La carrera investigadora

?Es conveniente abrir la puerta a una aut¨¦ntica carrera investigadora en el seno de la universidad? Muchos universitarios llevan a?os respondiendo que s¨ª. Y bastantes otros llevan el mismo tiempo resisti¨¦ndose como una roca a esa posibilidad.

Francisco Tom¨¢s, rector de la Universitat de Val¨¨ncia, ex vicerrector de Investigaci¨®n, ¨¦l mismo con un excelente curr¨ªculo a sus espaldas, pertenece al grupo de quienes responder¨ªan afirmativamente sin dudarlo.

?Y qu¨¦ significa eso de carrera investigadora?

B¨¢sicamente: que adem¨¢s de Personal Docente Investigador (PDI) -la figura alrededor de la cual gira toda la estructura universitaria- las facultades y otros centros acad¨¦micos incorporen personal exclusivamente o al menos preferentemente dedicado a investigar.

Los partidarios del no alegar¨ªan que el primer objetivo de la universidad es el formativo. Y que ya existe un organismo, el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), dedicado a tiempo completo a la otra labor.

El Gobierno ha dado un paso hacia la carrera investigadora. No ha sido con la reforma de la LOU, sino con una enmienda socialista a la Ley de la Ciencia. La norma establece ahora un l¨ªmite de cuatro a?os a los contratos que las universidades pueden ofrecer a quienes s¨®lo investigan. La enmienda persigue eliminar ese l¨ªmite, con lo que ser¨¢ posible acordar contratos indefinidos.

Tom¨¢s lo considera un progreso. Pero "corto". ?La raz¨®n? La f¨®rmula los deja fuera de los mecanismos convencionales de financiaci¨®n. Y eso, dependiendo de la generosidad del gobierno auton¨®mico correspondiente, puede acabar generando m¨¢s problemas que otra cosa a los gestores de unas universidades en las que, por cierto, se realiza la mayor parte de la investigaci¨®n espa?ola.