El arte chino, por las nubes
Los artistas viven momentos de euforia. Las ferias internacionales les reclaman y sus obras alcanzan precios millonarios en las subastas
Hace apenas cuatro a?os, Christie's subast¨® un cuadro de Zhang Xiaogang, uno de los artistas chinos m¨¢s cotizados, por 76.500 euros. La misma obra fue vendida el pasado octubre en Londres por 1,12 millones de euros. Y su lienzo Plaza Tiananmen (1993) -en el que se ve el famoso edificio pequin¨¦s en color amarillo ante un cielo y un suelo gris, y que es considerado una cr¨ªtica a la matanza de 1989- fue adjudicado en noviembre por 1,72 millones de euros.
El arte chino vive un momento de euforia. Se suceden las ferias internacionales protagonizadas en su nombre. Coleccionistas de todo el mundo llegan a Pek¨ªn y Shanghai para incluir en sus cat¨¢logos piezas de los autores m¨¢s destacados. Galer¨ªas especializadas en Asia abren sus puertas en las grandes ciudades mundiales del arte. Y los precios se disparan subasta tras subasta. Hasta tal punto que muchos artistas reconocidos est¨¢n incrementando la producci¨®n para responder a la demanda.
"La censura sigue siendo clave, si se cruza la frontera de la cr¨ªtica pol¨ªtica"
Mao Zedong dijo en mayo de 1942, siete a?os antes de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular China: "No existe tal cosa como arte por el bien del arte, arte que se sit¨²e por encima de las clases o arte que sea independiente de la pol¨ªtica. La literatura proletaria y el arte son parte del conjunto de la causa revolucionaria proletaria".
?La causa revolucionaria proletaria? Desde que Deng Xiaoping puso en marcha el proceso de apertura y reforma a finales de 1978, desmontando la herencia mao¨ªsta, el pa¨ªs ha experimentado una completa transformaci¨®n, que no s¨®lo ha afectado a las estructuras econ¨®micas, sino que ha proyectado los artistas del pa¨ªs asi¨¢tico al exterior. China no se limita a exportar textiles, zapatos, televisores y, en un futuro no muy lejano, aviones comerciales. Tambi¨¦n exporta, y cada vez m¨¢s, arte.
Entre 2004 y 2006, las ventas mundiales de arte chino contempor¨¢neo de Christie's han pasado de 13,5 millones de euros a 90 millones. Y las de asi¨¢tico, en Sotheby's, se han disparado de tres millones de d¨®lares a 52,5 millones.
Los artistas contempor¨¢neos chinos comenzaron a atraer la atenci¨®n de galer¨ªas, comisarios y coleccionistas en las bienales de Venecia (1993 y 1995) y S?o Paulo (1994). Pero en los ¨²ltimos a?os la demanda se ha disparado. Y con ella, los precios. Algunos cr¨ªticos consideran que, como en otros sectores de la potencia emergente, existe una burbuja. Otros especialistas, sin embargo, creen que la situaci¨®n se enmarca en una tendencia general al alza de los precios del arte actual, y a?aden que lo que ocurre es que las obras cotizaban a valores muy bajos.
Nombres como Zhang Xiaogang, Yue Minjun, Liu Xiaogong, Wang Guangyi, Ai Weiwei, Xu Bing o Liu Wei se han convertido en imprescindibles en el mercado internacional, y en objeto de atenci¨®n de los fondos de los grandes museos. Un n¨²mero creciente de universidades extranjeras ofrece cursos sobre el arte chino del siglo XX, y el n¨²mero de becas para realizar investigaciones en este campo est¨¢ en ascenso.
El boom m¨¢s reciente se ha debido a la entrada en acci¨®n de los coleccionistas locales, muchos de ellos nuevos ricos, que, adem¨¢s de invertir en obras de sus compatriotas, han comenzando a interesarse por pintores y escultores extranjeros.
Mientras pr¨¢cticamente cada semana se abren galer¨ªas de iniciativa privada en Pek¨ªn, la estructura p¨²blica es limitada. Pek¨ªn, Shanghai o Guangzhou tienen museos dedicados al arte moderno, pero las autoridades siguen siendo reacias a dar entrada a muchos artistas, y prefieren que sus obras sean s¨®lo accesibles en zonas especiales, como las viejas f¨¢bricas y los almacenes que han sido transformados en espacios para la cultura en Pek¨ªn y Shanghai, y que son visitados s¨®lo por extranjeros y la ¨¦lite cultural china.
Para los artistas, el cambio ha sido dr¨¢stico. Los que han tenido ¨¦xito viven como millonarios, en casas de cientos de metros cuadrados, y al volante de coches de lujo, cuando hace 15 a?os apenas lograban sobrevivir. Entonces, suelen decir, en China todo el mundo era pobre.
El arte contempor¨¢neo chino -tambi¨¦n llamado de vanguardia- creci¨® bajo el realismo socialista de inspiraci¨®n sovi¨¦tica. Durante los a?os del mao¨ªsmo, el realismo cumpli¨® como poderosa herramienta de propaganda para "servir al pueblo". Fueron a?os en que cualquier arte de alto contenido intelectual estaba prohibido por ser considerado "burgu¨¦s" y, por tanto, malo, ya que el pueblo no pod¨ªa entenderlo.
La influencia de la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976) y, posteriormente, de las manifestaciones de Tiananmen han marcado el estilo e impulsado el ¨¦xito en Occidente de unos artistas, que, en ocasiones, siguen recurriendo a la iconograf¨ªa comunista. Dos de las principales escuelas son el realismo c¨ªnico y el pop pol¨ªtico. Los m¨¢s j¨®venes, nacidos a partir de los a?os setenta, se han distanciado de esta posici¨®n y recurren, adem¨¢s, a medios como el v¨ªdeo, las instalaciones o las performances para expresar el sentimiento de confusi¨®n y p¨¦rdida generado por la r¨¢pida urbanizaci¨®n del pa¨ªs.
Como en el resto de las manifestaciones culturales, la censura sigue desempe?ando un papel clave. Aunque las autoridades ignoran a menudo las obras con referencias sexuales -incluida la presentaci¨®n de desnudos- y otros temas, el control sigue siendo estricto si se cruza la frontera de la cr¨ªtica pol¨ªtica, ya sea a los l¨ªderes o al Partido Comunista. El a?o pasado, la polic¨ªa oblig¨® a varias galer¨ªas de Pek¨ªn a retirar varios cuadros, entre ellos uno en el que se ve¨ªa a un Mao Zedong de color amarillo nadando en un r¨ªo de aguas rojo sangre, o el retrato de un grupo de hombres que recordaban a los actuales m¨¢ximos dirigentes del pa¨ªs.
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