El primer espacio pol¨ªtico transnacional del mundo
Ma?ana, 25 de marzo, la Uni¨®n Europea (UE) celebra el 50? aniversario de la firma del Tratado de Roma, por el que se estableci¨® la Comunidad Europea. La UE es una extraordinaria estructura de gobierno sin paralelo en la historia. Quinientos millones de seres humanos en 27 pa¨ªses, desde el Mar de Irlanda hasta las puertas de Rusia, se han agrupado en menos de tres generaciones para crear el primer espacio pol¨ªtico transnacional del mundo.
Tengo que decir, ante todo, que no soy ingenuo respecto a Europa, sobre todo en cuanto al lado oscuro de su historia. Soy consciente de que se ha derramado m¨¢s sangre en Europa que en ninguna otra regi¨®n del mundo. Sin embargo, tras dos mil a?os de luchas y conflictos, Europa sali¨® de la Segunda Guerra Mundial decidida a empezar un nuevo cap¨ªtulo en las relaciones entre los seres humanos. Y lo ha conseguido.
A diferencia de otras formas de gobierno en el pasado, cuya raz¨®n de ser siempre era la extensi¨®n del poder y la expropiaci¨®n de personas, recursos y territorios, la UE se concibi¨® con un objetivo distinto: el deseo de aunar los intereses colectivos, ampliar la reciprocidad y crear una paz duradera basada en la confianza entre los pueblos.
Lo que ha cambiado es que, por primera vez en la historia, un colectivo determinado de la raza humana se atreve a pensar como especie. En este sentido, el experimento de gobierno de la Uni¨®n Europea es tanto un vuelco revolucionario en la conciencia como un cambio en la imaginaci¨®n pol¨ªtica.
Desde mi punto de vista, el de un observador estadounidense que ha pasado gran parte de su vida en Europa, lo que est¨¢ claro en medio de la ci¨¦naga cotidiana de peleas mezquinas, restos de prejuicios e hipocres¨ªas vergonzosas, es que poco a poco va saliendo a la superficie una nueva visi¨®n del sentido de la vida, al menos entre los europeos con formaci¨®n universitaria.
En primer lugar, el Sue?o Europeo es muy distinto del Sue?o Americano que marc¨® la pauta en el mundo durante los siglos XIX y XX. El Sue?o Americano habla de oportunidades individuales. Definimos nuestra libertad en funci¨®n de la autonom¨ªa y la movilidad; por eso estamos enamorados del autom¨®vil. Nos ense?an que la lucha para lograr nuestros propios intereses, a solas, en el mercado, es la mejor v¨ªa hacia la felicidad personal y el progreso de la sociedad. Y, hasta hace poco, el Sue?o Americano gozaba de buena salud.
Los j¨®venes europeos, en cambio, tienen otro sue?o. Cuando se les pide que digan qu¨¦ visi¨®n tienen del futuro, inevitablemente responden que sue?an con una "buena calidad de vida", que es un inter¨¦s m¨¢s colectivo.
A pesar de las numerosas diferencias que existen en la que es, sin duda, la regi¨®n con m¨¢s diversidad cultural del mundo, hay ciertos denominadores comunes que comparten casi todos los europeos j¨®venes y con educaci¨®n. Facilitar la buena calidad de vida, asegurar el desarrollo sostenible, propugnar los derechos humanos y sociales, hallar el equilibrio entre trabajo y ocio, responsabilizarse de los que son menos afortunados y construir puentes hacia la paz: ¨¦stos son los rasgos determinantes del incipiente Sue?o Europeo y lo que de verdad se celebra en el 50? aniversario de la Uni¨®n.
Como es natural, los sue?os son lo que a la gente le gustar¨ªa ser, no lo que es. Los europeos tienen que recorrer todav¨ªa mucho camino hasta que sus sue?os se hagan realidad. Pero lo que es m¨¢s interesante del experimento europeo, a pesar de todos los fallos humanos, es que una parte significativa de la raza humana est¨¦ intentando -aunque sea d¨¦bilmente- aspirar a una "conciencia global" en una era interconectada a escala mundial.
Los aniversarios son una oportunidad, no s¨®lo de reflexionar sobre los logros del pasado, sino tambi¨¦n de fijar futuros objetivos. Me gustar¨ªa sugerir cuatro prioridades fundamentales para los pr¨®ximos 50 a?os de integraci¨®n europea.En primer lugar, los europeos deben sentar un ejemplo para el mundo transformando las relaciones internacionales y abandonando la lucha geopol¨ªtica tradicional que ha dominado las relaciones entre pueblos y naciones desde la Paz de Westfalia de 1648 para iniciar una "pol¨ªtica de la biosfera". En a?os venideros, nuestro bienestar individual y colectivo va a depender cada vez m¨¢s de nuestra capacidad de entender que la biosfera del planeta es nuestro hogar com¨²n. El cambio clim¨¢tico, la p¨¦rdida de ecosistemas y h¨¢bitats, la extinci¨®n de especies y la disminuci¨®n de las reservas de agua dulce son una amenaza para la mera supervivencia de la civilizaci¨®n, y exigen un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar sobre la tierra.
Segundo, los europeos tienen que mostrar al mundo que los seres humanos pueden vivir juntos en esta tierra, con toda su diversidad. De hecho, el apodo de la UE es "unidad y diversidad". En la pr¨¢ctica, los europeos todav¨ªa tienen que demostrar que Europa puede ser verdaderamente una plaza p¨²blica mundial, un lugar en el que las di¨¢sporas culturales del mundo puedan vivir juntas respet¨¢ndose mutuamente y en un esp¨ªritu de tolerancia. La creciente xenofobia y el ascenso de los movimientos pol¨ªticos ultranacionalistas est¨¢n sembrando las semillas de un nuevo y violento sentimiento en contra de los inmigrantes en algunas regiones de Europa. La prueba de fuego del Sue?o Europeo ser¨¢ su capacidad de acoger e integrar a millones de inmigrantes procedentes de fuera de la UE, sobre todo las minor¨ªas musulmanas del norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo. Por su parte, los nuevos inmigrantes tienen que encontrarse con sus anfitriones europeos a medio camino y convertir el Sue?o Europeo en parte de su propio sue?o.
Tercero, los Estados miembros de la Uni¨®n Europea necesitan encontrar una forma de racionalizar y equilibrar su modelo social y su modelo de mercado para asegurarse de que las virtudes de cada uno complementan los puntos d¨¦biles del otro. Fomentar la iniciativa personal, recompensar el esp¨ªritu emprendedor y promover el desarrollo del mercado, sin dejar de garantizar el reparto amplio y justo de los frutos del progreso econ¨®mico, son pasos fundamentales para el futuro de una Europa social.
Por ¨²ltimo, los europeos deben tener un papel mucho m¨¢s importante en el escenario mundial y convertir su modelo de paz y cooperaci¨®n transnacional en un modelo para todo el mundo. En Asia, Latinoam¨¦rica y ?frica est¨¢n en marcha intentos de crear espacios pol¨ªticos internacionales como la Uni¨®n Europea. La UE puede facilitar el proceso si comparte sus "mejores pr¨¢cticas", act¨²a como espuela y como conciencia y construye relaciones de cooperaci¨®n con otras regiones que est¨¦n disponi¨¦ndose a emprender su propio recorrido hacia una era mundial transnacional.
Por ahora, es suficiente con que todos los que procedemos de otras partes del mundo digamos feliz 50? aniversario a la Uni¨®n Europea y a nuestros amigos europeos. Vuestros logros son una fuente de inspiraci¨®n y un reto que nos empuja al resto a aspirar tambi¨¦n a m¨¢s.
Jeremy Rifkin es autor de El sue?o europeo: C¨®mo la visi¨®n europea del futuro est¨¢ eclipsando el sue?o americano (Ediciones Paid¨®s). Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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