Peque?os detalles que explican algunas historias
Las investigaciones sobre el 11-M ponen en evidencia muchos aspectos que desmontan la teor¨ªa de la conspiraci¨®n
Los peque?os detalles, a veces, explican grandes historias. Las investigaciones dependen de esos datos aparentemente insignificantes. Las pesquisas sobre los atentados del 11-M est¨¢n llenas de esas pretendidas minucias, que apenas ocupan un par de folios en el sumario o un par de minutos de declaraciones en la sala de vistas, pero que explican muchas cosas sin necesidad de construir soluciones en las que un camello tiene que pasar por el ojo de una aguja.
Plat¨®n describi¨® con el mito de la Caverna (Rep¨²blica, libro VII) c¨®mo los humanos pueden enga?arse a s¨ª mismos o forzados por poderes f¨¢cticos. La teor¨ªa de la conspiraci¨®n sobre el 11-M muestra que los hombres de la caverna plat¨®nica est¨¢n convencidos de que las sombras proyectadas en la pared de la gruta son la vida real, aunque sean sombras nada m¨¢s. Y las sombras no tienen matices. ?stos son algunos de esos detalles del 11-M.
- La Kangoo. "Todo eso es m¨ªo". Jos¨¦ Garz¨®n es el due?o de la Renault Kangoo que fue hallada el 11-M junto a la estaci¨®n de Alcal¨¢ de Henares, con siete detonadores, un resto de Goma 2 ECO, el ADN de tres de los suicidas de Legan¨¦s y la huella de un islamista huido. La misma que, sostienen los te¨®ricos de la conspiraci¨®n, estaba vac¨ªa y fue llenada en la central de polic¨ªas de Canillas. A este centro oficial acudi¨® Jos¨¦ Garz¨®n a las 16.30 del 12 de marzo de 2004. All¨ª le ense?aron un mont¨®n de cosas: tri¨¢ngulos de emergencia en su caja, una maza de alba?iler¨ªa, un paraguas negro, una cinta de la Orquesta Mondrag¨®n, una bolsa de pl¨¢stico llena de herramientas, dos mantas, papeles... Tantos objetos, que su relaci¨®n ocupa dos folios a un espacio. "?Son estas cosas suyas?", le preguntaron. Dijo s¨ª, que "sin g¨¦nero de dudas" ¨¦sos eran los objetos que estaban en su furgoneta cuando se la robaron en extra?as circunstancias el 27 de febrero de 2004.
- La mochila. "Me record¨® la que hab¨ªa visto en El Pozo". El inspector Miguel ?ngel ?lvarez Mart¨ªnez se encarg¨® el 11-M de poner algo de orden en la estaci¨®n de El Pozo. El 9 de marzo de 2006 hizo memoria ante el juez de sus tareas de aquel d¨ªa. Rememor¨® c¨®mo orden¨® a los bomberos que apilaran todos los enseres de las v¨ªctimas del tren en el and¨¦n en un lugar que le se?al¨® la juez de Instrucci¨®n n¨²mero 49 de Madrid, y c¨®mo otros empleados municipales metieron esas mochilas y ropas en bolsones de pl¨¢stico, "llen¨¢ndose unos 12". Fue entonces cuando record¨® "una bolsa de deportes de estilo antiguo" que "vio en la estaci¨®n de El Pozo cuando iba a ser introducida en un bols¨®n". Se acordaba de que era "de unos 50 cent¨ªmetros de longitud y unos 20 o 30 de alto, de color azul deste?ido y de asa corta" con un "peso excesivo". ?l no volvi¨® a ver la bolsa o mochila famosa, hasta que sali¨® en televisi¨®n y le record¨® "la que hab¨ªa visto en la estaci¨®n de El Pozo". El inspector declarar¨¢ en las pr¨®ximas semanas (testigo 144).
- Los m¨®viles. "Ese tel¨¦fono es de mi nieto Aaron". La polic¨ªa fue a buscar a Dolores Motos el 13 de marzo de 2004. "?Conoce o le resulta familiar el n¨²mero de tel¨¦fono m¨®vil 660...?". "S¨ª, es el que le compr¨¦ a mi nieto Aaron". ?C¨®mo era posible que el tel¨¦fono de Aaron estuviera en la mochila desactivada en Vallecas? La mujer le hab¨ªa comprado el 5 de enero a su nieto un tel¨¦fono Movistar con tarjeta prepago en la tienda de decomisos de la calle de Rafael Ybarra, una de las tres tiendas de telefon¨ªa que ten¨ªan Rakesh y Suresh Khumar, los dos indios que testificaron la semana pasada. Lo primero que hizo Aaron fue ponerle al tel¨¦fono "una bandera de su equipo, el Real Madrid". Pero el aparato no iba bien y, tras varios tiras y aflojas, cambio de bater¨ªa y reparaciones, do?a Lola devolvi¨® el Trium azul y le dieron otro nuevo. Los agentes hab¨ªan llegado a la mujer tras la revisi¨®n del tel¨¦fono de la bomba de Vallecas. El aparato que la abuela de Aaron devolvi¨® fue vendido de nuevo por los indios. ?Funcionaba?
- El explosivo. "Descartamos la Titadyne desde el principio". Los peritos que est¨¢n elaborando el informe de los explosivos del 11-M tendr¨¢n que exponer sus conclusiones p¨²blicamente ante el tribunal para que ¨¦ste tome una decisi¨®n. Pero a estas alturas de la vista ya han comparecido siete artificieros y a ninguno de ellos les pareci¨® que las bombas a las que se enfrentaron fuera de ETA. Dos tedax que ya se han jugado la vida solventaron la cuesti¨®n en dos frases. Una, del experimentado jefe de los Tedax de Madrid: "Desde que vimos los focos de las explosiones descartamos que fuera Titadyne", declar¨®, tras explicar que el humo, la velocidad de explosi¨®n, el aspecto del explosivo (blanquecino y plastilinoso) y el olor le rememoraron la Goma 2 ECO. "Ni yo ni mis compa?eros hab¨ªamos visto antes una bomba similar y no se corresponden con las que usan otros grupos terroristas aut¨®ctonos, pero s¨ª era similar a la que usan otros grupos en Oriente Medio", declar¨® el tedax que desactiv¨® con sus manos la bomba hallada en Vallecas.
- Metralla. "El vag¨®n n¨²mero tres apareci¨® lleno de clavos". El primer pilar de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n se bas¨® en la falsedad de que la mochila desactivada ten¨ªa metralla y el resto no. Durante el juicio se mostr¨® en pantalla un croquis de una de las bombas que no pudo ser desactivada en la Estaci¨®n de El Pozo, donde se ve¨ªa un amasijo de clavos y tornillos. Al tedax que hizo el dibujo se le pregunt¨® algo parecido a esto: 'Oiga, si usted no pudo ver la metralla, ?por qu¨¦ la puso?'. "Yo puse la metralla porque, enfrente del cr¨¢ter que provoc¨® la explosi¨®n, que era de medio metro de di¨¢metro, el vag¨®n n¨²mero tres apareci¨® llena de clavos". La evidencia de la metralla se refleja tambi¨¦n en el sumario, y en los informes y reportajes fotogr¨¢ficos de las empresas Alstom (que muestra impactos de torniller¨ªa), el de Construcciones y Auxiliares de Ferrocarriles y el de Fainsa (que alega que la dureza de los asientos par¨® la metralla). Realmente bastar¨ªa con preguntar a muchas de las v¨ªctimas.
- Virgen del Coro. "Investigamos hasta m¨¢s all¨¢ del 11-M". La Comisi¨®n de Investigaci¨®n del Congreso de los Diputados y el sumario del 11-M ya demostraron que, mucho antes de que se produjeran los atentados, parte de los ahora juzgados estaban siendo investigados. El veterano polic¨ªa Francisco Javier Santaella, miembro de la ejecutiva de la Central Espa?ola de Polic¨ªa (CEP), explic¨® en la vista, de forma serena y firme, c¨®mo su "grupo reducido de agentes" que iba "casi siempre al l¨ªmite" investig¨® los movimientos de los supuestos terroristas que se alojaban en la casa-patera de la calle de Virgen del Coro. Desde el mes de marzo de 2003 y "hasta m¨¢s all¨¢ del 11-M". Seg¨²n cont¨®, si no los detuvieron fue porque ni sus agentes ni el juez Fernando Andreu vieron materia para ello. Santaella no se detuvo en explicar que para vigilar la casa us¨® una furgoneta que hab¨ªa sido dado de baja y una c¨¢mara de v¨ªdeo que tuvo que pedir prestada. Ni quiso detallar cu¨¢ntos agentes eran, aunque dio una pista cuando se le pregunt¨® si lo que dec¨ªa era por conocimiento directo o por referencia: "Yo lo s¨¦ por los funcionarios a los que mando, que mando a tres inspectores, y los dirijo". ?Les reforzaron la unidad cuando Osama Bin Laden amenaz¨® a Espa?a el octubre de 2003? "No recuerdo que a mi grupo se le indicara nada", contest¨®.
- Legan¨¦s. "?Las voces del piso eran grabadas?". La pregunta es ver¨ªdica. La formul¨® el mi¨¦rcoles pasado Manuela Rubio Valero, abogada de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), a uno de los primeros agentes de la secci¨®n de asuntos isl¨¢micos en la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior que inici¨® el cerco del piso de Legan¨¦s. "No, eran c¨¢nticos en vivo y bastante fuertes". La AVT y otras entidades implicadas en la teor¨ªa de la conspiraci¨®n han llegado a sostener que los islamistas fueron metidos all¨ª por la polic¨ªa y que la actuaci¨®n de los GEO fue una completa farsa. La pregunta, sin embargo, no fue formulada al jefe del GEO que dirigi¨® la operaci¨®n, que result¨® herido y vio morir a su amigo y compa?ero Francisco Javier Torronteras. El jefe de aquel dispositivo, el veterano Rafael G. C., explic¨® que en la zona estaban al mando el director general de la Polic¨ªa, el hoy eurodiputado del Partido Popular Agust¨ªn D¨ªaz de Mera, y su jefe directo, el subdirector general Operativo, Pedro D¨ªaz Pintado. Cont¨® que nunca quisieron entrar en el piso, s¨®lo intentar rendir a los que estaban dentro, que pensaban que eran entre tres y cinco personas, y que ten¨ªan explosivos, por las llamadas interceptadas a familiares de los luego suicidas, algunas de ellas comunicadas en el acto por las autoridades policiales de Marruecos y T¨²nez. Y dej¨® claro que, cuando dise?aron la operaci¨®n, Pedro D¨ªaz-Pintado puso toda la confianza en ellos. "El subdirector dio su visto bueno y nos dijo que desde entonces era cosa nuestra. Pens¨¦ que era la opci¨®n menos mala... ahora...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.