Diario desde Bagdad en la 'web'
Saad Eskander quiere "hacer algo de luz sobre el sufrimiento" de los iraqu¨ªes, pero para ello no le basta con sortear las bombas y los francotiradores que infestan las calles de Bagdad.
En los despachos, lucha por convencer a sus jefes de que necesita algo m¨¢s de dos o tres horas de suministro el¨¦ctrico al d¨ªa. Sin ¨¦xito: esa suerte en Irak se reserva solamente para los hospitales.
La oficina de Saad Eskander, un kurdo-chi¨ª de 44 a?os, est¨¢ en la Biblioteca Nacional de Irak, que dirige desde finales de 2003. Una amiga le propuso escribir un diario en Internet para reflejar su vida en el epicentro de un conflicto civil que ha causado miles de muertos desde la invasi¨®n estadounidense. Entre explosiones, secuestros y problemas de tr¨¢fico, Eskander env¨ªa por correo electr¨®nico su cr¨®nica diaria a la Biblioteca Brit¨¢nica, que colabora econ¨®micamente en la reconstrucci¨®n de la instituci¨®n iraqu¨ª tras la guerra.
El blog traducido al espa?ol en ELPAIS.com |
Este cuaderno de bit¨¢cora se puede leer en ingl¨¦s en la p¨¢gina de Internet de la instituci¨®n brit¨¢nica desde el pasado 31 de diciembre (aunque su primera entrada se remonta al 10 de noviembre de 2006), y a partir de hoy se publicar¨¢ tambi¨¦n traducido al espa?ol en ELPAIS.com, en http://blogs.elpais.com/diario_desde_irak/.
Eskander se conecta a Internet desde su despacho o desde uno de los escasos cibercaf¨¦s que quedan abiertos en Bagdad. La conexi¨®n es de todo menos fiable, pero le sirve para publicar sus impresiones, "sin mostrar emociones ni juicios de valor", dejando al lector "que se haga la idea que quiera del d¨ªa a d¨ªa en Irak". Sin embargo, tiene miedo a que sus compa?eros en la biblioteca o en el Ministerio de Cultura lo puedan leer porque cree que le malinterpretar¨ªan. Y a¨²n as¨ª, eso no es lo que m¨¢s miedo le da. "Hasta ahora hemos perdido a cinco trabajadores. A algunos les han matado las milicias chi¨ªes, y a otros los sun¨ªes. Ellos saben que yo lo s¨¦", cuenta por tel¨¦fono desde Bagdad. Su ¨²nico escudo es que el diario no se publica en ¨¢rabe. "No, en ¨¢rabe no lo escribir¨ªa. Si se enteraran, podr¨ªa ser mi fin".
Eskander comienza su diario contando su epopeya para ir a la oficina: "En una ocasi¨®n volv¨ª de Roma al Aeropuerto Internacional de Bagdad. Todo el mundo sabe que la autopista que lleva a Bagdad es la carretera m¨¢s peligrosa del mundo. Por motivos de seguridad, ped¨ª al taxista que me dejara en el primer control militar, a tres minutos de distancia. No se puede fiar uno de nadie, y menos de los taxistas del aeropuerto. En el puesto militar me esperaba mi ch¨®fer. Los polic¨ªas nos pidieron que sali¨¦ramos inmediatamente de all¨ª: un coche parado en el control les parec¨ªa sospechoso. El tr¨¢fico en la autopista era ca¨®tico...".
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