"Los alumnos suelen poner lo material por encima de todo"
Gonzalo Trespaderne Arnaiz (Briviesca, Burgos, 1970) acaba de escribir una novela did¨¢ctica sobre la historia de la ¨¦tica y los principales problemas morales de nuestro tiempo, a la que ha a?adido un cuaderno de actividades y una gu¨ªa para el profesorado. Bajo el t¨ªtulo de Los caminos de la felicidad, Trespaderne cuenta las principales propuestas morales de la tradici¨®n occidental con un grupo de adolescentes como protagonistas. El libro, editado por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n andaluza a trav¨¦s del centro del profesorado de El Ejido (Almer¨ªa), es material educativo para secundaria y bachillerato, con una aplicaci¨®n inform¨¢tica por la que ha recibido el segundo premio del Centro Nacional de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n Educativa. La aplicaci¨®n est¨¢ en www.iesabdera.com/novela y pr¨®ximamente en www.cnice.es.
"Teatralizo mucho, todo lo que sea hablar de personas de otro tiempo se les hace aburrido"
Pregunta. ?Se r¨ªen los estudiantes de S¨®crates o Arist¨®teles?
Respuesta. No, les tienen bastante respeto. Lo normal es que les resulten dif¨ªciles de entender. Mi trabajo ha intentado hac¨¦rselos asequibles, que disfruten con ellos y vean que a¨²n tienen mucho que aportarnos hoy d¨ªa.
P. Ahora estar¨ªan vistos como machistas...
R. S¨ª, lo comentamos a veces en clase y, en un cap¨ªtulo de la novela, Carmen, una de las protagonistas, le pregunta al profesor: "?Andr¨¦s, no hay alguna mujer sobre la que podamos hacer el trabajo de ¨¦tica?", y ¨¦l reconoce que no, que en el mundo de la filosof¨ªa se ha dado poca cabida a la mujer. Una tal Hypathia, en el siglo V, a la que apedrearon porque se enemist¨® con un obispo en su ciudad, Alejandr¨ªa. Ya empieza a haber muchas mujeres que lo hacen mejor que los hombres.
P. ?Por qu¨¦ surgi¨® la idea de escribir esta novela?
R. Hace unos 12 a?os le¨ª El mundo de Sof¨ªa y me pareci¨® estupendo intentar hacer la historia de la filosof¨ªa asequible al gran p¨²blico. Pens¨¦: qu¨¦ bueno ser¨ªa hacer algo parecido con la ¨¦tica. Mi intenci¨®n ha sido hacer una historia de la ¨¦tica novelada. Luego intercal¨¦ cap¨ªtulos sobre problemas morales de ahora.
P. ?Es preciso disfrazar con una historia ficticia las propuestas morales de Occidente para que los alumnos la digieran?
R. Soy m¨¢s partidario de simplificarlas y sintetizarlas al m¨¢ximo. Por ejemplo, cuando explico a Arist¨®teles, me vale si se quedan con que para alcanzar la felicidad hay que intentar quedarse en el t¨¦rmino medio entre dos extremos. Yo teatralizo mucho, tienes que hacerlo. Todo lo que sea hablar de personas de otro tiempo se les hace aburrido. Pongo muchos ejemplos y recursos multimedia. Creo que llegan a disfrutarlo.
P. ?Tienen la filosof¨ªa y la ¨¦tica el papel que merecen en el sistema educativo actual?
R. Hay que ver c¨®mo se desarrolla la nueva ley. Yo creo que s¨ª. Ahora el ministerio tiene que perfilar un poquito m¨¢s los contenidos. Pero los profesores tenemos campo para desarrollar nuestros conocimientos.
P. ?Ve a sus alumnos preparados para un mundo que valora el dinero por encima de todo?
R. Precisamente, en una clase con alumnos de 2? de bachillerato habl¨¢bamos de esto. Y, efectivamente, suelen poner lo material por encima de todo. Yo les pon¨ªa en un supuesto: "Imaginaos que una multinacional os ofrece trabajar en un proyecto muy importante pero que, para eso, ten¨¦is que sacrificar amigos e incluso pareja". La mayor¨ªa me reconoc¨ªa que se ir¨ªa a trabajar con la multinacional, porque igual es un tren que pasa una sola vez en la vida.
P. ?Le han puesto sus alumnos en alg¨²n dilema ¨¦tico alguna vez?
R. S¨ª. Alguna vez he ido con ellos de viaje de estudios y por las noches quer¨ªan salir. El profesor no debe dejarles que consuman alcohol. Pero es un d¨ªa de fiesta en un ambiente distendido, ?qu¨¦ haces? Vamos a dejar en el aire lo que pas¨®. El viaje termin¨® bien, todos muy contentos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.