"Soy el mismo que se r¨ªe de s¨ª mismo"
Francisco Ayala cumple hoy 101, y es el mismo de siempre. Lo dice ¨¦l, y se le ve. El mismo de siempre, "el que se r¨ªe de s¨ª mismo". El mi¨¦rcoles le fuimos a ver a su casa, en Madrid, y all¨ª el novelista granadino estaba con su mujer, Carolyn Richmond, que durante este a?o de celebraciones y agasajos ha sido, y es, "el baluarte en el que me apoyo"; sobre su mesa baja, el primer volumen que ha aparecido de las obras completas que publica C¨ªrculo de Lectores / Galaxia Gutenberg. Han empezado por el volumen tres, de estudios literarios, que ha compilado la propia Richmond, porque estos materiales ensay¨ªsticos del autor m¨¢s que centenario han sido m¨¢s f¨¢ciles de recopilar que las otras obras de Ayala, que es soci¨®logo, periodista, editor, ensayista..., pero sobre todo novelista. Sobre el cumplea?os gir¨® esta conversaci¨®n, en la que tambi¨¦n intervino su mujer, y que nosotros reproducimos tal como se produjo. El vigor con el que habla es reflejo del vigor con el que afronta el inicio de su segundo centenario.
"Voy a celebrar mi cumplea?os en la soledad total, que es la soledad con mi soledad [dice se?alando a su esposa]"
"El futuro para m¨ª ahora es un muro, una pared. No quiero recordar. Ya escrib¨ª 'Recuerdos y olvidos"
"La literatura es lo esencial. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ?d¨®nde est¨¢ la realidad?"
"En la ¨²ltima fase de mi obra he roto las fronteras entre la imaginaci¨®n y la experiencia. No hay fronteras"
-Le gana usted a Garc¨ªa M¨¢rquez por 21...
-?Le gano en el tiempo!
-Ahora, usted tiene ahora mejor aspecto que cuando cumpli¨® 100...
-Es que entonces estaba muy cansado, y ahora me encuentro mejor. He estado p¨¦simo; no s¨¦ ni c¨®mo me he podido reponer. M¨¢s o menos me defiendo...
C. Richmond. Es que tuviste una pulmon¨ªa el a?o pasado... Cuando se abri¨® la exposici¨®n del centenario en la Biblioteca Nacional estabas mal tambi¨¦n...
-Pues ahora est¨¢ usted estupendamente.
-?Pero no puedo arriesgarme a mucho! No puedo ir a ning¨²n sitio sin Carolyn...
-Y ahora ve usted salir este tomo de las obras completas... ?C¨®mo se ha sentido usted con los homenajes y agasajos de este a?o?
-Yo pienso que todo esto no se corresponde con mi personalidad. Yo no soy vanidoso. Y esto es un regalo para los vanidosos, que se vuelven locos con los agasajos. Yo lo veo como desde fuera. Lo veo fr¨ªamente. Lo he pasado bien y lo estoy pasando bien. Pero soy el mismo. El mismo que se r¨ªe hasta de s¨ª mismo.
-?Qu¨¦ es lo que ha quedado m¨¢s en su memoria de todo lo que ha pasado: la cena con los Reyes, la exposici¨®n, las publicaciones...?
-Procuro que no me queden muchas cosas en la memoria porque vivo para el futuro. Y el futuro para m¨ª ahora es un muro, una pared. Yo no quiero recordar. Ya escrib¨ª ese libro, Recuerdos y olvidos. Con m¨¢s recuerdos que olvidos, a decir verdad.
-Los recuerdos a veces son como un martirio.
-El pasado no lo tengo ya, se muere. Recuerdo una cosa y al d¨ªa siguiente la recuerdo de otro modo y es otra cosa. Cada recuerdo es una experiencia pasada que no tiene vigencia, no tiene inmovilidad. No es que sea una estatua, es una pel¨ªcula.
-A veces est¨¢ bien que la vida vaya conduci¨¦ndolo a uno a los disparates. Porque eso es la literatura.
-Yo digo que la literatura es lo esencial, lo b¨¢sico. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ?d¨®nde est¨¢ la realidad? Un ¨¢rbol lo es porque uno lo est¨¢ nombrando. Y al nombrarlo est¨¢ suscitando la imagen inventada que ten¨ªamos. Pero si no lo nombras el ¨¢rbol no existe.
-?C¨®mo es el presente? ?C¨®mo lo ve?
-S¨¦ que los viejos son muy pesimistas, y hay raz¨®n para justificar ese pesimismo.
-?Esta ¨¦poca le recuerda a otras?
-No. Creo que no.
-Ahora salen sus ensayos. Los Estudios literarios.
-S¨ª, est¨¢n repitiendo ediciones, y yo me alegro mucho porque as¨ª los libros de uno llegan al alcance de la gente que de otro modo no tendr¨ªa ni idea de qui¨¦n soy, y a uno le gusta que la gente sepa que uno existe, o ha existido, como es mi caso.
-Una vez le preguntaron a Garc¨ªa M¨¢rquez, su tocayo de mes, que si hubiera escrito un solo libro de qu¨¦ hubiera tratado...
-?Y qu¨¦ dijo?
-La soledad.
-?Qui¨¦n es La Soledad? ?Una novia que tuvo por ah¨ª? Ja, ja.
-?Y de todos los asuntos que usted mismo ha tratado, cu¨¢l ser¨ªa el preponderante?
-Me he planteado siempre cada empresa, grande o peque?a, con un nuevo af¨¢n. No puedo decir cu¨¢l prefiero. Una l¨ªnea puede ser igual de valiosa que mil p¨¢ginas.
-Este volumen de sus obras lo muestra como lector. Entre los inventores de literatura, ?a cu¨¢l recomendar¨ªa hoy a un joven?
-Acu¨¦rdese de que he sido profesor, y no me gusta recomendar lecturas. Detesto decirle a los dem¨¢s qu¨¦ tienen que hacer y qu¨¦ tiene que gustarles.
C. Richmond. Yo creo que la respuesta est¨¢ en el libro: hay mucho de Cervantes, mucho de Gald¨®s... Yo he aprendido mucho de ¨¦l leyendo estos testimonios, porque nunca he sido alumna suya... ?l te hace preguntas, pero nunca te dice que te has equivocado...
-Su literatura es una conversaci¨®n con la realidad.
-En el vac¨ªo no puede operar el pensamiento. Tiene que operar sobre unas bases materiales, que es lo que se llama la realidad. Pero esa realidad se transforma, y es algo que tiene sentido cuando es mirado por un creador...
-Y esa realidad ha viajado con usted, en la memoria, en los a?os de exilio...
-La realidad b¨¢sica es la de la infancia y la adolescencia, y el resto va acumulando cosas, pero son esos tiempos los que de modo t¨¢cito siguen en nosotros. Y uno puede sacar o no sacar de ese ba¨²l.
-Debe abrumar encontrarse uno con las obras completas...
-?Quiere usted que yo sienta remordimientos por haber escrito tanto? A veces me pongo a leer y digo: "Esto no est¨¢ mal", ?y me doy cuenta de que lo escrib¨ª yo!
C. Richmond. Yo creo que, en efecto, la obra de Ayala es un continuo di¨¢logo... Y es interesante constatar que el primer texto de ficci¨®n que escribe despu¨¦s de dejar Espa?a para el exilio es el Di¨¢logo con la muerte.
-Usted a veces parece muy esc¨¦ptico, pero su obra est¨¢ dominada a partes iguales por la melancol¨ªa y por la rabia, como si fuera la corriente de un r¨ªo en medio de su geograf¨ªa literaria...
-?Ha salido usted cr¨ªtico literario!
-Despu¨¦s de tanto agasajo, querr¨¢ ahora descansar.
-S¨ª, he llegado a estar cansado. La vida te trae y te lleva, pero, en definitiva, no cambia nada dentro de m¨ª.
-Mucha gente le habr¨¢ pedido la receta para mantenerse tan bien.
-Influyen la biolog¨ªa, la suerte y la fortaleza de ser sincero consigo mismo... La mala conciencia inquieta y no deja vivir. Si uno no ha obrado bien puede que viva atormentado. Y yo no tengo nada de lo que arrepentirme.
-?C¨®mo va a celebrar el cumplea?os?
-Lo voy a celebrar en la soledad total, que es la soledad con mi soledad
[dice, se?alando a su mujer, y riendo].
C. Richmond. Vamos a estar solos, y luego iremos a Granada, para la inauguraci¨®n de la Fundaci¨®n Francisco Ayala, el lunes.
-Ya deseaba tranquilidad.
-Mucho, porque a m¨ª la equitaci¨®n no me va.
-Todo el mundo se alegra de que usted est¨¦ tan bien y siga diciendo cosas tan sensatas.
-Sensatez es lo que m¨¢s falta estos d¨ªas, porque todo el mundo est¨¢ loco.
-?Una locura irremediable?
-Eso no lo s¨¦. No soy un psiquiatra.
-?Estamos para el psiquiatra?
-Hombre, ?con todo lo que est¨¢ pasando!
-?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le alarma?
-Todo y nada. Por un lado, nada me puede afectar porque yo ya no existo pr¨¢cticamente, pero por otro lado...
-Periodista, soci¨®logo, editor, novelista, ensayista, cr¨ªtico, cr¨ªtico de cine... De todas esas cosas, ?qu¨¦ es usted m¨¢s?
-Un novelista, en el sentido de creador... En la ¨²ltima fase de mi obra he roto las fronteras entre la imaginaci¨®n y la experiencia. No hay fronteras.
-Nos gustar¨ªa decirle el pr¨®ximo a?o felices 102.
-A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa que me lo dijeran.
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