Los 'desechos' de Francis Bacon
Un electricista subastar¨¢ en abril las obras y efectos personales que el artista quiso tirar a la basura y ¨¦l ha conservado durante treinta a?os
Una serie de cuadros, bocetos, fotograf¨ªas, cartas y diarios que Francis Bacon (Dubl¨ªn, 1909- Madrid, 1992), el gran retratista del sentimiento y las emociones humanas, quiso tirar a la basura en los a?os setenta saldr¨¢n a subasta el 24 de abril en Woking, en el condado de Surrey (Reino Unido). La colecci¨®n pertenece a un electricista jubilado, Marc Robertson, que comparti¨® alguna pinta de cerveza en Londres con el c¨¦lebre artista angloirland¨¦s. Se hizo con un ins¨®lito alijo hace m¨¢s de treinta a?os y lo ha conservado en el ¨¢tico de su vivienda hasta hace unos meses. Ahora, con 70 a?os, Robertson ganar¨¢ una cuantiosa fortuna con la venta de sus desechos de Bacon, que pocos han visto desde 1976.
Proudlove: "Robertson pidi¨® a Bacon que le regalara los objetos y carg¨® con lo que pudo en su coche"
La casa de subastas Ewbank conf¨ªa en recaudar entre 50.000 y 80.000 euros por los 45 lotes que saldr¨¢n a la venta de uno de los m¨¢s importantes creadores del siglo XX. "Es una estimaci¨®n muy conservadora. No hay precedentes en este tipo de subasta y realmente no sabemos cu¨¢l ser¨¢ la m¨¢xima puja de cada lote", advierte su portavoz, Christopher Proudlove. Robertson intent¨® llegar a un acuerdo con los herederos de Bacon hace ocho a?os para desprenderse del material pero no hubo acuerdo.
La colecci¨®n procede del ¨²ltimo estudio-residencia de Bacon en Londres. Ubicado en 7 Reece Mews, en South Kensington, se traslad¨® minuciosamente -con todo el revoltijo de papeles, dibujos, telas rotas y pinceles, adem¨¢s de sus paredes, suelo y mobiliario- al museo municipal Hugh Lane de Dubl¨ªn, en 1998.
Bacon estall¨® en c¨®lera al descubrir que unos obreros contratados por Robertson hab¨ªan pisoteado su material de trabajo. Orden¨® que tiraran todo a la basura pero el electricista consigui¨® calmar su genio y hacerle cambiar de opini¨®n. "Pidi¨® a Bacon que le regalara los objetos y Robertson carg¨® con lo que pudo en su coche", rememora Proudlove. El electricista ha contado al diario The Times, seg¨²n recoge Efe, que el artista le dijo: "Es todo tuyo, qu¨¦date con lo que quieras". Robertson meti¨® el material en tres bolsas de la basura y se lo llev¨® a su casa.
Las huellas de Bacon se descubren en la mayor¨ªa de las reliquias. En cuatro lienzos, quiz¨¢ autorretratos, con la cara del retratado cortada; en una serie de bocetos de perros; en las siluetas retorcidas de su amante George Bryers, o, tal vez, de su colega pintor Lucian Freud. Se ajustan al estilo del artista y a su maldita costumbre de destruir obras maestras o desecharlas sin llegar a completarlas. Al morir Bacon, en abril de 1992, se descubri¨® un centenar de lienzos en Reece Mews con las caras arrancadas.
Junto a las pinturas se venden diarios escritos a mano por el artista. Cartas y postales, entre ellas una de Richard Hamilton confirmando una cita con Octavio Paz. Hay cheques firmados, series fotogr¨¢ficas encuadradas en l¨ªneas de rotulador y fotograf¨ªas del estudio y del pintor en la Torre Eiffel. Tambi¨¦n aparecen recuerdos personales de sus amantes, entre ellos, el pasaporte de Peter Lacy, a quien conoci¨® en el Soho londinense en 1952. Se dice que Lacy, un ex piloto del RAF, con fama de violento y tendencias s¨¢dicas, fue el gran amor sexual de Bacon. ?l mismo as¨ª lo sugiri¨® al comentar en una ocasi¨®n: "Enamorarse de una forma tan extrema, estando tan f¨ªsicamente obsesionado por alguien, es como una terrible enfermedad. No se lo deseo ni a mi peor enemigo".
Babelia
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