Vigor caboverdiano
La cantante Lura, que visita Espa?a estos d¨ªas, repasa en su disco 'Vine de lejos' la riqueza musical del archipi¨¦lago africano
Lura va a ser una de las protagonistas de la pel¨ªcula de Carlos Saura sobre el fado. Se dio a conocer hace 10 a?os con una canci¨®n en Red hot+Lisbon, disco para una campa?a contra el sida en el que participaron David Byrne, Caetano Veloso y Marisa Monte. "En la m¨²sica caboverdiana el futuro ya tiene nombre y se llama Lura", dijo el escritor angole?o Agualusa.
"No he dejado de correr", se queja Lura. As¨ª ha sido desde que grab¨® Di korpu ku alma (De cuerpo y alma) y comparti¨® cartel, en el Grand Rex de Par¨ªs, con Cesaria Evora. Se la ha querido presentar como la heredera de la cantante descalza. Pamplina. Lura -que actu¨® ayer en Santiago de Compostela, lo har¨¢ ma?ana en Madrid (Galileo Galilei) y el 13 de mayo en Barcelona (L'Auditori)- ha publicado un nuevo disco, M'bem di fora (Vine de lejos), canta ritmos como el batuku, que se alejan de la morna melanc¨®lica. Y lo hace con voz vigorosa.
Lurdes Assun??o -de las tres primeras letras del nombre y la primera de su apellido viene Lura- naci¨® en Lisboa en 1975, a?o de la independencia de Cabo Verde. "Estoy acostumbrada a vivir entre la cultura portuguesa y la caboverdiana. Siempre he sabido lo que deb¨ªa hacer en cada situaci¨®n. Una vez pas¨¦ dos meses seguidos en Cabo Verde y sent¨ªa saudades de Lisboa. Y en Lisboa las tengo de Cabo Verde", dice. "En las bodas caboverdianas todo el mundo est¨¢ invitado a la fiesta. Hay grandes ollas de comida. En las de los portugueses los asistentes se cuentan. Ni uno m¨¢s de los previstos y un lugar para cada persona", explica riendo.
Los viajes a Cabo Verde -el primero con 21 a?os- "me han servido para valorarme m¨¢s como mujer y como africana. El lugar en el que nacemos es importante, pero el lugar de donde venimos, donde todo comenz¨®, explica tantas cosas". La vida es dif¨ªcil en esa antigua colonia portuguesa en el Atl¨¢ntico, un archipi¨¦lago de 10 islas castigado por la sequ¨ªa. La mitad de la poblaci¨®n embarc¨® en busca de otros horizontes. "Durante toda la historia de Cabo Verde se plante¨® la cuesti¨®n de esperar la lluvia. ?Ser¨¢ que llega? ?Tendremos para comer?".
Lura se acompa?a de la tchabeta, un instrumento de percusi¨®n de las mujeres de la isla de Santiago. "Tocaban batuku sobre sus rodillas, pero a las dos horas duele y crearon ese instrumento hecho con telas, pa?os y pl¨¢stico. Suelen reunirse unas 15 para cantar, hablar, dar consejos a las m¨¢s j¨®venes. En la esclavitud se juntaban despu¨¦s del trabajo. Hasta que se prohibi¨® y tuvieron que hacerlo a escondidas", cuenta. "En Cabo Verde tenemos muchos motivos para llorar, pero siempre estamos dispuestos para la fiesta. Somos felices con l¨¢grimas en los ojos".
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