Siete intentos... y por fin ?trillizos!
Son tratamientos largos, costosos y con grandes efectos f¨ªsicos y psicol¨®gicos - Cuatro de las 30.000 mujeres que se someten cada a?o a la reproducci¨®n asistida cuentan su experiencia
Muchas mujeres no se atreven ni a contarlo a su entorno m¨¢s pr¨®ximos, pasan entre uno y dos a?os pendientes de un duro y doloroso proceso, se someten a entre tres y siete inseminaciones antes de lograr quedarse embarazadas y el tratamiento completo le cuesta a la mayor¨ªa entre 6.000 y 12.000 euros. Esther, Nuria, Carmen y Mar¨ªa Jos¨¦ han pasado por ello. Son cuatro de las 30.000 mujeres que se someten cada a?o a procesos de reproducci¨®n asistida.
El tratamiento entra?a, adem¨¢s de las molestias f¨ªsicas, consecuencias psicol¨®gicas importantes. Las fecundaciones o inseminaciones rara vez funcionan a la primera, una situaci¨®n que va minando la esperanza de las personas sometidas al proceso. Muchas mujeres, por su edad, no pueden permitirse esperar a que les toque el turno de la lista de la Seguridad Social, una espera que oscila entre los dos y tres a?os.
Esther ?lvarez. "Empezamos el tratamiento sin cont¨¢rselo a nadie"
Esther siempre pens¨® que hab¨ªa nacido para ser madre. Lo intent¨® muchas veces sin ¨¦xito. Lo dese¨® con toda su alma, y, finalmente, tras "mucho sufrimiento", lo consigui¨®. Por partida triple. Hoy tiene, con su marido Federico, trillizos: Irene, Federico y Beatriz. Son tres de los 7.000 ni?os que nacen cada a?o en Espa?a mediante t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida.
"Nada m¨¢s casarnos empezamos a intentar tener ni?os pero no lo consegu¨ªamos", cuenta esta madrile?a de 34 a?os. As¨ª, decidieron acudir a un especialista que diagnostic¨® a Esther ovarios poliqu¨ªsticos. Para quedarse embarazada necesitar¨ªa inseminaci¨®n artificial. Decidieron pedir una segunda opini¨®n en la Seguridad Social. All¨ª el diagn¨®stico fue peor. Tendr¨ªa que someterse a fecundaci¨®n in vitro -extraer los ¨®vulos, fecundarlos y colocarlos en el ¨²tero de la mujer- y esperar dos a?os. "Decidimos volver a la primera opci¨®n", recuerda Esther.
Esther y Federico empezaron el tratamiento "sin cont¨¢rselo a nadie". "Al principio no quieres que sepan que est¨¢s luchando por tener un hijo. Te sientes mal si la gente te pregunta cu¨¢ndo vas a ser mam¨¢". Cuando se decidieron a contarlo se sintieron mejor. "Al explicar que no puedes tener hijos te quitas un peso de encima, y adem¨¢s dejan de incordiarte", cuenta Esther."Ahora cuando la gente me ve con los tres ni?os y me compadecen les digo que para m¨ª es maravilloso", dice. Esther cuenta su experiencia en su web www.trillizos.net
Ten¨ªa tan claro que quer¨ªa ser mam¨¢ que se someti¨® a la inseminaci¨®n cinco veces. Las cinco sin ¨¦xito. "Fue horrible, el tratamiento es desesperante", dice. A la quinta inseminaci¨®n decidieron volver a la Seguridad Social. Hab¨ªan pasado los dos a?os de lista de espera y el gasto hab¨ªa sido inmenso. All¨ª se someti¨® a su primera fecundaci¨®n in vitro. No funcion¨®. "Cuando me llamaron para intentarlo la segunda vez no ten¨ªa esperanza. Pensamos que no funcionar¨ªa", cuenta. Se equivocaron. Esther pronto empez¨® a notar los s¨ªntomas. "Decid¨ª comprar un test de embarazo. No sabes el dinero que llev¨¢bamos gastado en eso. As¨ª que pens¨¦ que por uno m¨¢s...", bromea. Esa vez dio positivo.
Carmen C. "He tenido a la ni?a yo sola"
Carmen decidi¨® pasar por la experiencia sola. Esta profesora de Lat¨ªn de 45 a?os se cans¨® de esperar a su pr¨ªncipe azul despu¨¦s de que su ¨²ltima relaci¨®n fracasara. Uno de los motivos fue el no poder tener hijos en com¨²n. "Le ped¨ª que sigui¨¦ramos intent¨¢ndolo y ¨¦l no estuvo de acuerdo", cuenta. As¨ª que despu¨¦s de pensarlo mucho, se decidi¨®. "He tenido a la ni?a yo sola. El reloj biol¨®gico acuciaba", cuenta. As¨ª, se convirti¨® en una de las 1.500 mujeres que se someten cada a?o al proceso en solitario.
Para tener a Clara Elisa, su hija de dos a?os y medio, se someti¨® a cinco fecundaciones in vitro. "Un tratamiento dur¨ªsimo, porque ves que hay un fallo y otro, y otro. Te vienes abajo", cuenta. "Para m¨ª la maternidad era una idea obsesiva. Cuando fallaba una fecundaci¨®n me quer¨ªa meter en otra", cuenta. Adem¨¢s de las consecuencias psicol¨®gicas de los fallos y del malestar f¨ªsico del tratamiento hormonal al que se somet¨ªa, Carmen habla de la soledad. "Mi familia no supo nada hasta que estuve pre?ada de tres meses. No quer¨ªa dec¨ªrselo hasta que estuviera segura. S¨®lo se lo cont¨¦ a algunos amigos y a mi hermana", dice. ?sta estuvo presente en la quinta intentona, cuando le insertaron los dos embriones que luego dar¨ªan lugar a Clara. "S¨®lo sali¨® adelante uno. Afortunadamente, porque yo ten¨ªa aut¨¦ntico pavor a la pareja", dice. Ahora Carmen habla con orgullo de su hija. "Ha merecido la pena el gasto econ¨®mico, que es mucho. El dolor. Todo. Adem¨¢s he tenido mucha suerte. Mi ni?a est¨¢ muy bien y adem¨¢s es muy graciosa", dice con cari?o.
Mar¨ªa Jos¨¦ A. "Nos hemos gastado m¨¢s de 12.000 euros"
"Soy educadora infantil. Toda la vida he estado cuidando de los ni?os de los dem¨¢s y me apetec¨ªa tener uno m¨ªo", cuenta Maria Jos¨¦. Esta madrile?a de 36 a?os y su marido decidieron acudir a una cl¨ªnica privada al ver que no consegu¨ªan tener hijos. "Lo hicimos todo por lo privado. No quer¨ªamos aguantar las listas de espera, sobre todo por la edad", dice.
Pod¨ªan permit¨ªrselo econ¨®micamente y empezaron un tratamiento de inseminaci¨®n artificial. S¨®lo una de cada tres mujeres consigue quedarse embarazada a la primera. Mar¨ªa Jos¨¦ tuvo que intentarlo cuatro veces sin ¨¦xito. "Ten¨ªa que pincharme hormonas que me hac¨ªan hincharme. Es un tratamiento que afecta mucho tanto f¨ªsica como mentalmente", cuenta. La inseminaci¨®n no funcionaba, y decidieron cambiar a un tratamiento de fecundaci¨®n in vitro. La primera vez tampoco funcion¨®. "Empec¨¦ a flojear, pero mi marido me dijo que si hab¨ªamos llegado hasta all¨ª deb¨ªamos seguir", cuenta. Dos meses despu¨¦s volvieron a repetir el proceso, esta vez con ¨¦xito. "Me insertaron tres ¨®vulos de los que s¨®lo sobrevivi¨® uno, ?lvaro, que ahora tiene un a?o y es un bicho de cuidado", r¨ªe.
"La pareja tiene que ser muy fuerte para soportar todo el proceso. Son tratamientos muy complicados que no suelen salir adelante", cuenta. Adem¨¢s est¨¢ la presi¨®n social. "La gente te pregunta, y al principio no lo cuentas. Imag¨ªnate en mi caso, que trabajo con ni?os y me encantan...", dice. Mar¨ªa Jos¨¦ se ha sometido a cuatro inseminaciones y dos fecundaciones in vitro. "No he querido contar lo que nos hemos gastado, pero m¨¢s de dos millones de las antiguas pesetas
[12.000 euros] seguro", dice. No sabe si volver¨¢ a pasar por todo el tratamiento. "Pero, por si acaso, guardo ¨®vulos congelados", cuenta.
Nuria B. A. "Nosotras hemos guardado semen del mismo hombre"
Nuria aun recuerda la bronca que le ech¨® a Elena, su pareja, por una tonter¨ªa. "Estaba comiendo Lacasitos antes de cenar y me puse como una fiera", cuenta entre risas. Ten¨ªa cambios de humor, una de las consecuencias del tratamiento hormonal al que se estaba sometiendo para poder ser mam¨¢. Cinco inseminaciones artificiales con donante an¨®nimo que, despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de tratamiento, dieron resultado. Nuria y Elena son ahora mam¨¢s. Su hijo tiene tres a?os.
"Si lo llego a saber me pongo antes. Ser madre ha colmado mis expectativas", dice Nuria. Esta auxiliar administrativa de 43 a?os se queja del coste del tratamiento. "Tuvimos que recurrir a una cl¨ªnica privada, el proceso nos cost¨® m¨¢s de 9.000 euros", dice. Sin embargo, las dos est¨¢n encantadas con su nueva situaci¨®n. "Yo volv¨ª a inseminarme el a?o pasado dos veces, pero no lo logr¨¦. Nosotras hemos guardado semen del mismo donante de nuestro hijo. Creemos que lo usar¨¢ Elena, por cuestiones de edad, ella es m¨¢s joven", cuenta. Eso s¨ª, primero tendr¨¢ que vencer su miedo a las agujas.
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