Manaudou nada sola
La estrella francesa conquista su primer oro de forma incontestable en los 400m libre
Fuera de las piscinas, a Laure Manaudou no le gusta el ruido. Habla poco, se relaciona mal. Es una chica introvertida. Dentro del agua, odia la turbulencia. Para evitarla, prefiere arrancar sin ahorrar gasolina. A fondo. La t¨¢ctica siempre es igual. Empieza con todo y cuando se queda sola al frente de la carrera se deja llevar. Ayer aprovech¨® el primer largo para sacar un segundo a todas sus rivales. Se qued¨® sola y nad¨® como a ella le gusta. Este es un lujo que muy pocos atletas se pueden permitir. Manaudou es un caso excepcional.
S¨®lo la estadounidense Katie Hoff intent¨® pegarse a su aleteo a menos de un segundo. Hoff es una de las primeras figuras de la nataci¨®n mundial. Su compatriota, Kate Ziegler, es la gran promesa del fondo estadounidense. Muchos la vocean como la heredera de Janet Evans. El hecho es que ayer Manaudou las barri¨® con diez brazadas. Se despidi¨® en 20 metros y domin¨® la prueba con el autoritarismo grandioso de los deportistas predestinados.
"Quer¨ªa nadar m¨¢s r¨¢pido para batir mi r¨¦cord", dijo; "pero no ha estado tan mal"
"Me gusta salir fuerte porque creo que as¨ª le doy un palo psicol¨®gico a mis rivales", declar¨® a la televisi¨®n francesa, al salir del agua. Manaudou nad¨® tan sola, tan falta de referencias, que result¨® perjudicada. Se le vio en la expresi¨®n de enojo que revel¨® cuando toc¨® la ¨²ltima pared y se quit¨® las gafas. No estaba conforme con el tiempo. Nada menos que 4m02,61s, la segunda mejor marca de todos los tiempos. Se qued¨® a 47 cent¨¦simas del r¨¦cord mundial. Su propio r¨¦cord, el que estableci¨® el a?o pasado en los Europeos de Budapest (4m02,13s).
"Quer¨ªa nadar m¨¢s r¨¢pido", dijo, decepcionada; "quer¨ªa batir el r¨¦cord. Pero no est¨¢ mal. Ahora que he defendido mi t¨ªtulo podr¨¦ continuar con la competici¨®n m¨¢s relajada".
Manaudou no recort¨® su r¨¦cord pero nad¨® gran parte de la carrera al ritmo adecuado para conseguirlo. Su proeza dej¨® boquiabierto al p¨²blico de Melbourne. A medida que avanzaba y el marcador anunciaba sus tiempos, la multitud lanzaba exclamaciones de asombro. Hacia los 300 metros, sin embargo, la francesa comenz¨® a ir por detr¨¢s del cron¨®metro de plusmarca. Estaba tan aislada al frente del pelot¨®n, tan abandonada a su propia concentraci¨®n, dando brazada tras brazada, que perdi¨® referencias. La desorient¨® su propia superioridad.
S¨®lo la polaca Otylia Jedrzejczak y la japonesa Ai Shibata aguantaron a la estela de Manaudou. Siempre a unos dos segundos. M¨¢s o menos el tiempo que les sac¨® en los primeros 50 metros. La francesa mantuvo la ventaja hasta el final antes de colgarse uno de los oros m¨¢s cantados de los Mundiales.
Laure Manaudou, de 20 a?os, se present¨® en Australia con uno de los programas m¨¢s cargados de los campeonatos. De entrada, se dispuso a competir en m¨¢s carreras que Phelps. Pero ayer renunci¨® a lanzarse a la piscina en los 200 estilos. Tras imponerse en los 400 libre le quedan siete carreras. Su objetivo est¨¢ a la altura de su prestigio. Quiere ganarlas todas. "No lo ha conseguido nadie", dijo; "y me hace ilusi¨®n. Desechar los 200 estilos me permitir¨¢ estar fresca para continuar a buen ritmo con lo que resta. Pero tampoco me obsesiono. Mis metas son a largo plazo".
"Esta carga de trabajo que tengo no me resulta nueva", apunt¨®; "luego, hago una elecci¨®n seg¨²n mis prioridades. Resolv¨ª no nadar los 200 estilos para concentrarme en batir el r¨¦cord del mundo en los 400 libre. He preparado esta carrera con mucha dedicaci¨®n y el resultado se ha visto en la piscina".
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