Cambio en Quebec
El fulgurante ascenso electoral de la Acci¨®n Democr¨¢tica de Quebec (ADQ), que ha estado a punto de descabalgar del poder al federalista Partido Liberal del primer ministro Jean Charest, anuncia un cambio de gran calado en el sistema pol¨ªtico de la provincia franc¨®fona canadiense, y no s¨®lo porque desbarata el bipartidismo efectivo de federalistas y secesionistas ejercido durante las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas. La posici¨®n "autonomista" del l¨ªder de este partido, Mario Dumont, desplaza del debate pol¨ªtico la omnipresente y asfixiante cuesti¨®n del soberanismo, y abre un tiempo nuevo que aleja la amenaza del referendo de secesi¨®n que los independentistas del Partido Quebequ¨¦s (PQ), derrotados con estr¨¦pito en las urnas, esgrimen, sistem¨¢ticamente, cuando alcanzan el poder.
Como primer partido de la oposici¨®n, la ADQ se ha hecho con la llave maestra parlamentaria de la que depende el Gobierno minoritario de Charest y ha arrebatado al PQ la posici¨®n de alternativa natural al federalismo. Desde el lunes, el nacionalismo quebequ¨¦s ha adquirido una nueva cara que pone fin, igualmente, al monopolio en la interpretaci¨®n de la cuesti¨®n soberanista, ostentada hasta ahora por el PQ en t¨¦rminos de obligada ruptura con el resto de Canad¨¢. El PQ ha cosechado sus peores resultados desde 1970.
Conservador y nacionalista, Dumont, que vot¨® por la separaci¨®n en el referendo de 1995 -perdido para la causa soberanista por s¨®lo 30.000 votos-, se ha comprometido a no apoyar m¨¢s iniciativas separatistas. "Reafirmarse [en el autogobierno], sin romper [con el resto de Canad¨¢]", ha pasado a ser la divisa de este pol¨ªtico populista que, adem¨¢s de agrupar a todo tipo de descontentos -singularmente a las poblaciones rurales que ven en la inmigraci¨®n una amenaza a su identidad-, ha sintonizado con las bases independentistas m¨¢s cansadas y frustradas por la permanente disputa soberanista.
Quebec es ahora un terreno abonado para que en las pr¨®ximas elecciones federales funcione la alianza, no escrita, existente entre Dumont y el tambi¨¦n conservador primer ministro de Canad¨¢, Stephen Harper. La autonom¨ªa por la que apuesta Dumont se inspira, curiosamente, en el Estado de las Autonom¨ªas espa?ol. No deja de ser parad¨®jico que en la Meca de los nacionalismos sin Estado a la que peregrinan no pocos partidos soberanistas -el plan del lehendakari Ibarretxe era un calco del ensayado, sin ¨¦xito, por los independentistas del PQ- se mire hacia Espa?a y se aprecie en nuestro pa¨ªs una interesante tercera v¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.