El zarpazo surcoreano
Tae Hwan Park rompe 16 a?os de dominio australiano en los 400 libre
Todos los h¨¦roes tienen su punto flaco. Tae Hwan Park es un adolescente surcoreano de piel suave como la seda, alto (181 cent¨ªmetros), de formas redondeadas, y con la planta de los pies plagadas de inc¨®modos granos. Un inconveniente que no le impidi¨® a Park hacer historia. Lo hizo a lo grande, en el lugar m¨¢s hostil, y en la primera final del campeonato: los 400 metros libre. Una carrera que los australianos, los organizadores, hab¨ªan colocado en el calendario cosa de arrancar con un oro. Nadaba su buque estrella, Grant Hackett, y el escenario era Melbourne. El p¨²blico apretaba. Todo acompa?aba. Menos Park, el muchacho de 17 a?os, obstinado en ganar las carreras en los ¨²ltimos metros. Avanzando desde atr¨¢s, sigiloso como un depredador nocturno, Park sorprendi¨® a sus adversarios en los ¨²ltimos 50 metros. Los rompi¨® por velocidad. Dio el zarpazo y dej¨® a Hackett a m¨¢s de un segundo. Luego se colg¨® el oro con cara de nada.
El tiempo fue lo de menos en una carrera muy t¨¢ctica. Los nadadores se lanzaron al agua para medirse. Reservando energ¨ªa. Park pas¨® por los 200 metros a 1m 52,87s. Casi tres segundos por encima del tiempo de Hackett en los Mundiales de Montreal. Al tocar la pared de los 300 metros Park era el quinto. Lo adelantaba el tunecino Mellouli, el propio Hackett, el ruso Yuri Prilukov y el holand¨¦s Peter Vanderkaay.
El grupo nad¨® al mismo ritmo contemporizador hasta el ¨²ltimo largo. Al salir del viraje de los 350 Park hab¨ªa adelantado a Vanderkaay. Quedaban 50 metros. Una distancia exigua cuando se trata de fondistas, nadadores acostumbrados a progresiones lentas, sin fuerza explosiva. Generalmente, los organismos condicionan las pruebas. En las carreras largas, los ¨²ltimos metros no sirven para marcar grandes diferencias. Los 400 de ayer fueron otra historia. Park se comport¨® como un velocista. Puso el turbo y pas¨® de ir medio segundo por detr¨¢s a quedar un segundo por delante de Hackett. Hizo los ¨²ltimos 50 metros en 27 segundos. Termin¨® la carrera en 3m 44,30s. La emboscada fue perfecta.
El triunfo del nadador coreano confirma su exhibici¨®n en los Juegos Pan Pac¨ªficos de 2006. Entonces gan¨® el oro en los 400 y en los 1.500, dos distancias que hab¨ªan sido el coto privado de Australia. Estableci¨® el r¨¦cord asi¨¢tico de 200 y 400, y se convirti¨® en una figura. La principal empresa mundial de productos de nataci¨®n, Speedo, le pag¨® tres millones de d¨®lares por un contrato de patrocinio. Su ¨²nico problema hasta ayer fueron unos granos en las plantas de los pies. Los combati¨® con acupuntura y cataplasmas. Pura medicina oriental. Y a nadar.
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