Una p¨¢gina negra de Granada

Durante la primera mitad del siglo XX, la ti?a era una enfermedad muy frecuente entre la poblaci¨®n infantil. Su alto ¨ªndice de contagio causaba estragos entre los ni?os de Granada, por lo que el 7 de febrero de 1930 se seleccionaron 16 menores del Hospicio Provincial para experimentar una nueva forma de combatir la ti?a a base de sales de talio. El resultado no pudo ser peor: de los diecis¨¦is ni?os en tratamiento catorce perdieron la vida sin llegar a los quince a?os.

Este tr¨¢gico suceso, que permanece en la historia como "una de las p¨¢ginas m¨¢s negras de Granada", ha sido rescatado por Miguel Ruiz de Almod¨®var en su ¨²ltimo libro, titulado La tragedia del hospicio.

La tr¨¢gica historia ha perseguido desde siempre a Ruiz de Almod¨®var, que cuando era un ni?o ya estuch¨® varias veces hablar de ella. Con el paso del tiempo, el autor comenz¨® a interesarse por ella e inici¨® el trabajo de documentaci¨®n que ha dado origen al libro, un trabajo dif¨ªcil, por la falta de bibliograf¨ªa al respecto. De hecho, "no sal¨ªa en ning¨²n texto de la ¨¦poca" asegura sorprendido Ruiz de Almod¨®var, para quien el boca a boca ha sido fundamental para que la historia se mantuviera viva.

El m¨¦dico responsable de la tragedia, apodado Herodes en Granada desde lo sucedido, era Carlos Puertas, que fue condenado en 1932 a dos a?os y cuatro meses de prisi¨®n por un delito de imprudencia temeraria, por el que adem¨¢s tuvo que pagar una multa de 500 pesetas.

Seg¨²n Ruiz Almod¨®var, la tragedia fue causada por un fallo en las dosis de talio que se administraron a los menores. Mientras que la dosis correcta habr¨ªa sido no m¨¢s de 3,8 gramos, seg¨²n las pesquisas realizadas en la ¨¦poca los m¨¦dicos suministraron a los menores 38, es decir, diez veces m¨¢s. Una vez ingeridas las dosis, los s¨ªntomas no se hicieron esperar. El resultado iba a ser mortal. Ante lo irreversible de sus errores, los responsables del experimento contra la ti?a decidieron tratar de ocultar todas las pruebas, con el prop¨®sito de hacer caer la responsabilidad sobre el enfermero encargado de cuidar de los menores.