Las huellas de la Guerra Civil
Los historiadores estiman que 8.000 personas fueron asesinadas en Galicia entre 1936 y 1939
"?Por qu¨¦ no hablamos de una vez de genocidio y derechos humanos?", se pregunta Lourenzo Fern¨¢ndez Prieto, coordinador del proyecto trianual As v¨ªtimas, os nomes, as voces e os lugares. "Aqu¨ª el nivel de conflictividad era muy bajo, y la represi¨®n quiso acabar con aquello que el franquismo denomin¨® anti Espa?a".
Evidentemente, Galicia no alberga fosas comunes como las que necesit¨® Yag¨¹e en Extremadura. Una resistencia como la ofrecida por los mineros de El Bierzo era impensable y, sin embargo, decir que aqu¨ª fueron asesinadas 8.000 personas durante la Guerra Civil
[Juli¨¢n Casanova arriesga la cifra de 150.000 a nivel estatal], particularmente agrupadas en el mismo bando, se antoja "rid¨ªculo", seg¨²n la mayor¨ªa de los consultados.
"Los ancianos saben que ¨¦sta es su ¨²ltima oportunidad. No debemos defraudarlos"
Cultura aport¨® 150.000 euros para el proyecto de recopilar documentos y testimonios orales
"El t¨®pico es que Galicia se adhiere al movimiento naturalmente, como si Celso Emilio, Pousa Antelo o Ram¨®n Pi?eiro fuesen a la guerra por gusto", recuerda Prieto. Contabilizar las deserciones de mariscos, como denominaba la propaganda republicana a los primeros soldados gallegos de reemplazo, ser¨¢ dif¨ªcil.
Para ordenar lo posible, Cultura aport¨® 150.000 euros para el proyecto en la estela del Ano da Memoria. Xulio Prada, Mar¨ªa Jes¨²s Souto, Emilio Grand¨ªo y Dionisio Pereira se responsabilizan de compilar fuentes en Ourense, Lugo, A Coru?a y Pontevedra, mientras Xurxo Pantale¨®n coordina la recogida de fuentes orales. La idea es construir una base de datos con los nombres de las v¨ªctimas de la represi¨®n y un fondo de entrevistas [ya se dispone de m¨¢s de 250 grabaciones de m¨¢s de tres horas cada una, adem¨¢s de otras 400 del fondo oral de la USC], y localizar e identificar los lugares de la represi¨®n. La futura base de datos de la Guerra Civil en Galicia se presentar¨¢ este a?o. Las entrevistas, que seguir¨¢n su curso, ayudar¨¢n a estudiar las razones, la tipolog¨ªa y la disparidad de la represi¨®n. El archivo final se ubicar¨¢ probablemente en la Cidade da Cultura.
Este mi¨¦rcoles, un acto organizado por la USC servir¨¢ para "honrar la memoria" de los profesores represaliados. El 41% de los catedr¨¢ticos y el 27% de los profesores fueron depurados en 1936, seg¨²n datos de Prieto. A finales de marzo, un congreso internacional analizar¨¢ la represi¨®n. Y en abril se conocer¨¢ el fruto del convenio entre la USC y la Diputaci¨®n coru?esa, un libro-CD con el vaciado de las 800 causas militares del Archivo Militar de Ferrol. En A Coru?a, el 63% de las 2.295 causas analizadas alegan rebeli¨®n militar.
Muchas v¨ªctimas son muertos extrapolados. Los registros civiles distan de ser infalibles, casi la mitad de las muertes no constan en ninguna parte y algunas fuentes valiosas, como los archivos de ¨¦poca de la Guardia Civil, fueron expurgados masivamente tras la muerte de Franco.
S¨®lo Ourense 1936-1939. Alzamento, guerra e represi¨®n, de Prada, y La represi¨®n franquista en la provincia de Lugo. 1936-1940, de Souto, documentan a nivel provincial v¨ªctimas con nombre y apellidos: 626 en Ourense y 625 en Lugo.
Muchos de los peores episodios del golpe ya han sido analizados. Desde la resistencia del antiguo ayuntamiento de Lavadores a los sucesos que precedieron a la militarizaci¨®n del personal naval y ferroviario en Ferrol, donde Xos¨¦ Manuel Su¨¢rez contabiliza 700 muertos. Los paseos del Campo da Rata, en A Coru?a, o la brutalidad extrema de los sucesos de O Morrazo, donde miembros de las sociedades marineras de la CNT fueron atados a los barcos y aplastados contra el puerto de Moa?a, seg¨²n Carlos G. Velasco, son conocidos en diferente medida. En 1980, la ¨²nica referencia bibliogr¨¢fica aseada era todav¨ªa Lo que pas¨® en Galicia (1937), supuestamente publicado en Buenos Aires por Lu¨ªs Seoane.
En este sentido, los estudios locales y comarcales de Carlos Nuevo, ?ngel Rodr¨ªguez Gallardo, Carlos Fern¨¢ndez, Lu¨ªs Lamela, Manuel Pazos o Xerardo Agrafoxo han sido esenciales para dimensionar la represi¨®n. Pero no ocultan, sin embargo, numerosas l¨ªneas de sombra. De Santiago a Fornelos de Montes.
Entre las fuentes documentales, los investigadores acuden a los registros civiles, el Archivo Militar de Ferrol, registros sanitarios, libros de cementerios o expedientes carcelarios. Cuando no hay constancia documental de una muerte -lo que sucede en la mayor¨ªa de los paseos, por ejemplo-, se recurre a las fuentes orales. A los supervivientes que aceptan ser entrevistados se les facilita despu¨¦s su testimonio grabado para que acepten o no su inclusi¨®n en el archivo p¨²blico. Tienen derecho a modificarlo y registrarlo con su nombre completo o con iniciales, verdaderas o falsas. De 250 entrevistas, s¨®lo tres fuentes, seg¨²n Pantale¨®n, han exigido anonimato.
Un familiar directo puede identificar oralmente a una v¨ªctima. Si no es posible, los historiadores validan fuentes de aldeas distintas. "Un m¨ªnimo de cuatro testimonios", dice Xulio Prada, que empez¨® a hacer entrevistas en 1989. Pero hay muchos lugares de Galicia donde este m¨¦todo no funciona. Para Xurxo Pantale¨®n, "los ancianos son conscientes de que ¨¦sta es su ¨²ltima oportunidad. No debemos defraudarlos". Para Fern¨¢ndez Prieto, lo que atemoriza a las fuentes "son autos como el de Cambados". "Las condiciones del contexto actual -el PP sigue sin admitir golpe de Estado para aludir al 18 de julio- impiden arrojar luz sobre v¨ªctimas y v¨ªctimarios a la vez", dice. Aunque ser demandado por parientes de un presunto represor acerca a otras fuentes, algunos historiadores aseguran que ese efecto "podr¨ªa asustar a las fuentes vivas cuando m¨¢s se las necesita".
Seg¨²n Santiago Mac¨ªas, "el 80% de la gente que nos informa de temas de Galicia lo hace desde la emigraci¨®n, y la inmensa mayor¨ªa de las llamadas interiores se producen desde 2005". El responsable de la zona noroeste de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica, en activo desde 2000, se?ala que la presencia en Galicia de un ex ministro de Franco "algo habr¨¢ tenido que ver". Los problemas de la asociaci¨®n para registrarse en Galicia son tambi¨¦n hist¨®ricos.
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