Sudoku auton¨®mico
Es bien sabido la existencia de distintos niveles competenciales en cada una de las comunidades aut¨®nomas (CC AA) espa?olas. Tambi¨¦n es conocido que la Constituci¨®n ha establecido un sistema abierto para que los procesos auton¨®micos fueran desgran¨¢ndose a medida y en funci¨®n de las demandas, las necesidades y las estrategias de cada autonom¨ªa. Los resultados al rendir cuentas despu¨¦s de 25 a?os de funcionamiento han sido espectacularmente satisfactorios. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os se presentan ciertos s¨ªntomas de desbordamiento; o lo que es lo mismo, a la hora de legislar puede existir el peligro de entrar cada una de las CC AA en competencias ajenas y generar enfrentamientos y colisiones nada deseables. Para mayor y mejor suerte, el Tribunal Constitucional act¨²a como ¨¢rbitro garante del orden y del criterio, aunque la tensi¨®n no pueda disimularse.
El futuro mapa territorial espa?ol va a quedar configurado por las sucesivas reformas estatutarias que est¨¢n llevando a cabo las autonom¨ªas. Dejando para otra ocasi¨®n los comentarios precisos sobre los niveles de participaci¨®n en los refer¨¦ndum celebrados hasta el momento (catal¨¢n (49%) y andaluz (36%)), centremos nuestro an¨¢lisis en la disparidad de criterios que se manejan tanto en lo que concierne a la financiaci¨®n como a las competencias.
En el campo de la financiaci¨®n, el Estatuto de Catalu?a establece que esta comunidad, en lo que hace referencia a las inversiones estatales, recibir¨¢ su montante en funci¨®n de su aportaci¨®n al PIB. El Estatuto de Andaluc¨ªa, por su parte, recoge el criterio de su aportaci¨®n a la poblaci¨®n total, argumento que les favorece pues son el 18% de la poblaci¨®n espa?ola y solo el 14% del PIB. Es evidente, por lo tanto, que el resto de las CC AA en sus venideras propuestas de estatuto van a buscar aquel criterio que les favorezca. De esta forma, Canarias y Baleares subrayan como elemento a primar los indicadores de insularidad; por su parte, Castilla-Le¨®n incide en el factor dispersi¨®n y baja densidad demogr¨¢fica. La Comunidad Valenciana cuando redacta su propuesta introduce un mix que recoge lo siguiente: "garantizar los mismos derechos que incluya el estatuto de cualquier otra autonom¨ªa". Como se puede comprender tal dispersi¨®n de criterios eleva la complejidad y hace muy dif¨ªcil la elaboraci¨®n de los presupuestos del Estado, toda vez que encajar cada una de las disposiciones oficiales aprobadas sin menoscabar la atenci¨®n a las otras ¨¢reas geogr¨¢ficas resulta un ejercicio de dif¨ªcil tarea. De ah¨ª que con gran precisi¨®n el vicepresidente Solbes utilizara el vocablo sudoku para acu?ar la situaci¨®n que se presenta.
Vinculado con el debate en el campo presupuestario tambi¨¦n se asoman las nuevas disputas sobre las deudas hist¨®ricas. El Estatuto andaluz la reclama para acabar con los d¨¦ficits que sufre respecto al resto de Espa?a y en el texto se dice que se debe hacerse efectivo en menos de tres a?os, aunque no llega a cuantificarla de manera precisa; s¨®lo indica donde existen situaciones de atraso secular. Las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas tambi¨¦n desean un pago a cuenta, por lo que el establecimiento de un modelo fijo, est¨¢tico y r¨ªgido no ser¨¢ posible, abri¨¦ndose las opciones de establecimiento y c¨¢lculo en funci¨®n de las capacidades de negociaci¨®n, previo estudio pormenorizado de lo que se pueda entender por deuda hist¨®rica, situaciones de agravio comparativo o d¨¦ficit de infraestructuras, equipamientos y servicios.
Finalmente, las actuales discusiones sobre los niveles competenciales entre CCAA arrojan un buen caudal de disputas. Un breve y conciso repaso permite distinguir lo siguiente: Baleares y Arag¨®n tienen planteado recursos por los archivos de la Corona de Arag¨®n. Centr¨¢ndonos en el agua, La Rioja, la Comunidad Valenciana y Murcia han mostrado su disparidad de criterios con respecto a las opciones del Gobierno de Espa?a; en tanto que Catalu?a ha blindado el agua que pasa por su territorio. El Estatuto valenciano ha sido recurrido por Castilla-La Mancha y Arag¨®n por el tema h¨ªdrico, de la misma forma que Extremadura lo hace contra Andaluc¨ªa por las competencias que se recogen en su Estatuto sobre el r¨ªo Guadalquivir.
En suma, muchas prisas por conseguir m¨¢s competencias, grandes pugnas entre autonom¨ªas, cruentas batallas entre dirigentes pol¨ªticos; y ausencia de criterios de cohesi¨®n, solidaridad y estrategias para reforzar las pol¨ªticas propias y afrontar una competencia m¨¢s global. Necesitaremos m¨¢s de un sudoku para cuadrar las crecientes reclamaciones auton¨®micas.
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