Expulsi¨®n para la madre de dos soldados

Los hijos han estado en el Ej¨¦rcito brit¨¢nico -uno de ellos movilizado para la guerra de Irak- pero la madre puede ser expulsada hoy mismo del Reino Unido por las autoridades de inmigraci¨®n. La historia de los Bowman, una familia jamaicana que hace casi siete a?os abandon¨® su tierra huyendo de un marido-padre violento, fue denunciada ayer por el diario The Independent. No es precisamente un caso aislado: es una m¨¢s de las miles de expulsiones ejecutadas por el Ministerio del Interior con absoluta frialdad para cumplir con los objetivos fijados de antemano a instancias del primer ministro. Es la manera que tiene Tony Blair de contentar a los tabloides, siempre dispuestos a magnificar cualquier problema vinculado con las palabras extranjero, asilo o inmigrante.

Joy Bowman, que tiene 49 a?os, est¨¢ perfectamente integrada en la sociedad brit¨¢nica, ha destacado por su trabajo como voluntaria en una cl¨ªnica para ni?os con problemas auditivos en Gosforth y estudiaba enfermer¨ªa en la Universidad de Sunderland.

Aunque no todos sus amigos entend¨ªan por qu¨¦, Joy Bowman anim¨® a sus hijos a alistarse en el ej¨¦rcito brit¨¢nico para combatir en Irak. Su hijo Leven, que tiene ahora 28 a?os y pas¨® seis meses destacado en Basora, dice que "estaba orgulloso de servir a mi pa¨ªs y el Gobierno estaba encantado de que yo arriesgara mi vida en Irak". "No entiendo c¨®mo pueden ahora amenazar con deportar a mi madre", a?ade. Su madre no s¨®lo le enviaba paquetes con cremas para protegerse del sol y bebidas prote¨ªnicas; es ella la que le animaba cuando ¨¦l estaba harto de bombas.

Damian, que ahora tiene 24 a?os y trabaja llevando un cami¨®n, fue utilizado por el ej¨¦rcito para una campa?a de captaci¨®n de nuevos soldados. Ser extranjero y negro tiene esas ventajas. Pero donde el ej¨¦rcito ve ventajas en ¨¦poca de guerras, el Departamento de Inmigraci¨®n ve inconvenientes en la vida diaria. Aunque Leven y Damian tienen derecho a la ciudadan¨ªa brit¨¢nica por su historial militar, a su madre le espera hoy un vuelo con destino a Jamaica.

Ella teme que su ex marido la encuentre en un santiam¨¦n. "Jamaica es una isla muy peque?a", se queja. Pero para el Home Office, Joy Bowman s¨®lo es una cifra: uno m¨¢s en las listas de expulsados que permiten al ministro del Interior, John Reid, proclamar la eficacia de su gesti¨®n. Antiguo estalinista, fiel blairita y consumado populista, Reid acaba de presentar, orgulloso, las ¨²ltimas cifras: el a?o pasado fueron expulsados 18.235 demandantes de asilo, un 16% m¨¢s que en 2005. En lo que va de a?o, las expulsiones han aumentado un 127%. Al mismo tiempo, las peticiones de asilo han bajado a las tasas de 1993.

Las cifras brit¨¢nicas, aunque importantes, son modestas al lado de las espa?olas. En el Reino Unido se instalaron 3,9 millones de extranjeros y se marcharon 2,8 millones entre 1992 y 2002, un saldo de 1,1 millones en 10 a?os. En Espa?a, con una poblaci¨®n un 50% inferior a la brit¨¢nica, se han instalado casi tres millones de extranjeros en s¨®lo seis a?os, entre 2000 y 2005.