Juan Modolell: Un sabio entre moscas y mariposas
Sus descubrimientos con los genes de la mosca del vinagre est¨¢n en los libros de texto, pero el bioqu¨ªmico Juan Modolell, ¨²ltimo premio Nacional de Investigaci¨®n Santiago Ram¨®n y Cajal, se entusiasma hablando de mariposas, sin duda mucho m¨¢s bellas. Una afici¨®n que inici¨® siendo un ni?o, que le llev¨® a estudiar biolog¨ªa, y que le ha hecho viajar en un comatoso cami¨®n ruso hasta las monta?as Altai, de Siberia, en busca de raros ejemplares. Una atracci¨®n irresistible y una dedicaci¨®n que comparte con la Drosophila melanogaster, la diminuta mosca modelo que reina en los laboratorios de biolog¨ªa molecular con la que ha convivido los ¨²ltimos 25 a?os.
El itinerario cient¨ªfico de este barcelon¨¦s, casado y con tres hijas, se decidi¨® un poco al azar en los Estados Unidos llenos de optimismo de la era Kennedy, entre la contracultura hippy y el entusiasmo por la exploraci¨®n de la Luna. Unos a?os "fant¨¢sticos", en los que se hizo doctor en bioqu¨ªmica por la Universidad de Ohio, en los que naci¨® su primera hija, y en los que adquiri¨® un acento que ha dejado un lejano rastro en su castellano trufado de catal¨¢n y canario. Un itinerario cargado de premios, honores, medallas y pertenencias a comit¨¦s internacionales de investigaci¨®n y publicaciones, que ¨¦l ni siquiera menciona. Discreci¨®n que compagina con la exigencia y el perfeccionismo de los que ha hecho gala durante sus a?os de profesor investigador en el Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa de Madrid (CSIC-UAM).
"Mi tendencia ha sido publicar poco y bueno. A veces dicen que soy un poco esnob, es posible, peo lo f¨¢cil no me satisface"
Con 70 a?os reci¨¦n cumplidos, Juan Modolell se mueve como una persona mucho m¨¢s joven. Alto, delgado y con una indumentaria perfectamente combinada en tonos ocres, desprende una elegancia de esas que llamamos innata. Su tono al hablar es suave, lo mismo que su sentido del humor, pero eso no le impide entrar a fondo en los desaf¨ªos e injusticias que hoy amenazan el planeta. Es uno de esos cient¨ªficos que cree que precisamente ellos, los cient¨ªficos, tienen que hablar, y bien claro, de los problemas que nos afectan, "hemos tenido el privilegio de recibir una educaci¨®n por encima del promedio y tambi¨¦n tenemos una responsabilidad". Y eso hacemos, en su min¨²sculo y atiborrado despacho en el que una fant¨¢stica imagen de Saturno compite, desde el ordenador, con preciosas fotograf¨ªas de mariposas multicolores diseminadas por la pared.
Es un enamorado de las mariposas, pero se decant¨® por las moscas...
Siempre me han gustado los bichos, desde que ten¨ªa 10 a?os cuando pas¨¦ un verano en los Pirineos en casa de unos amigos de mis padres. ?l era hermano de un entom¨®logo alem¨¢n bastante famoso y cazaba mariposas para su hermano, y aquello de coger mariposas me pareci¨® muy bonito, luego me pas¨¦ a los cole¨®pteros, los escarabajos. Estudi¨¦ biol¨®gicas b¨¢sicamente porque me gustaban los bichos, pero como en aquella ¨¦poca, a?os cincuenta, cuando dec¨ªas que estudiabas biol¨®gicas te preguntaban ?y eso qu¨¦ es?, hice qu¨ªmicas, porque mi padre era qu¨ªmico y pensaba que la qu¨ªmica pod¨ªa ser buena para ganarme la vida, y la biolog¨ªa, para la afici¨®n.
Y termin¨® siendo doctor en Bioqu¨ªmica por la Universidad de Ohio (EE UU).
Las circunstancias de la vida. Yo ten¨ªa una novia norteamericana y me fui a Estados Unidos para ver si nos cas¨¢bamos o no, y me dio calabazas. Entonces me qued¨¦ all¨ª con mi t¨ªtulo de bi¨®logo, mi t¨ªtulo de qu¨ªmico, sin trabajo y sin novia, ?demasiado para el body!, y no era cosa de volver con el rabo entre las piernas... As¨ª que decid¨ª hacer un doctorado y lo hice en bioqu¨ªmica, ya que ten¨ªa las dos carreras.
O sea, que en su futuro cient¨ªfico fueron decisivas unas calabazas amorosas.
Exactamente, ja, ja. Mi idea, quiz¨¢ debido a la influencia paterna, era dedicarme a la industria qu¨ªmica, porque ¨¦l era subdirector de la refiner¨ªa de petr¨®leo de Cepsa en Tenerife y los domingos le acompa?aba cuando iba a vigilar c¨®mo iban las destilaciones. Me encantaba ver los laboratorios, subir y bajar de las torres de destilaci¨®n y correr libremente por la refiner¨ªa, pero tambi¨¦n me encantaban los bichos.
Hablando de familia, ?su apellido, Modolell, tiene algo que ver con la famosa casa modernista Modolell, de Viladecans?
Hay una casa modernista en Viladecans, pero hay otra en Sant Just Desvern, y nuestra parte de la familia procede de San Just, cerca de Barcelona, y en la portada de la iglesia parroquial est¨¢ el apellido, datado a finales del siglo XIV. En los archivos de San Just, en los primeros recuentos, alrededor de 1500, figuraba ya un Modolell. Entonces contaban la dimensi¨®n de un pueblo por el n¨²mero de fogatces, de fuegos, que es lo que quiere decir fogatce en catal¨¢n, y las mas¨ªas eran las unidades reales: la familia y su propiedad laboral.
Una familia catalana de abolengo...
Antigua, s¨ª, pero b¨¢sicamente era gente de campo. Mi padre se llamaba Antonio Modolell Modolell y Modolell.
Eso significa que en su familia les gustaba casarse entre ellos.
Claro, mis abuelos eran primos hermanos y dos generaciones anteriores hab¨ªa pasado lo mismo, por eso hay tanto Modolell repetido? Y en San Just todos estamos emparentados, pero la casa de mis abuelos, una mas¨ªa de finales del XVIII que mi abuelo convirti¨®, en 1905, en una casa modernista, se llama Can Ginest¨¤. Ahora est¨¢n all¨ª la biblioteca y el archivo del pueblo, es un centro de cultura y me alegra, porque la estructura de la casa y el jard¨ªn se han conservado.
Para tanta consanguinidad salieron unos hijos muy listos, con premios nacionales de investigaci¨®n...
Ha habido aporte de otros genes... Puedo decir que mi padre fue la primera generaci¨®n con t¨ªtulo universitario, porque la anterior eran terratenientes. Era muy inteligente y recibi¨®, por su tesis doctoral, el Premio Francisco Franco de Ciencias en 1941, y no era un fascista, y adem¨¢s era catal¨¢n. La decisi¨®n del premio la tomaba el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, y yo recuerdo que entonces ten¨ªa cuatro a?os y rez¨¢bamos en familia para que le dieran el premio a pap¨¢... Mis padres vinieron a Madrid en avi¨®n, y el premio eran 25.000 pesetas, mucho dinero en aquella ¨¦poca. Siempre he admirado mucho a mi padre por haber hecho un trabajo de investigaci¨®n, que luego no continu¨® porque en 1945 se fue a Tenerife.
Vamos, que fue lo que se dice un ni?o bien en una ¨¦poca de mucha penuria.
Nunca hemos sido una familia acaudalada, eso no. Aunque mis abuelos tuvieron mucho dinero, el hijo mayor se meti¨® en negocios y arruin¨® a toda la familia, pero ya antes de la Guerra Civil era mi padre, con su sueldo, el que manten¨ªa a su familia. De todas aquellas propiedades de tierras en San Just, yo no he visto ni una maceta, y mi padre tampoco, pero en mi casa hubo siempre un ambiente de clase media educada, mi padre tocaba muy bien el piano, mi madre cantaba, hab¨ªa libros, se le¨ªa. Mi abuelo materno era un gran music¨®logo. Y yo iba con mi padre a los conciertos de la Sinf¨®nica de Tenerife, mi padre, a butaca, y nosotros, al gallinero? He vivido en un ambiente rico en cultura, eso s¨ª.
Con una familia tan catalana, pero viviendo fuera de Catalu?a la mayor parte de su vida, ?c¨®mo ha visto la ¨²ltima bronca del Estatuto catal¨¢n?
Yo creo que muchas cosas se est¨¢n sacando de quicio. Me parece que Espa?a es un pa¨ªs que est¨¢ muy polarizado, porque tenemos la riqueza en el centro y en la periferia, pero la periferia conjunta es m¨¢s que el centro, y mucha gente se pregunta por qu¨¦ Madrid le dice lo que tiene que hacer. Entiendo esos sentimientos nacionalistas, pero a m¨ª lo que me entusiasma es el sentimiento de Europa. Pienso que nuestro Viejo Continente tiene un papel important¨ªsimo en lograr un mundo sostenible y debe de ejercer un papel que Estados Unidos no va a hacer nunca, porque s¨®lo ve su continente. Nosotros, debido a nuestra historia, creo que entendemos un poco m¨¢s lo que pasa en el resto del mundo, pero los pa¨ªses sueltos pintan muy poco, y las nacionalidades sueltas, todav¨ªa menos. Entiendo y comparto los sentimientos nacionalistas porque los humanos nos entendemos bien desde el punto de vista de la tribu, queremos pertenecer a una tribu, y en un momento en el que estamos tan globalizados, la gente se siente a veces muy defensiva de su peque?o hogar, es dif¨ªcil sacudirse los sentimientos tribales.
Es decir, que le emocionan las sardanas y el pan con tomate.
No bailo sardanas y me encanta el pan con tomate, y no soy aficionado al f¨²tbol, pero me gusta que gane el Bar?a... No me entusiasma la idea de los nacionalismos catal¨¢n o vasco, pero tampoco me entusiasma la idea de Espa?a. Tenemos una gran cultura e hicimos una labor fant¨¢stica, pero en los ¨²ltimos 200 a?os nuestra historia ha sido una historia de calamidades y de ir hacia abajo. Somos un pa¨ªs muy agradable y estupendo para vivir, pero no somos la repanocha.
Pese a su amor a las mariposas, ?las clava con alfileres?
Tengo una colecci¨®n de unas 4.000 mariposas, no es una gran colecci¨®n, pero s¨ª, las clavo con alfileres. Me gustan los bichos vivos m¨¢s que en cajas, pero tambi¨¦n es verdad que si quiero conservar lo que veo en la naturaleza y tener un r¨¦cord de mis experiencias, los tengo que tener muertos, pero al tiempo tengo mis sentimientos conservacionistas... Se critica mucho el comercio de algunas especies y creo que hay razones para ello, pero tenemos que reconocer que si queremos que se conserven esos sitios maravillosos donde hay estos bichos, la gente de all¨ª tiene que sacar un beneficio, de otra forma no hay conservaci¨®n que valga. Por fortuna, las poblaciones de insectos son much¨ªsimo m¨¢s numerosas que las de mam¨ªferos o aves, no es comparable, y ninguna especie de mariposas se ha extinguido porque la hayan cazado, se extinguen porque se extinguen los h¨¢bitats. Desgraciadamente lo he vivido en Puerto Rico, en donde estuve con un entom¨®logo profesional y ten¨ªamos un permiso para cazar mariposas, hasta siete ejemplares de cada especie. Fuimos a un parque donde hab¨ªa la mejor colonia de mariposas del tipo Atlantea tulita, que s¨®lo existe en las Grandes Antillas, y cogimos unos ejemplares, pero all¨ª estaban los bulldozers urbanizando la zona. Mucho permiso limitado, pero luego los bulldozers se estaban cargando el h¨¢bitat.
?Nunca se ha sentido un poco rid¨ªculo con el cazamariposas en la mano?
Alguna vez s¨ª, porque seg¨²n en qu¨¦ sitio casi no te atreves a sacarlo. Todos tenemos esa idea del naturalista medio loco, y a veces p¨¦rfido, que hemos visto en algunas pel¨ªculas, pero tambi¨¦n puedo decir que somos una muy rara avis, porque en todos los a?os que llevo buscando mariposas s¨®lo una vez me he encontrado a una persona con una red. Y eso tambi¨¦n es malo, porque queremos que las generaciones futuras aprecien la naturaleza y es dif¨ªcil apreciar algo cuando no lo conoces, lo que se conoce se estima mucho m¨¢s. Cuando yo era peque?o, muchos ni?os hac¨ªamos colecciones de insectos, ahora nadie las hace. Me encanta cazar y fotografiar mariposas, pero tambi¨¦n he hecho mucha fotograf¨ªa de paisaje y naturaleza. Soy un entusiasta de Chile y desde 1991 habr¨¦ ido una docena de veces. Conozco desde el extremo norte hasta el sur del pa¨ªs, los paisajes del gran norte, del altiplano, los volcanes y desiertos son fant¨¢sticos y me encanta fotografiarlos. Me entusiasma la luz, el color.
Y luego tantos a?os encerrado en un laboratorio con una min¨²scula mosca...
Si trabajo con una mosca es porque es un sistema modelo que va muy bien con cierto tipo de investigaci¨®n. Entre biolog¨ªa y bioqu¨ªmica tir¨¦ por la bioqu¨ªmica porque fue un momento en el que empezaba la biolog¨ªa molecular y era algo muy atractivo.
Creo que ha sido muy perfeccionista en sus investigaciones, parece que su lema ha sido publicar poco, pero muy bueno.
S¨ª, ¨¦sa ha sido siempre mi tendencia. A veces dicen que soy un poco esnob, es posible, pero lo f¨¢cil no me satisface.
Pues en estos momentos quien no publica no existe.
Se publica mucho y muy bueno, y en ese sentido considero que he tenido una ¨¦poca estupenda porque con muy poco hemos hecho un trabajo muy pionero. Ahora las cosas se est¨¢n poniendo muy dif¨ªciles porque la tecnolog¨ªa ha avanzado tanto que hacen falta m¨¢s medios que hace 15 o 20 a?os. Publicar ahora en los top journals es m¨¢s dif¨ªcil, pero cada vez tenemos m¨¢s grupos de cient¨ªficos j¨®venes que publican a niveles muy altos y eso es muy satisfactorio para el pa¨ªs.
?Sus descubrimientos con la mosca del vinagre han pasado a los libros de texto porque eran extrapolables a los humanos?
El primer trabajo lo hicimos con los genes proneurales, un grupo de genes, los achaete-scute, que estaban modificando el n¨²mero de quetas (cerdas o pelos sensoriales) en la mosca, y los patrones de modificaciones eran muy dif¨ªciles de explicar. Hab¨ªa que ir a la biolog¨ªa molecular, clonar los genes y ver lo que hab¨ªa dentro. Y eso es lo que hicimos durante 14 a?os. Y vimos que esos genes tienen la funci¨®n proneural, le dicen a la c¨¦lula que tiene que hacer tejido nervioso, son los primeros genes que una c¨¦lula pone en marcha cuando tienen que desarrollarse como c¨¦lulas nerviosas, y adem¨¢s s¨®lo se expresan en ciertos sitios, que es donde aparecen estas quetas. La caracterizaci¨®n de estos genes fue el primer trabajo importante y cl¨¢sico, y su relevancia fue que ¨¦sos y otros muchos genes rectores del desarrollo de los seres vivos est¨¢n conservados a lo largo de toda la escala animal. Es decir, que lo que est¨¢bamos haciendo en la Drosophila tambi¨¦n pasaba en los humanos, pero hace 20 a?os ni en nuestras m¨¢s salvajes especulaciones se nos ocurr¨ªa decirlo. El que estos genes estuvieran en los vertebrados, en el rat¨®n, en el hombre, dio mucha relevancia al hallazgo.
El otro descubrimiento importante, y m¨¢s reciente, fue el de los genes 'iroquois', ?qu¨¦ hacen exactamente?
Les llamaron iroquois porque algunas de las mutaciones en estos genes suprim¨ªan los pelos o quetas de los laterales del mesot¨®rax, la espalda de la mosca, con lo que ¨¦stas ten¨ªan la apariencia de llevar un peinado parecido al de los indios iroquois. En mi laboratorio, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez-Skarmeta aisl¨® bioqu¨ªmicamente dos de estos genes e hizo su primera caracterizaci¨®n molecular. Este trabajo, y los siguientes de nuestro laboratorio, demostraron que una de las funciones importantes de estos genes es la especificaci¨®n de territorios del cuerpo de la mosca. M¨¢s concretamente, especifican una parte de su tronco, ya que si faltan las c¨¦lulas que deben dar lugar a esa parte del animal se generan estructuras de ala. Los genes iroquois confieren la identidad a la espalda de la mosca ?si no act¨²an, ¨¦sta se transforma en ala? y tambi¨¦n a la parte dorsal de su cabeza. Nuestros trabajos, y otros, demostraron que esta funci¨®n de especificar regiones del cuerpo de los organismos tambi¨¦n ocurre durante el desarrollo de los vertebrados.
Su equipo form¨® parte de los 200 cient¨ªficos de Estados Unidos y Europa que, en 2000, descifraron el genoma de la 'Drosophila', que se consider¨® un hito porque en ella hay muchos genes que son pr¨¢cticamente iguales a los humanos. Ahora hablamos de cosas que hubieran parecido imposibles hace unos pocos a?os, selecci¨®n gen¨¦tica, clonaci¨®n, regeneraci¨®n de ¨®rganos, terapia g¨¦nica?
Creo que hay un exceso de optimismo, el hacer una terapia de sustituci¨®n de ¨®rganos me parece que est¨¢ en un futuro lejano, no es algo inmediato. Son procesos extremadamente complicados y es muy dif¨ªcil controlarlos, pero nunca se sabe? No digo que no se puedan implantar c¨¦lulas madre y que puedan dar lugar a curaci¨®n en la mayor¨ªa de los casos, pero en otros puede dar lugar a un tumor, ?y qu¨¦ vamos a hacer, corremos o no los riesgos?
?De qu¨¦ es partidario?
La terapia g¨¦nica funcion¨® bien en unos casos y en otros no, y se par¨®. Yo me pregunto si es racional parar porque creo que, sobre todo en Estados Unidos, se paran los avances ante los fracasos por miedo a las reclamaciones judiciales, a los problemas financieros legales que pueda haber. Pero ?por qu¨¦ aceptamos riesgos en las operaciones convencionales y no en casos de t¨¦cnicas pioneras? Creo que las cosas nuevas nos dan miedo, pero no habr¨ªa que poner m¨¢s exigencias que con las t¨¦cnicas convencionales, es algo irracional. Muchas veces me preguntan si habr¨¢, en alg¨²n momento, clonaci¨®n reproductiva, y yo creo que s¨ª, pero dejar¨¢ de hacerse porque no tiene el menor inter¨¦s. Alguien lo har¨¢ por su propio ego, pero ?qu¨¦ inter¨¦s tiene producir un clon de una persona desplazado en el tiempo?, esa persona no ser¨¢ igual, ser¨¢ un individuo distinto. Pero si se hace, tampoco hay que rasgarse las vestiduras, porque no ser¨¢ el fin de nada.
Usted ha sufrido un c¨¢ncer, ya superado, ?c¨®mo vive esta experiencia un cient¨ªfico acostumbrado a trabajar con genes?
Mis m¨¦dicos me dijeron: "Juan, observa lo que te ocurre, pero no te auscultes continuamente". El c¨¢ncer es un palo gord¨ªsimo cuando, a los 54 a?os y plet¨®rico de facultades, vas al m¨¦dico porque te molesta un poco el est¨®mago y te dice que tienes un c¨¢ncer de est¨®mago y que tienen que quit¨¢rtelo en su totalidad. Te hacen unos arreglos que son una barbaridad, pero que en mi caso han funcionado maravillosamente. Estoy agradecid¨ªsimo a la Seguridad Social y a los m¨¦dicos de Puerta de Hierro que me atendieron, que hicieron un trabajo maravilloso. Tuve mucha suerte porque me lo pillaron muy a tiempo. Mi reacci¨®n fue curiosa, porque, una vez pasada la operaci¨®n y sabiendo que el c¨¢ncer estaba contenido, no quise leer nada de este tipo de tumor, me quise olvidar. No quise investigar y agradec¨ª much¨ªsimo que nadie me hablara de probabilidades, porque las probabilidades no significan nada cuando s¨®lo tienes una carta, significan cuando juegas muchas veces, pero yo s¨®lo ten¨ªa una carta. Si me hubieran dicho de entrada que la supervivencia era muy baja, habr¨ªa sido un golpe terrible para mi moral, y las ganas de curarse y pasar p¨¢gina son muy importantes en el enfermo. Luego me ha ayudado a apreciar m¨¢s la vida, incluso las relaciones familiares, te vuelves un poquito mimoso, te gusta que te mimen? Pero acabo de cumplir 70 a?os y lo he celebrado en una fiesta memorable de dos d¨ªas con la familia y los amigos en un pueblo de Soria.
Una fecha obligada de jubilaci¨®n, ?c¨®mo lo lleva?
El obligar a la gente a jubilarse creo que es una mala faena, constitucionalmente, la jubilaci¨®n es un derecho, no una obligaci¨®n, pero en los funcionarios es obligatoria a los 70 a?os. Tengo mucha suerte porque la figura del profesor ad honorem a la que paso no lleva aparejada retribuci¨®n, pero tampoco obligaciones. Despu¨¦s de muchos a?os dejo de ser jefe de l¨ªnea de laboratorio, aunque voy a continuar viniendo porque creo que puedo ayudar en la tarea investigadora. Pero estoy ocupado en distintos comit¨¦s de pol¨ªtica cient¨ªfica ?Parque Cient¨ªfico de Barcelona y Centro Andaluz de Biolog¨ªa del Desarrollo? y represento a Espa?a en la Conferencia Europea de Biolog¨ªa Molecular y en el Laboratorio Europeo de Biolog¨ªa Molecular. Es lo que debemos hacer la gente con experiencia, devolver al mundo de la ciencia y la sociedad lo que hemos recibido de ella.
Cuando el Rey les entreg¨® los premios nacionales de investigaci¨®n, su discurso a favor de la energ¨ªa nuclear y los transg¨¦nicos sorprendi¨® bastante.
?Pero estaba consensuado con los cinco premiados!
Dijo que hab¨ªa que fomentar el uso de las energ¨ªas alternativas, sobre todo de la solar, y a continuaci¨®n manifest¨® que prescindir de la nuclear y aumentar las emisiones de di¨®xido de carbono era una estrategia equivocada. Pero los residuos radiactivos siguen ah¨ª por miles de a?os, y los riesgos de atentados terroristas, tambi¨¦n.
Hay riesgos, evidentemente, pero la energ¨ªa hidroel¨¦ctrica tambi¨¦n los tiene, recordemos lo que pas¨® con la presa de Fr¨¦jus (Francia) cuando se derrumb¨® y murieron centenares de personas. Me encantar¨ªa que se pudiera prescindir de la energ¨ªa nuclear, pero no veo que nadie vaya a apretarse fuertemente el cintur¨®n para bajar nuestro consumo energ¨¦tico y que las emisiones de carbono sean sostenibles. ?Qu¨¦ vamos a hacer, contaminar y destruir m¨¢s nuestra atm¨®sfera, lo que ya es una certeza que va a causarnos consecuencias catastr¨®ficas? No es que la energ¨ªa nuclear sea la panacea, pero no podemos permitirnos el lujo de prescindir de ella. La tenemos, pues continuemos con ella, no para toda la vida, sino como una transici¨®n hasta que consigamos la fusi¨®n nuclear. Espa?a vive una situaci¨®n muy hip¨®crita, porque tenemos una moratoria nuclear, pero compramos una gran cantidad de electricidad a Francia producida por centrales nucleares. Mire lo que est¨¢ pasando en China, y en India ya hay 400 millones de personas de clase media que quieren consumir como nosotros? No podemos permitirnos el lujo de incrementar m¨¢s las emisiones de carbono. Hay riesgos, es evidente, pero todos los a?os mueren en Espa?a miles de personas por accidentes de tr¨¢fico y no dejamos el coche.
?Y qu¨¦ me dice de los alimentos transg¨¦nicos, que tienen tantos detractores?
Es de una ignorancia total. El pasar genes de una especie a otra se ha hecho toda la vida. La transg¨¦nesis es algo consustancial con el mundo vivo y porque ahora lo hagamos por procedimientos de biolog¨ªa molecular no hay por qu¨¦ rasgarse las vestiduras. Los miedos son exagerad¨ªsimos, y no digo que no haya que tomar precauciones, pero si podemos producir unos arroces que tengan vitaminas y mayores cualidades nutritivas en un mundo donde 30.000 personas mueren cada d¨ªa de miseria y enfermedades, el oponerse a este tipo de investigaciones me parece un crimen de lesa humanidad.
Cuando hablamos de globalizaci¨®n no parece que sea para introducir mejoras en las poblaciones, sino mayores beneficios econ¨®micos para unos pocos.
En eso estoy totalmente de acuerdo, es la idolatr¨ªa del dios dinero. Ya que hablamos de cultivos, coincido en que con este tipo de globalizaci¨®n se acaban imponiendo s¨®lo unas pocas semillas, y es malo porque va en contra de una diversidad gen¨¦tica que es imprescindible para mantener bien los ecosistemas. Se entiende que haya rechazo a ciertas multinacionales que quieren imponer sus semillas en todo el mundo, pero si queremos alimentar decentemente a toda la poblaci¨®n mundial necesitamos esta tecnolog¨ªa, aunque bien aplicada, tenemos que ser much¨ªsimo m¨¢s sofisticados.
?Le duele, como bi¨®logo, asistir, son sus palabras, a la extinci¨®n de un tesoro ¨²nico creado durante millones de a?os de evoluci¨®n, nuestro planeta?
Si ahora tuviera 20 a?os y empezara de nuevo, a lo mejor no me dedicar¨ªa a la biolog¨ªa molecular, sino m¨¢s bien a una biolog¨ªa de campo, porque creo que tenemos una necesidad imperiosa de conocer la biodiversidad, las especies que tenemos y que muchas van a desaparecer sin que nadie sepa que han existido. Me duele cuando se habla de la nueva colonizaci¨®n de la Luna, de ir a Marte, con el dinero que cuesta, y lo necesitamos para salvar nuestra casita, que se est¨¢ cayendo? ?Cada especie que se extingue es algo irrepetible en la historia!, estamos deshaciendo el tejido de nuestro planeta, y conservarlo es la tarea m¨¢s importante que tenemos.
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