?De qu¨¦ va todo esto?
?Alguien entiende algo de lo que sucede en Endesa? Hoy se acababa el plazo para cobrar m¨¢s de 38 euros por acci¨®n procedentes de la oferta alemana, pero ahora se ha ampliado el plazo hasta el 3 de abril, y la cosa ha subido a 40 euros. Pero si uno espera unos meses puede cobrar 41 euros de los italianos y Acciona. Ahora, vete t¨² a saber a cu¨¢nto estar¨¢ la acci¨®n por aquel lejano entonces. ?Qui¨¦n se acuerda ya de la oferta de Gas Natural? ?Pero, realmente Endesa vale el doble de lo que val¨ªa hace unos meses? La prensa dice, por otra parte y como quien no quiere la cosa, que las tres grandes el¨¦ctricas espa?olas generaron 63.000 millones de euros para sus accionistas en los ¨²ltimos 15 a?os. M¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n el¨¦ctrica y de sus vericuetos nacionalenerg¨¦ticos, lo sorprendente de todo esto es la poca relaci¨®n que parece existir entre el precio financiero y la materialidad de lo que est¨¢ en juego. Cada vez se sabe menos qu¨¦ relaci¨®n existe entre el mercado financiero y la realidad productiva o comercial. Uno puede despedir trabajadores (lo que en anteriores ¨¦pocas se?alaba un mal funcionamiento de la empresa) y conseguir de manera inmediata un significativo premio en Bolsa. Las compras y ventas, las fusiones y absorciones, se suceden a ritmo vertiginoso. Las acciones suben y bajan por razones no siempre comprensibles, y as¨ª, por ejemplo, cualquier d¨ªa nos despertamos con el temor de que las hipotecas no cobradas a tiempo en Estados Unidos supongan un grave rev¨¦s en el parqu¨¦ de Madrid o Barcelona.
Hace ya muchos a?os, Max Weber, en su famosa obra La ¨¦tica protestante y el esp¨ªritu del capitalismo, conclu¨ªa que la actividad econ¨®mica, desprovista de toda ¨¦tica, tiende a asociarse a pasiones que cada vez son m¨¢s banales, deportivas. Va quedando lejos ese componente del capitalismo como "concepci¨®n vital", mediante la cual se proyectaba en el triunfo empresarial la ascesis moral de quien necesitaba superar sus debilidades y flaquezas, siguiendo el designio divino del desarrollo. El capitalismo era as¨ª una fuerza modernizadora y racional, que poco a poco ha ido perdiendo fuerza transformadora cuando su propia l¨®gica est¨¢ s¨®lo conectada a mayores cotas de consumo y de bienestar hedon¨ªstico. Cada vez existe una menor conexi¨®n entre econom¨ªa y sociedad, entre capitalismo globalizado y financiero y realidad productiva y de trabajo. Nuestra vida social y cultural puede desarrollarse fuera de la l¨®gica del gran capitalismo financiero. Poco de lo que nos sucede tiene que ver realmente con la ¨²ltima cotizaci¨®n de Endesa. La inversi¨®n financiera va por una lado y el consumo personal, por otro. La econom¨ªa capitalista va concentr¨¢ndose, va internacionaliz¨¢ndose, mientras que las decisiones p¨²blicas o privadas acontecen en terrenos muy distintos, llenos de elementos a¨²n de matriz comunitaria o de lazos primarios. Entre el gran capital financiero y la vida cotidiana hay pocos intermediarios sociales y pol¨ªticos. Las instituciones y los pol¨ªticos pierden fuelle sin que est¨¦ claro qui¨¦n les puede reemplazar. En la era industrial, econom¨ªa y sociedad circulaban en carriles paralelos y coincidentes. Las protestas arrecian entre los que menos se benefician de la globalizaci¨®n. Pero esa protesta parece irrelevante, ya que sucede en escenarios en los que poco tienen que ver los que se mueven en la galaxia financiera. A pesar de todo, la desconexi¨®n econom¨ªa-sociedad es muy peligrosa para el capitalismo. La econom¨ªa va muy bien, nos dicen, pero uno se mira a s¨ª mismo y a los que le rodean y no ve por ning¨²n lado esa aparente satisfacci¨®n. La gran fuerza econ¨®mica del capitalismo va siendo erosionada por la p¨¦rdida de su base cultural, de su ethos. Y eso acarrea tendencias destructivas, autoexplicativas, o simplemente notables tasas de abandono. Gentes que van d¨¢ndose cuenta de que nada de lo que hacen acaba teniendo demasiado sentido. Trabajan, se mueven con frenes¨ª, llaman por tel¨¦fono y env¨ªan mensajes, pero al final ni ven a sus hijos, ni disfrutan de los espacios de ocio o simplemente s¨®lo logran llenar sus peque?os oasis de "libertad", consumiendo sin horizonte.
Schumpeter advert¨ªa que el capitalismo peligrar¨ªa cuando perdiera su fuerza innovadora. A medida que todo va comercializ¨¢ndose y mercantiliz¨¢ndose, van quedando fuera valores como honor, verg¨¹enza, dedicaci¨®n, y por tanto s¨®lo van quedando instintos y pasiones. Nos hemos liberado de muchas ataduras, pero eso no significa que tengamos m¨¢s libertad. Los j¨®venes sufren esa aparente libertad y autonom¨ªa sin fin con especial nerviosismo. Nada es bueno o malo, ni se sabe muy bien c¨®mo evaluar aquello correcto de lo que no lo es. No es un problema moral-religioso, es un problema de p¨¦rdida de sentido de la m¨¢quina econ¨®mica. Un clamoroso ejemplo de eso es la ¨²ltima pel¨ªcula de Lars Von Trier. En El jefe de todo esto se demuestra, con humor corrosivo, que las vidas de muchas personas penden de decisiones que se toman con total falta de criterio. Sometidas a los caprichos y azarosas peripecias de absurdos jefes que ya no se sabe a qui¨¦n representan, con evaluaciones de lo que es o no valioso que se mueven discrecionalmente. ?Qui¨¦n es due?o del conocimiento que ha impulsado la atractividad de la empresa que retrata Von Trier, el empleado que lo ha generado o la empresa que se lo ha apropiado? Y mientras, las transacciones se ven rodeadas de distorsionantes enmascaramientos nacionalistas para explicar decisiones que son de otro tipo. La trayectoria de Von Trier, con su permanente revisi¨®n de sus or¨ªgenes familiares luteranos y su sistem¨¢tica revisi¨®n cr¨ªtica del sistema norteamericano, encuentra aqu¨ª, en esta obra casi teatral, rodada de forma semiautom¨¢tica, una nueva ocasi¨®n para poner de relieve muchas de las cosas aqu¨ª comentadas. Acabando dando la raz¨®n a ese Weber, que nos advert¨ªa de una deriva banalizadora y vac¨ªa de un capitalismo sin anclajes sociales. Ahora s¨®lo falta esperar a cu¨¢nto acabar¨¢ pag¨¢ndose la acci¨®n de Endesa, y cu¨¢nto durar¨¢ esa ilusi¨®n.
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
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