La Junta, la lotera, el joyero y el juez
En torno al d¨ªa 15 de cada mes, el juez Miguel ?ngel Torres levanta el secreto de sumario sobre algunos tomos del caso Malaya. La mayor¨ªa de las veces esta medida suele ir precedida de varias ¨®rdenes de detenci¨®n contra nuevos miembros de esa tribu de delincuentes que esquilmaron las arcas del ayuntamiento de Marbella y se merendaron con cemento su t¨¦rmino municipal. Por el levantamiento del secreto, se va conociendo un poco m¨¢s de la desverg¨¹enza con la que actuaban los imputados, mientras que por las ¨®rdenes de detenci¨®n va aumentando el n¨²mero de personajes que se beneficiaron del saqueo, esa panda de impresentables que est¨¢ a punto de alcanzar el centenar, el doble que ten¨ªa la banda de ladrones m¨¢s famosa hasta ahora de la historia, la que lider¨® Al¨ª Bab¨¢.
Por los juzgados de Marbella ha pasado ya lo m¨¢s granado de la sociedad: alcaldes, concejales, empresarios, notarios, banqueros, asesores, polic¨ªas, y salvo Ninette, hasta un mont¨®n de se?ores de Murcia, Madrid o Sevilla, por citar algunos ejemplos que demuestran que el dinero corre siempre m¨¢s r¨¢pido que las impugnaciones y los autos judiciales. Los ¨²ltimos detenidos han sido la esposa, la hija y un cu?ado de Roca, lo que viene a demostrar que la familia que delinque unida permanece siempre unida. Incluso se podr¨ªa decir que la familia que delinque unida permanece unida hasta cuando se separa, como es el caso de Juli¨¢n Mu?oz.
En los ¨²ltimos tomos sobre los que se ha levantado el secreto de sumario apenas tienen ya protagonismo los personajes principales de la trama, pero van emergiendo los secundarios. ?sos que se fueron sumando a este fest¨ªn de corrupci¨®n y dinero f¨¢cil. Entre ellos, polic¨ªas locales que subastaron coches o vend¨ªan informaci¨®n; joyeros que despachaban los Rolex al peso y hasta una mujer que compraba boletos de loter¨ªa premiados para lavar dinero negro. Una larga lista de meritorios de segunda fila cuya presencia en la trama demuestra que el ans¨ªa por el dinero es el camino m¨¢s f¨¢cil para llegar a la miseria, a la humana.
As¨ª andaba el caso Malaya, en pleno altibajo medi¨¢tico, hasta que apareci¨® un auto del juez Torres rechazando la personaci¨®n de la Junta como perjudicada en el proceso, al considerar que su posici¨®n se acerca m¨¢s a la de responsable que a la de v¨ªctima. Un auto donde reprocha a la administraci¨®n regional "que no haya podido, sabido o querido" ejercer sus competencias; y donde se afirma que pudo lucrarse con los tributos que generaron las compra-venta de estas viviendas. La Junta dice que el auto fue contestado y que tras sus alegaciones se acept¨® la personaci¨®n en la causa, aunque no como perjudicada. Recuerda que presentaron 400 impugnaciones contra las licencias ilegales y que los jueces no la atendieron durante a?os. Y advierte que los ingresos por las licencias irregulares fueron al Ayuntamiento, y no a las arcas de la administraci¨®n regional. Pero la duda del juez Torres sobre si -desde un principio y siempre- la Junta pudo, supo o quiso ejercer sus competencias en materia urban¨ªstica es m¨¢s que razonable.
En Marbella se produjo un pulso entre el poder y el querer. Est¨¢ clara la identidad de los que quisieron y pudieron desvalijar la ciudad, pero sobre la actuaci¨®n de los dem¨¢s surgen dudas. Con licencias compradas con maletines, hubo constructoras que levantaron pisos irregulares; bancos que dieron cr¨¦ditos para construirlos; ciudadanos que los adquirieron; notarios que los escrituraron y administraciones que cobraron sus impuestos, el Estado el IVA y la Junta el de transmisiones patrimoniales. Por eso, mientras la Justicia decid¨ªa si ten¨ªa o no que decidir, la sociedad sigui¨® funcionando administrativamente como si no pasara nada. Creciendo con sus ladrillos, su cemento y su euribor; con unos que recib¨ªan relojes y otros cestas de navidad. Con gente buscando loter¨ªa premiada y otra gente dispuesta a venderla. En definitiva, con esa inaceptable normalidad que certifica el tamp¨®n de caucho y un registro de entrada, la cuenta de resultados de las empresas, las estad¨ªsticas del paro, el boom de la construcci¨®n y la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.
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