Cinco escenarios para salir de Irak... y ninguno bueno
"Podr¨ªa durar seis d¨ªas, seis semanas, pero dudo que dure seis meses", afirmaba el entonces secretario de Defensa americano, Donald Rumsfeld, poco antes de iniciarse la invasi¨®n de Irak. S¨®lo dos a?os despu¨¦s se ve¨ªa obligado a admitir que las insurgencias pueden aguantar "de 5 a 12 a?os". El caso es que hoy, cuando se van a cumplir cuatro a?os del inicio de la guerra, no se vislumbra una salida. Ni la Administraci¨®n de Bush ni los dem¨®cratas, divididos, tienen hoja de ruta. Estados Unidos no sabe c¨®mo marcharse de Irak, pero tampoco c¨®mo quedarse. O quiz¨¢ s¨ª, si lo que busca es un caos que justifique una presencia militar permanente en aquel pa¨ªs.
En todo caso, el sue?o de los neocons de un Irak democr¨¢tico que irradiara estos valores sobre la regi¨®n se ha venido abajo. Los propios mandos militares, entre otros el general David Petraeus, en quien Washington deposita sus ¨²ltimas esperanzas al frente de esta misi¨®n imposible, ha declarado que todas las opciones son malas. Ya nadie, salvo Bush a¨²n de vez en cuando, habla de victoria. Se trata de minimizar da?os.
Ya nadie, salvo Bush de vez en cuando, habla de victoria. Se trata de minimizar da?os
La Administraci¨®n de Bush nunca se ha comprometido a sacar las tropas de Irak, ya no con fecha fija, sino siquiera aceptando el concepto. Y sin embargo son varios los expertos y diplom¨¢ticos que se lo recomiendan, como Zbigniew Brzezinski: el antiguo consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter ha escrito que nadie, dentro o fuera de Irak, "tiene incentivos para llegar a un compromiso mientras Estados Unidos mantenga la situaci¨®n m¨¢s o menos a flote". Mientras, la coalici¨®n internacional se va deshaciendo. Tras Espa?a e Italia otros pa¨ªses han retirado sus tropas. Incluso Tony Blair est¨¢ rebajando la presencia militar brit¨¢nica. EE UU se va quedando solo.
Cinco son los escenarios m¨¢s previsibles.
- Seguir tirando. En enero pasado Bush no s¨®lo se neg¨® a retroceder y fijar una hoja de ruta de retirada, como le recomend¨® el Grupo de Estudio sobre Irak presidido por Baker y Hamilton, sino que opt¨® por mandar m¨¢s tropas, el famoso surge, con 21.500 efectivos de combate adicionales, sobre todo para desplegar en Bagdad; y varios millares m¨¢s de soldados de apoyo. Si no funciona, el Pent¨¢gono y el propio Petraeus contemplan otras opciones. El tiempo no es ilimitado. En seis meses se ver¨¢ si el surge surte efecto o no. Para algunos observadores en la zona, cabe esperar que ante esa mayor presencia militar los ataques de insurgentes y terroristas se vuelvan m¨¢s escasos, pero s¨®lo temporalmente. Despu¨¦s volver¨¢n.
- Retirada ca¨®tica. Como en Vietnam. No es previsible que Bush lo ordene, pero el que le suceda en la Casa Blanca en enero de 2009 podr¨ªa decidirlo. El problema es que entonces estuvieran ya en plena guerra civil, con el riesgo de una partici¨®n de Irak por la fuerza, que llevara a intervenir a turcos, iran¨ªes, sirios y otros para evitar la creaci¨®n de un Estado kurdo independiente. Esta situaci¨®n le dejar¨ªa, por otra parte, el campo libre a Ir¨¢n en la parte controlada por los chi¨ªes. La gran diferencia con la debacle de Saig¨®n en abril de 1975 es que Vietnam importaba poco para el resto del mundo. Irak mucho m¨¢s, dada la concentraci¨®n de petr¨®leo y animosidades religiosas en la zona.
- Retirada a plazo. Es lo que recomendaba el plan Baker-Hamilton y otros, al menos para todas las brigadas de combate, pues el informe exclu¨ªa las necesarias para la autoprotecci¨®n. La fecha tope ser¨ªa el 1 de septiemebre de 2008. Incitar¨ªa a los iraqu¨ªes a mantener su propio orden. Pero las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes est¨¢n penetradas por las diversas milicias y se han convertido en parte del problema, y no de la soluci¨®n. Esta retirada exigir¨ªa un acuerdo internacional, de las principales potencias y de los vecinos de Irak, que es lo que Arabia Saud¨ª intenta impulsar, temerosa de que Estados Unidos no pueda aguantar y abandone la regi¨®n al caos.
- Salida parcial. Una variante es que las fuerzas estadounidenses no se retiren completamente, sino que se queden, en mayor o menor n¨²mero, con misiones menos expuestas, repleg¨¢ndose a bases semipermanentes, y apoyadas desde otras instalaciones militares de Estados Unidos en la regi¨®n. Es una opci¨®n que propugna una parte de la Administraci¨®n de Bush e incluso una parte de los dem¨®cratas, como la senadora y candidata presidencial Hillary Clinton, para la cual, ser¨¢n necesarias tropas de su pa¨ªs en Irak para seguir luchando contra Al Qaeda y formar efectivos propiamente iraqu¨ªes. Habr¨ªa as¨ª una continuidad estrat¨¦gica de Estados Unidos en una regi¨®n que considera crucial para sus intereses, con una presencia militar desde las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas a Afganist¨¢n e Irak.
- Escalada regional. En vez de retirarse de Irak, se tratar¨ªa de ampliar la guerra a Ir¨¢n y Siria. No cabe excluirlo. Es a lo que pareci¨® apuntar la ret¨®rica directa del presidente Bush en los ¨²ltimos tiempos. Y es significativo que, pese a que los dem¨®cratas tienen mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes y en el Senado, esta semana eliminaron la propuesta inicial en la ley de gasto militar de que el presidente Bush tenga que obtener la aprobaci¨®n del Congreso antes de cualquier movimiento contra Ir¨¢n. Le han dado carta blanca.
?Cu¨¢l de estos escenarios de trazo grueso predominar¨¢? A estas alturas, no es posible saberlo. Los pr¨®ximos seis meses ser¨¢n determinantes. Otra vez. Pues eso se dec¨ªa ya hace medio a?o.
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