"S¨®lo soy un innovador con la ceniza"
Con apenas 7 a?os, reci¨¦n llegado al exilio americano desde su Pontevedra natal, cruzaba a caballo la Pampa para ir a la escuela. Aquellas extensiones inmensas, casi infinitas a los ojos del ni?o, condicionar¨ªan toda su obra a trav¨¦s de la presencia del espacio vac¨ªo. El pintor y escultor Leopoldo N¨®voa (Salcedo, 1919) vive entre su casa rural de Armenteira (Pontevedra) y Par¨ªs. Sus obras, caracterizadas por la b¨²squeda de una tercera dimensi¨®n, se han exhibido en Estados Unidos, Europa y Am¨¦rica Latina.
Pregunta. ?Qu¨¦ le mueve a alternar su residencia peri¨®dicamente de Armenteira a Par¨ªs?
Respuesta. La concentraci¨®n y el placer de estar en la aldea me llevan a cubrir la falta de todas las actividades que desarrollo en Par¨ªs. Mantengo un equilibrio: en Par¨ªs soy un hombre absolutamente de taller y aqu¨ª tambi¨¦n, pero me requiere mucho el entorno, tanto el intelectual como el f¨ªsico.
"Mi formaci¨®n cultural es absolutamente uruguaya. Cuando me fui all¨ª, era el ¨²ltimo pa¨ªs vivible, con libertad y una gran cultura"
"Cuando ardi¨® mi taller de Par¨ªs, guard¨¦ los pedacitos de los cuadros en una bolsa. Al abrirla vi que la ceniza ten¨ªa un mensaje para mi"
"No es importante que se interprete correctamente la obra, lo importante es que el contemplador realice ¨¦l un acto de creaci¨®n"
P. ?Ha vuelto a Uruguay, el pa¨ªs que le acogi¨® durante la primera etapa de su exilio?
R. S¨ª, s¨ª. Mi hijo y dos nietos viven all¨ª. Bueno, uno de ellos reside y trabaja en Madrid. Jos¨¦ Ram¨®n es director de cine, su pel¨ªcula Sicario estuvo nominada a los Goya. A Uruguay me fui con 17 a?os, despu¨¦s de desertar, cuando me quisieron reclutar para las tropas de Franco. Mi formaci¨®n cultural es absolutamente uruguaya, entonces era el ¨²ltimo pa¨ªs vivible con libertad y una gran cultura.
P. ?Fue entonces cuando descubri¨® su vocaci¨®n?
R. Hab¨ªa dos compa?eros de estudios con los que ten¨ªa una amistad intelectual que me ha acompa?ado siempre. Fundamos una revista de arte que se llamaba Apex, y yo me encargaba de la parte pl¨¢stica. En aquel momento conoc¨ª a Torres Garc¨ªa, quien fue, junto a Jorge Oteiza, la personalidad que ha influido en mi concepci¨®n pl¨¢stica.
P. En Buenos Aires estuvo en contacto con los intelectuales gallegos exiliados.
R. En 1947 me fui de Uruguay a Buenos Aires donde conoc¨ªa a un escultor gallego llamado Valenzuela. ?l me present¨® a Lu¨ªs Seoane, con quien tuve una gran amistad. Blanco Amor, Lorenzo Varela, Rafael Dieste y Arturo Cuadrado formaban el grupo central. Ten¨ªamos una relaci¨®n ¨ªntima y total. El arte y la pol¨ªtica, sobre todo en relaci¨®n a Galicia, centraban las conversaciones.
P. Su trayectoria art¨ªstica qued¨® marcada por el incendio que sufri¨® su taller parisiense.
R. Yo tuve un taller maravilloso de 250 metros cuadrados en el barrio de la Bastilla. Se quem¨® y perd¨ª todas mis obras salvo algunas que estaban en una exposici¨®n. Nos quedamos sin nada. Los artistas organizaron una exposici¨®n para ayudarnos a Susana, mi se?ora, y a m¨ª a empezar de nuevo, y fue entonces cuando se me dio el taller de Par¨ªs donde trabajo ahora.
P. Las cenizas de ese incendio han tenido un papel fundamental en su obra. ?C¨®mo se produjo ese descubrimiento?
R. Despu¨¦s del incendio, Susana y yo volvimos a ver lo que hab¨ªa quedado del taller. Al ver los restos de mis obras, cog¨ª una bolsa y la llen¨¦ con los pedacitos de los cuadros que se hab¨ªan quemado. Cuando despu¨¦s abr¨ª la bolsa y encontr¨¦ la ceniza, vi que ten¨ªa un mensaje para m¨ª. Eran los grises, los negros y los rojos que se convirtieron, sobre todo junto a la ceniza, en protagonistas de mi obra.
P. ?Se considera usted un innovador?
R. S¨®lo en lo que se refiere al lenguaje a trav¨¦s de la ceniza. No por lo dem¨¢s.
P. ?Sigue experimentando?
R. Absolutamente. He vuelto a trabajar con cenizas pero con un tratamiento menos formal. Anteriormente me val¨ªa de elementos extrapict¨®ricos y ahora utilizo exclusivamente ceniza. Adem¨¢s, como uno de los medios que en parte he perdido es la vista, es una de las razones para suprimir la presencia de la forma, como protagonista, en favor de la ceniza.
P. Otro de los materiales que ha incorporado a sus obras es el cart¨®n.
R. A ra¨ªz de una operaci¨®n, y al estar convaleciente y no poder trabajar con la precisi¨®n anterior, es otro de los elementos que he empezado a manejar. Utilizo cartones inservibles de gofrage que empleo para el relieve de los grabados.
P. Es usted un precursor del reciclaje.
R. En 1960 cuando hice el mural del Estadio del Club Atletico Cerro ya lo utilizaba. Los materiales usados cambian de comportamiento seg¨²n la misi¨®n que se les adjudique. Estudio un lenguaje para el cual no necesito precisi¨®n: desgarramiento del cart¨®n, perforaciones...
P. Sus murales en Uruguay y A Coru?a son de dimensiones extraordinarias.
R. El del estadio del Cerro mide m¨¢s de 600 metros cuadrados. Empec¨¦ otro en A Coru?a que luego no se termin¨®. Fue una mala suerte que no se cuidaran y conservaran como se cuida un jard¨ªn. En Uruguay, por pobreza del pa¨ªs y en A Coru?a simplemente porque al alcalde [Francisco V¨¢zquez] no le gust¨®.
P. ?Espera un artista conceptual que el espectador entienda su obra?
R. No es importante que se interprete correctamente la obra, lo importante es que el contemplador realice ¨¦l un acto de creaci¨®n. Lo que ¨¦l crea es v¨¢lido, tanto como para el pintor.
P. ?Qu¨¦ es lo ¨²ltimo que ha hecho?
R. Dos esculturas muy importantes en mi obra y tambi¨¦n f¨ªsicamente. Una est¨¢ en As Lagoas, en la Universidad de Vigo y otra anterior en Santiago, en el parque San Domingos de Bonaval. De ¨¦sta ¨²ltima, Espacio cromlech ocupado, le rob¨¦ la idea a Oteiza. P¨®ngalo usted tal cual.
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