Espa?a se gana la victoria
Un gol de Iniesta premia a la selecci¨®n de Luis, que no se dej¨® dominar por la angustia
A un suspiro de la condena, Iniesta acudi¨® al rescate de Espa?a y la selecci¨®n no se despidi¨® de la Eurocopa de 2008. Por f¨²tbol, el equipo de Luis mereci¨® de largo haber goleado a la d¨¦bil Islandia, que se limit¨® a acurrucarse ante su portero. El grupo espa?ol, que vive momentos de cierta zozobra, se estrell¨® una y otra vez frente al muro vikingo pese a intentarlo de todas las maneras. A Espa?a, tan poco fiable ¨²ltimamente, no le pudo la angustia. Necesit¨® desgastarse f¨ªsicamente por la lluvia que inund¨® Son Moix y no se destempl¨® con el retraso del gol.
ESPA?A 1 ISLANDIA 0
Espa?a: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila (Angulo, m. 46); Albelda (Xabi Alonso, m. 76); Iniesta, Xavi, Silva; Morientes (Fernando Torres, m. 42) y Villa. No utilizados: Reina; Antonio L¨®pez, Juanito y C¨¨sc.
Islandia: Arason; K. Sigurdsson, Bjarnason, Ingimarsson, G. T. Gunnarsson; Steinsson, B. Gunnarsson, Vidarsson (H. Sigurdsson, m. 81), Hallfredsson (I. Sigurdsson, m. 72); V. P. Gunnarsson (Gislason, m. 55) y Gudjohnsen. No utilizados: Larusson; Hreidarsson, Johannsson y Gudjonsson.
Gol: 1-0. M. 81. Iniesta recibe el bal¨®n de Villa dentro del ¨¢rea y bate a Arason.
?rbitro: Laurent Duhamel (Francia).
Unos 23.000 espectadores en el Ono Estadi de Palma de Mallorca.
El encuentro s¨®lo tuvo una direcci¨®n: la que marcaba Xavi, el term¨®metro espa?ol
El asedio era total. Cada ofensiva recordaba a un ataque de balonmano contra el pelot¨®n island¨¦s
Pese al impresionante aguacero que cay¨® sobre Palma, Espa?a no se desfigur¨®. Cab¨ªa pensar que sus livianos centrocampistas, futbolistas a los que les gusta imantar la pelota y tienen un trato delicado con ¨¦sta, sufrir¨ªan en el pantano de Son Moix. Partidos as¨ª son imprevisibles. El bal¨®n no obedece: si bota, es un misil; si rueda, se frena. Todo eran trampas, pero Xavi supo adaptarse y escribi¨® el gui¨®n del partido. Mientras Silva e Iniesta tuvieron dep¨®sito para escoltarle, la selecci¨®n jug¨® con criterio. Al contrario que frente a Dinamarca, el equipo se volc¨® con mayor frecuencia por los costados, donde Ramos y Capdevila reforzaron el ataque.
Al ritmo de Xavi, Espa?a busc¨® con ah¨ªnco una rendija en la trinchera islandesa, un equipo sin techo que festeja que el rival d¨¦ vuelo a la pelota. De ah¨ª que el cuatro barcelonista tambi¨¦n tirara de repertorio por el centro, donde Villa, dej¨¢ndose caer a las orillas del ¨¢rea, estuvo varias veces a un palmo del gol.
El delantero asturiano tiene todo tipo de recursos. Villa juega para el gol, su principal se?a de identidad, pero no es de aquellos arietes que se anclan en el ¨¢rea. El valencianista es impaciente. No espera la ocasi¨®n, se la ingenia. Es r¨¢pido y valiente, tiene regate, es da?ino en el remate y se mueve con la piller¨ªa de aqu¨¦llos que se acunaron en el empedrado del barrio. Con tantos atributos, disimula un cuerpo reducido. Frente a Islandia, de nuevo fue el principal martillo espa?ol, quien m¨¢s dio la lata a Arason, el portero island¨¦s, extraordinario en un desaguisado de Bjarnason, que cabece¨® en direcci¨®n equivocada, y unos cuantos zurriagazos del propio Villa.
Para desaz¨®n espa?ola, Arason llevaba camino de glorificar su paso por Palma. Ya se sabe que en el f¨²tbol hay una larga lista de guardametas de equipos sin pedigr¨ª que alguna vez en su carrera tienen una jornada celestial. Pero el equipo de Luis no se desanim¨® y, calmada la lluvia, al inicio del segundo periodo, se mantuvo a un pelda?o del gol. Con Morientes lesionado, el t¨¦cnico dio entrada a Fernando Torres y la selecci¨®n cogi¨® impulso. Torres, al igual que Villa en el primer tramo, se inclin¨® hacia la izquierda y Espa?a encontr¨® una nueva v¨ªa. En el descanso, Luis tambi¨¦n rebaj¨® la defensa. Retir¨® a Capdevila, Angulo carg¨® por la banda derecha y cerr¨® al equipo con tres centrales: Ramos, Marchena y Puyol. Luego, sustituy¨® al ¨²nico centrocampista de vocaci¨®n defensiva, Albelda, en beneficio de Xabi Alonso. M¨¢s que suficiente ante la nula voluntad ofensiva de Islandia.
El gol se le resisti¨® a Espa?a de forma inexplicable. Como si padeciera un mal hechizo. Con los islandeses amurallados y sin salida, por supuesto, la selecci¨®n encaden¨® un asalto tras otro frente a Arason. El encuentro s¨®lo tuvo una direcci¨®n: la que marcaba Xavi, el term¨®metro espa?ol. ?l dict¨® el curso del partido y no se arrug¨® cuando Iniesta y Silva, ahogados por el exigente estado del c¨¦sped en el primer tiempo, se difuminaron en el ¨²ltimo tramo del duelo, cuando Islandia, ya con todo el descaro, mantuvo permanentemente a nueve futbolistas por detr¨¢s de la pelota. El asedio era total. Cada ofensiva espa?ola recordaba a un ataque de balonmano, con un pelot¨®n island¨¦s desplegado a todo lo ancho del campo. Ni siquiera con 20 c¨®rneres a favor a un cuarto de hora del final, Espa?a era capaz de abrir la lata. Hasta que Villa enganch¨® con Iniesta, al que invit¨® al gol con un magn¨ªfico pase al hueco, y el azulgrana super¨® el cerrojo. Su segundo tanto con la selecci¨®n. El primero, de gran prestigio, en Old Trafford; el de anoche, de enorme valor, porque alivi¨® las penurias de Espa?a en su trompicado tr¨¢nsito hacia la cita del pr¨®ximo a?o en Austria y Suiza.
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