"Hasta los que deber¨ªan considerarse favorecidos nos ven poco adictos"
Las palabras de Jes¨²s de Polanco que motivaron la decisi¨®n del PP de boicotear a todos los medios de PRISA se produjeron durante la junta general del grupo, celebrada el jueves pasado. En el turno de intervenciones posterior al discurso del presidente, el accionista Ricardo Aroca tom¨® la palabra para expresar su preocupaci¨®n por c¨®mo es percibido PRISA por una parte de los ciudadanos. Aroca, tras exponer que el Grupo PRISA es contemplado, "injustamente", como "una fuente de poder partidista", dijo: "Para el futuro del negocio, nos convendr¨ªa ser percibidos como m¨¢s neutrales, pese a que yo confieso que no soy neutral". Ante esta intervenci¨®n, y de manera improvisada, Jes¨²s de Polanco respondi¨® lo siguiente:
"Nosotros tratamos de ser neutrales. Lo que ocurre es que es muy dif¨ªcil estar de acuerdo con la acci¨®n pol¨ªtica de algunos partidos"
"Si pudi¨¦ramos colaborar para que en Espa?a hubiera un partido de derechas moderno y laico, lo apoyar¨ªamos"
"Hay quien desea volver a la Guerra Civil. Acabamos de ver una manifestaci¨®n p¨²blica que es el franquismo puro y duro"
"Como soy ya suficientemente mayor, y he sido siempre bastante impertinente, digo las cosas a quien corresponde, a la cara"
"Querido Ricardo: estoy muy de acuerdo, como siempre, contigo; y quiero solamente decir que hasta los que deber¨ªan considerarse favorecidos por nosotros nos ven poco adictos.
Es curioso. Si yo contara an¨¦cdotas de c¨®mo nos consideran neutrales contrarios opinan que somos una secta, o un brazo armado medi¨¢tico... Nosotros tratamos de ser neutrales. Lo que ocurre es que es muy dif¨ªcil, muy dif¨ªcil, estar de acuerdo con la acci¨®n pol¨ªtica de algunos partidos. Es muy dif¨ªcil estar de acuerdo con todos; pero con algunos, por encima de otros, [es m¨¢s dif¨ªcil].
En un momento en el que (me permito dar una opini¨®n personal) hay quien desea volver a la Guerra Civil; en que acabamos de ver una manifestaci¨®n p¨²blica, que es el franquismo puro y duro puesto en im¨¢genes de televisi¨®n, el que nosotros opinemos como opinamos la v¨ªspera, diciendo que nos consideramos gente decente, espa?oles de bien, completamente dignos, y que no ¨ªbamos a ir a esa manifestaci¨®n para nada, cuando los contendientes se colocan ah¨ª, [para] un grupo como el nuestro, que pretende ser neutral, es muy dif¨ªcil.
Porque a poco que digas, [con] lo que est¨¢ ocurriendo, es recibido muy mal. Evidentemente, por los que no son nuestros amigos. Y, desde luego, por los que consideran que somos poco amigos de ellos, que son los contrarios.
Como an¨¦cdota dir¨¦ que el nuevo director de EL PA?S public¨® un art¨ªculo con su firma, el ¨²nico que ha publicado, coincidiendo con la salida de la edici¨®n gallega, en el que daba su opini¨®n, que tiene todo el derecho del mundo a dar, sobre todo con su firma, en el que les dec¨ªa a cada uno [aquello] en lo que ¨¦l consideraba que cada uno estaba fallando. Puedo asegurar que lo mal que ha ca¨ªdo la carta del nuevo director de EL PA?S es verdaderamente sorprendente.
Porque la capacidad que tiene la clase pol¨ªtica espa?ola de encajar la cr¨ªtica.... Incluidos nuestros amigos, que dicen: si vosotros, en este mundo proceloso de Madrid (¨¦sta es una historia mucho m¨¢s de Madrid que de Barcelona), despu¨¦s de leer todos los d¨ªas lo que nos dicen los dem¨¢s, llegas a EL PA?S, y tambi¨¦n te critica, [entonces] el disgusto es total.
Bueno, nosotros sabemos desde las elecciones del a?o 1977 que en Espa?a hab¨ªa aparecido un peri¨®dico que no depend¨ªa de nadie, y que se hab¨ªa constituido en una referencia. A partir del oto?o de 1977, nosotros hemos vivido la enemiga de todos los poderes econ¨®micos, sociales, pol¨ªticos de este pa¨ªs y eso nos ha cuajado bastante.
A partir del oto?o de 1977 empez¨® una guerra civil dentro del accionariado de EL PA?S para apoderarse de EL PA?S. Curiosamente, empezaron diciendo que yo controlaba EL PA?S; y yo lo ¨²nico que ten¨ªa era que, con el equipo de gesti¨®n, hab¨ªamos hecho un grupo y [nos] hab¨ªamos lanzado, dando nuestra cara y nuestras espaldas, para que el asunto funcionara.
Bueno, al final de aquella guerra, que recuerdo que fue en el a?o 1983 (o sea que dur¨® cinco a?os y medio), consiguieron [aquello de] lo que me acusaban: y es que al final de la guerra (yo estuve aguantando la guerra entera), hice que el grupo que antes he descrito se hubiera convertido en el controlador de la propiedad de EL PA?S. Tengo que decir que desde el a?o 1983, en que termin¨® la guerra, [y desde] 1984, cuando yo tom¨¦ la presidencia, y qued¨® ya todo consolidado, estoy muy orgulloso de que la propiedad o el apoyo de los accionistas al proyecto de EL PA?S no haya deca¨ªdo nunca, y de que EL PA?S ah¨ª sigue, estando con un pa¨ªs much¨ªsimo m¨¢s complicado que el pa¨ªs de la transici¨®n. Porque entonces exist¨ªan complejos de la culpa que hoy han desaparecido.
Aqu¨ª el poder es hist¨®rica y leg¨ªtimamente de unos se?ores. Y cuando resulta que esos se?ores no gobiernan.... Aunque la verdad del caso es que este pa¨ªs, con todos los problemas [que sufre], est¨¢ como nunca. ?sa es la idea que tenemos todos los que andamos por la calle. Y, desde luego, no estamos todo el d¨ªa en la calle Serrano o alrededores; sino en el resto de Espa?a. Que Espa?a funciona muy bien.
De acuerdo, haremos cr¨ªticas de A, B, C y D de lo que est¨¢ haciendo este Gobierno. Yo soy el primero en decirlas. E incluso, como soy ya suficientemente mayor, y he sido siempre bastante impertinente, se las digo a quien corresponde, a la cara, sin que me preocupe lo m¨¢s m¨ªnimo. Pero en fin, lo que te quiero aclarar es que es muy dif¨ªcil ser neutral cuando hay una de las partes [que considera] que vale todo, absolutamente todo, para recuperar el poder.
?Oiga, las reglas del juego! Y tambi¨¦n, perdonadme que haga esta [reflexi¨®n] personal: yo opino que si pudi¨¦ramos nosotros, el Grupo PRISA, colaborar para que en Espa?a hubiera un partido de derechas moderno, laico, con ganas de conservar lo que hay que conservar, y transformar lo que hay que transformar, los apoyar¨ªamos. Si es lo que nos falta. Ya tenemos un partido de izquierdas, absolutamente democr¨¢tico, que funciona.
Tendr¨¢ sus aciertos, tendr¨¢ sus errores. [Pero] no tenemos en el otro lado un partido de derechas del que podamos decir: las alternancias de poder no tienen m¨¢s consecuencia que cambios de equipo de gesti¨®n. Pero no lo que parece que nos est¨¢n poniendo: que si estos se?ores recuperaran el poder van a venir con unas ganas de revancha que a m¨ª, personalmente, me dan mucho miedo. Nada m¨¢s. No s¨¦ si te he respondido".
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