªs y el presidente apropiados para que Bush demuestre hasta d¨®nde quiere llegar en su reencuentro con Am¨¦rica Latina y en su voluntad de parar los pies a Ch¨¢vez. Pero lo cierto es que, al margen de las palabras, Bush ayer no ofreci¨® nada de lo que V¨¢zquez necesita, que es el acceso en buenas condiciones al mercado norteamericano. Es verdad que, en lo que respecta a los frenos arancelarios y el comercio, la Administraci¨®n de Bush tiene las manos atadas por el Congreso.
EE UU y Uruguay negociaron el mes pasado un acuerdo comercial, muy inferior a un tratado de libre comercio, que no incluye ning¨²n tipo de ventaja arancelaria. Un tratado de libre comercio con EE UU, similar a los que tienen, por ejemplo, Chile y M¨¦xico, ser¨ªa una apuesta arriesgada para el presidente de un Gobierno de izquierdas, pero una apuesta que V¨¢zquez podr¨ªa hacer si encontrara receptividad del otro lado. Bush se ha visto, por tanto, en Uruguay ante la gran contradicci¨®n de estar promocionando el libre comercio como contrapunto al populismo de Ch¨¢vez sin disponer, en realidad, de instrumentos para garantizar ese libre comercio a sus interesados. Los argumentos de Ch¨¢vez son toscos, pero visibles. En este mismo pa¨ªs, Uruguay, Venezuela ha dejado en los ¨²ltimos a?os decenas de millones de d¨®lares en ayuda por diversos conceptos y ha ofrecido otros ventajosos acuerdos.

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