Baladas del viento
Esta semana pasada, el aire atmosf¨¦rico en movimiento alcanz¨® una velocidad de 142 kil¨®metros por hora en l'Alcora, 164 en Pina de Montalgrao, 113 en Castell¨®, 122 en Morella, 104 en Castellfort, 106 en Vinar¨®s y 100 en el aeropuerto de Manises. El aire atmosf¨¦rico en movimiento no se puede controlar, y es una calamidad. En las comarcas norte?as del Pa¨ªs Valenciano provoc¨® el desalojo de alumnos en los colegios, cuyas paredes se cimbreaban por la fuerza del vendaval, y eso por donde Onda; ¨¢rboles, andamios, tejas rotas, canalones y farolas sobre las calzadas dificultaban el tr¨¢fico por donde Sant Mateu, C¨¤lig, Xilxes o cualquier otro n¨²cleo habitado de La Plana. Aqu¨ª y all¨¢ se interrumpi¨® el fluido el¨¦ctrico. Con el inesperado vendaval, como de costumbre, lleg¨® el fuego a este suelo valenciano de su natural tan seco. La llamas amenazaron la masa boscosa de la Sierra de Espad¨¢n y pusieron en peligro esa mancha verde que representa el Parque Natural del Desert de les Palmes. Ya se sabe: o accidente o sucia e insana mano del pir¨®mano que aprovecha el aullido del viento, cuando con m¨¢s dificultad se vencen las llamas. En el t¨¦rmino municipal de la capital de La Plana, esas llamas lamieron el escaso verde de sus grises cerros; maltrataron las colinas de la Penyeta Roja y el Tossal Gros, madre y padre mitol¨®gicos del gigante Tombatossals, el mismo gigante que arrancaba pinos en la monta?a y los trasladaba junto al mar. Y en el Pinar del Grau, la fuerza del viento los arranc¨® el jueves pasado en n¨²mero m¨¢s que considerable. Bronca voz, la que hemos o¨ªdo, de este fen¨®meno del viento que originan las borrascas y los cambios de temperatura.
Aunque los sones del viento puedan ser en otras ocasiones poes¨ªa o esperpento. En la balada El viento que agita la cebada del rom¨¢ntico irland¨¦s Robert Dwyer Joyce, el fen¨®meno atmosf¨¦rico es melancol¨ªa que evoca el amor tr¨¢gico del enamorado y la resistencia patri¨®tica ante el ocupante ingl¨¦s. Recuerda la derrota de una de las m¨²ltiples sublevaciones irlandesas frente la ocupaci¨®n de la Gran Breta?a, a finales del siglo XVIII. Con cebada se alimentaban los rebeldes de la verde Irlanda y el viento mec¨ªa la cebada que crec¨ªa sobre las an¨®nimas tumbas de los derrotados. Es el viento que le rompe el coraz¨®n al poeta, y es la balada que le puso t¨ªtulo a la magn¨ªfica pel¨ªcula del director brit¨¢nico Ken Loach, y que gira en torno a la independencia de Irlanda y posterior guerra civil entre irlandeses. Una pel¨ªcula que, sin ser escabrosa, refleja violencia, sangre, sabotajes, atentados terroristas, brutal e irracional represi¨®n y tr¨¢gicas venganzas. Historias de partidarios del pacto y patriotas sin redimir, v¨ªctimas todos de la violencia. Un gui¨®n f¨ªlmico que tiene algo m¨¢s que verosimilitud hist¨®rica. Y una historia que no tiene paralelismo alguno en las tierras hispanas de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, por mucho que se le quiera el buscar paralelismo desde la Edad Media hasta nuestros d¨ªas. Quiz¨¢s podr¨ªamos exceptuaralguna secuencia en torno a la represi¨®n en el uso del ga¨¦lico, porque aqu¨ª en determinados periodos hist¨®ricos tambi¨¦n se reprimieron las lenguas minoritarias.
Cantar del viento en la balada y en la pel¨ªcula hist¨®rica. En una historia irlandesa en que los irredentos del IRA afirman sobre los brit¨¢nicos que "si vienen como salvajes, los recibiremos con nuestro propio salvajismo". Sones de un viento relacionado con amores patrios. Unos amores patrios que, eso s¨ª, aqu¨ª y en las ¨²ltimas semanas adquirieron la categor¨ªa de esperp¨¦ntico romance. Faltos de ¨¦tica y est¨¦tica, y de aut¨¦ntica sinceridad y sensibilidad ante las v¨ªctimas, habidas y por haber, de la violencia causada por la irracionalidad ... faltos de ello, insultan, alborotan, menosprecian al adversario pol¨ªtico, que no al enemigo ocupante. Irracionalidad contra irracionalidad, salvajes contra el salvajismo. Llaman asesino a Jos¨¦ Blanco en Castell¨®n o destrozan la sede del partido del gobierno en Alcal¨¤, y ondean mil y una banderas bicolor, que en sus manos no unen sino separan, y separan sin argumento racional alguno. No es una balada patri¨®tica con el viento como protagonista. Es exabrupto y mala educaci¨®n, all¨¢ donde se produce. Es incivismo y groser¨ªa de calado mayor y tintes sectarios. Es voz bronca del viento y una amenaza porque, seg¨²n apunta el mozuelo Mariano Sardina, presidente provincial de las Nuevas Generaciones, "cada vez que vuelva un l¨ªder nacional del PSOE o del Gobierno volveremos a protestar de manera pac¨ªfica". A lo peor tenemos que incluir la bronca insultante entre esas maneras pac¨ªficas. Que el Dios de los irlandeses, devotos de San Patricio, nos coja confesados. El destructivo viento en las comarcas del norte no fue tan da?ino, aunque nos quedamos con la balada del poeta rom¨¢ntico.
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