Campeones a medias

Desfondado, sin apenas fuelle para celebrar el triunfo que acababa de lograr, Filippo Magnini se gir¨® hacia el marcador y, entonces, su sonrisa, la famosa sonrisa del italiano de oro, fue adquiriendo visos de perplejidad. En un par de segundos, su nombre hab¨ªa desaparecido de lo m¨¢s alto y lo hab¨ªa sustituido el del canadiense Brent Hayden, que, instantes despu¨¦s, se esfum¨® tambi¨¦n. Calle con calle, los dos nadadores se miraron pasmados y, cuando dirigieron de nuevo la vista hacia la pantalla, se encontraron con un hecho ins¨®lito en unos Mundiales -s¨ª se hab¨ªa producido en Juegos Ol¨ªmpicos-: sus nombres, Magnini y Hayden, hab¨ªan regresado a ella para compartir la primera posici¨®n en los 100 metros libre.

Alineados en las calles 5 y 6, en una carrera lenta que desacredit¨® al holand¨¦s Pieter van den Hoogenband, el campe¨®n italiano y el aspirante canadiense hab¨ªan completado el hect¨®metro nadando exactamente en el mismo tiempo: 48,43s. As¨ª que Magnini, el rey de la prueba en Montreal 2005, prolongaba su reinado, pero esta vez en compa?¨ªa de Hayden. Los dos hab¨ªan sido los m¨¢s r¨¢pidos y como tales los coron¨® el ex rey de reyes, el ruso Alexander Popov.

"Nunca hab¨ªa presenciado semejante cosa", confes¨® despu¨¦s Magnini; "cuando he visto que hab¨ªa quedado el primero, me he sentido feliz. Despu¨¦s, cuando ha aparecido mi nombre junto al de Hayden, mi felicidad ha sido la misma". No es de extra?ar. Pese al t¨ªtulo y a que logr¨® su segunda mejor marca en la distancia -en los Mundiales de Montreal registr¨® 48,12s-, el bicampe¨®n italiano no nad¨® como suele. No se presentaba en la final en su mejor estado de forma y sus planes se fueron desbaratando a medida que avanzaba la carrera.

Magnini, que sali¨® con el tercer mejor tiempo de reacci¨®n, clav¨® el parcial que se hab¨ªa marcado para los 50 metros (23,24s), pero fue el pen¨²ltimo en hacer el viraje. S¨®lo Van de Hoogenband, el ¨²ltimo, pas¨® m¨¢s lento que ¨¦l. Hayden, el sexto, no iba mucho mejor. El surafricano Shoeman, plata en Montreal, hab¨ªa virado el segundo. Y su compatriota Neethling, bronce all¨ª, el cuarto.

Consciente de la ventaja que le sacaban algunos de sus rivales, Magnini aceler¨®, fue adelantando posiciones y confi¨® en su sprint final. Pero ¨¦ste no apareci¨®. As¨ª, Hayden le fue comiendo terreno hasta tocar al mismo tiempo la pared. "En los ¨²ltimos cinco metros, estaba m¨¢s que muerto", confes¨® el italiano. "En dos segundos vi el n¨²mero uno de Filippo. Luego, vi mi nombre y el n¨²mero uno tambi¨¦n", dijo Hayden, feliz pero perplejo. "Los dos t¨ªtulos han sido diferentes. El primero fue inesperado y me volv¨ª loco. Hoy tengo la sensaci¨®n de haber cumplido mi deber", agreg¨® Magnini. A su lado, Van de Hoogenband, el sexto, no sab¨ªa muy bien c¨®mo reaccionar. "Aunque parezca raro, estoy contento. He nadado muy bien. No quiero hablar de Pek¨ªn, pero tengo que admitir que voy con 20 cent¨¦simas de retraso", reconoci¨® el dos veces campe¨®n ol¨ªmpico de los 100 libre.