'Game over': ya puedes ir al cielo
Un videojuego para convertir infieles al cristianismo desata las cr¨ªticas de musulmanes y jud¨ªos
Madrid
La misi¨®n: convertir al cristianismo al mayor n¨²mero de almas, porque s¨®lo los creyentes se salvar¨¢n en la Hora Final. El enemigo: el anticristo y sus hordas internacionalistas (parecidas a las tropas de la ONU hasta en el nombre, Pacificadores de la Comunidad Global). Tambi¨¦n los m¨²sicos de rock duro que ensucian mentes alej¨¢ndolas de la Palabra.
En el videojuego para PC Left Behind: Eternal Forces, basado en la serie de libros hom¨®nima (de la que se han vendido unos 60 millones de copias), el jugador forma parte de una guerrilla de cristianos renacidos que, tras el Rapto (la subida al para¨ªso de los creyentes), sobreviven en un Nueva York post-apocal¨ªptico reuniendo fieles para el Segundo Advenimiento.
Left Behind, que se puede descargar online por 35 euros, est¨¢ concebido como una "herramienta de evangelizaci¨®n", seg¨²n sus productores. En el juego hay ciencia-ficci¨®n, pero tambi¨¦n hay profec¨ªa. "Los videojuegos son una forma estupenda de esparcir las buenas nuevas del Evangelio", dice por tel¨¦fono desde California Jerome Mikulich, de Left Behind Games. "Los misioneros est¨¢n utiliz¨¢ndolo en ?frica y los pastores de Estados Unidoslo est¨¢n repartiendo en las parroquias. ?Ahora los chavales no dejan de hablar de Dios!", exclama.
El juego, del que se han distribuido 65.000 copias en tiendas desde que sali¨® en noviembre, y del que se han regalado m¨¢s de medio mill¨®n de demos en iglesias, ha unido en su contra a asociaciones liberales, musulmanas, jud¨ªas, cat¨®licas y cristianas moderadas, que lo tachan de violento e intolerante. Varias de ellas pidieron su retirada a la cadena Wal-Mart, sin ¨¦xito.
"La violencia que aparece en el juego no es mayor que la que se ve en La Guerra de las Galaxias. No hay desmembramientos, sangre ni decapitaciones. Adem¨¢s, la violencia tiene consecuencias. Si matas, desciende tu espirit¨®metro", defiende Mikulich, refiri¨¦ndose a la especie de medidor moral que marca la vida que le queda al jugador. Cuando rezas, convences a alguien de que haga el bien o escuchas rock cristiano, el espirit¨®metro crece y el jugador se fortalece.
Left Behind ha tardado cinco a?os en desarrollarse, ha costado unos 800.000 euros y los cr¨ªticos especializados lo comparan con los exitosos Command & Conquer o World of Warcraft. "La gran sorpresa de Left Behind es que, de hecho, mola", dice en su cr¨ªtica la reputada revista tecnol¨®gica Wired.
Hasta ahora, los juegos religiosos eran un g¨¦nero de tercera, pero t¨ªtulos como Eternal Forces pretenden dar el salto al gran mercado. El g¨¦nero religioso a¨²n no alcanza el 1% del sector de los videojuegos, pero los analistas afirman que es uno de los segmentos con mayor expectativa de crecimiento. Desde hace cinco a?os existe una conferencia de desarrolladores de videojuegos cristianos que, en su ¨²ltima edici¨®n, reuni¨® a unas cuarenta compa?¨ªas especializadas.
En Left Behind saben que tienen dos herramientas de mercadotecnia infalibles para llegar al p¨²blico. Por un lado, el p¨²lpito, donde los pastores defienden estos juegos espirituales, y, por otro, la pol¨¦mica. Que hablen mal, pero que hablen. Mikulich busca un ejemplo en el cine evangelizador. "Se critic¨® mucho La Pasi¨®n de Cristo", dice sobre la pel¨ªcula de Mel Gibson, conocido por su fundamentalismo cat¨®lico, "pero, al final, consigui¨® que se hablase de Dios".
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