M¨¢s de lo mismo
El Anteproyecto de Ley del Cine que traslad¨® el Ministerio de Cultura a los agentes del mercado cinematogr¨¢fico a mediados del pasado mes de febrero ha provocado un intenso chaparr¨®n de cr¨ªticas, reproches e, incluso, alguna sonada amenaza de rebeli¨®n. La reacci¨®n es, por supuesto, de intensidad variable. Las cr¨ªticas m¨¢s radicales provienen de las televisiones privadas, a las que el tan citado borrador obligar¨ªa a invertir el 6% de sus ingresos brutos anuales, el 1% m¨¢s de las cantidades que hasta ahora aportaban, a la promoci¨®n y financiaci¨®n anticipada de la producci¨®n cinematogr¨¢fica mayoritariamente nacional y a la adquisici¨®n de derechos de emisi¨®n de pel¨ªculas realizadas por productores independientes; alegan razonablemente que dicha inversi¨®n no se justifica, pues les obliga a invertir en un sector que no es el suyo.
Los exhibidores, por su parte, se oponen frontalmente a la llamada cuota de pantalla, por la que se les obliga a programar cada a?o al menos un 25% del total de las sesiones a pel¨ªculas de la Uni¨®n Europea, lo que califican de una subvenci¨®n privada; los productores independientes reclaman medidas fiscales, m¨¢s exactamente que los inversores encuentren desgravaciones fiscales de un 80% en sus bases imponibles en un plazo m¨ªnimo de cinco a?os. Son reclamaciones de parte, muy respetables, que el Ministerio de Cultura deber¨¢ tener muy en cuenta si quiere presentar en el Parlamento un texto definitivo que no provoque un incendio en el sector.
Sin embargo, el problema de fondo del proyecto es que, con consenso o sin ¨¦l, no ataca la ra¨ªz de la crisis del cine espa?ol, que es la p¨¦rdida incontenible de espectadores y la ausencia secular de una industria cinematogr¨¢fica poderosa, capaz de gestionar por s¨ª misma los problemas del mercado cinematogr¨¢fico. El proyecto de ley insiste en el modelo de sustituir esa industria por ayudas estables en forma de financiaci¨®n permanente procedente de las televisiones. Este patr¨®n no ha conseguido estimular la llegada de inversiones para producir pel¨ªculas grandes y peque?as, comerciales o de gusto minoritario, ni ha tenido ¨¦xito en atraer a los espectadores para que vean cine espa?ol. Y si no se le a?aden otros incentivos m¨¢s eficaces, el cine espa?ol seguir¨¢ sin industria y sin espectadores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.