Edificio F¨®rum tripartito
Primero los contenedores, luego los contenidos, o la funci¨®n crea el ¨®rgano. ?ste ha sido el principal modo de proceder de la cultura en Barcelona en los ¨²ltimos a?os, marcado por el encargo de edificios o reformas de los ya existentes a arquitectos estrella. Cuando al alcalde Pasqual Maragall se le preguntaba por ese peculiar sistema que daba paso a toda suerte de indefiniciones posteriores sol¨ªa poner su mejor cara de ni?o travieso y contestaba indefectiblemente: "S¨ª, per¨° ja el tenim". A la larga ha habido que darle la raz¨®n, aunque nunca sabremos cu¨¢ntos sobresaltos nos habr¨ªamos ahorrado de haber procedido con el proyecto por delante. As¨ª, con mucho retraso con respecto a la cita ol¨ªmpica, tuvimos al fin un MNAC aceptable. Enti¨¦ndase, el Palacio Nacional sigue siendo un edificio horrible para albergar un museo de arte, pero el hecho de poder ver finalmente en condiciones las obras del rom¨¢nico, el g¨®tico, la colecci¨®n Camb¨®, la Thyssen y la pintura catalana rom¨¢ntica y posrom¨¢ntica ha acallado la vieja pol¨¦mica sobre si hac¨ªa falta dinamitarlo o preservarlo como skyline identitario imprescindible. Lo mismo sucedi¨® con el Macba, otro gran equipamiento que no lleg¨® a la cita ol¨ªmpica y que nos tuvo entretenidos durante a?os discutiendo el modelo que quer¨ªamos para nuestro arte contempor¨¢neo. La lista podr¨ªa seguir, pero con dos ejemplos puede bastar.
El edificio F¨®rum, que los arquitectos suizos Herzog y DeMeuron levantaron para el evento de 2004 y que en su d¨ªa el alcalde Clos consider¨® "la joya de la corona" de la obra civil realizada en el levante de la ciudad -otros no coincidieron en el elogio y prefirieron tildarlo de discoteca francesa de suburbio-, se halla en esa angustiosa fase de definici¨®n. ?ltimamente ha vuelto a los titulares por un par de exposiciones y por la presentaci¨®n del proyecto de nueva sede corporativa de Telef¨®nica, una torre de acero y cristal de 110 metros de altura que Enric Massip levantar¨¢ junto a ¨¦l.
El futuro de este vistoso contenedor azul es incierto. Contaminado por la realidad pol¨ªtica y por su propia geometr¨ªa, es un edificio tripartito, con gestiones diferenciadas para cada uno de sus plantas. El auditorio subterr¨¢neo, en el que estos d¨ªas pasados ten¨ªa lugar un encuentro de Seat, es, de hecho, una extensi¨®n del Centro de Convenciones, gestionado por GL Events-CCIB, empresa tambi¨¦n ella tripartita, participada en el 80% por la multinacional GL Events, en el 12% por el Ayuntamiento de Barcelona y en el 8% por el gremio de hoteleros. El a?o pasado factur¨® 23,7 millones de euros y entre los acontecimientos que organiza se encuentran varias convenciones europeas de Microsoft, lanzamientos de coches de diferentes marcas, una cumbre euromediterr¨¢nea, etc¨¦tera. Es la parte privada del edificio, la que funciona a toda m¨¢quina.
Entre la parte subterr¨¢nea y la elevada se encuentra esa "plaza cubierta" que un d¨ªa nos relataron los arquitectos y que nunca, ni siquiera en los d¨ªas del F¨®rum, se convirti¨® en el mercado de la diversidad que visionariamente imaginaron. De hecho, muchas de aquellas fantas¨ªas de colores acabaron en nada. Por algunos de los lucernarios del edificio ten¨ªa que caer agua y vegetaci¨®n y en el lago de la cubierta hab¨ªan de posarse los flamencos en un receso de su ruta entre tierras africanas y las marismas de la Camarga. Pues bien, el verde es inexistente y la l¨¢mina de agua, que adem¨¢s hab¨ªa de comportar un ahorro en la climatizaci¨®n del edificio, ha permanecido seca la mayor parte del tiempo.
Llegamos as¨ª a la planta superior, de gesti¨®n enteramente municipal. Hay en ella, como no pod¨ªa ser de otro modo, tres exposiciones. Una ya conocida desde 2004, aunque con nombre cambiado para vender novedad: la que se llam¨® Barcelona in progress se ha convertido ahora en Barcelona projecta, conjunto de maquetas sobre las m¨¢s importantes intervenciones urban¨ªsticas en la la ciudad. La atracci¨®n principal sigue siendo la gran maqueta 1/1000 entre el Llobregat y el Bes¨°s sobre la que se proyecta un did¨¢ctico audiovisual que sit¨²a las obras. L¨¢stima que est¨¦ s¨®lo en catal¨¢n: el grupo de estudiantes alemanes que la otra tarde la contemplaba se qued¨® en blanco. Seg¨²n la azafata de sala, en breve se dispondr¨¢ de traducci¨®n al castellano e ingl¨¦s. La segunda exposici¨®n, inaugurada el pasado d¨ªa 18, es Barcelona sensacions, en cuyo pr¨®logo -triling¨¹e: catal¨¢n, castellano, ingl¨¦s- puede leerse: "Hay tantas ciudades como ciudadanos". Tants caps, tants barrets. Sigue una profusi¨®n de datos, en vitrinas o audiovisuales de exquisito dise?o, sobre poblaci¨®n, empleo, vivienda y hasta preferencias en el vestir: las barcelonesas prefieren el calzado bajo, los barceloneses ropa de marca. Sic. La ¨²ltima de las exposiciones es Mujer. Un cuerpo, una vida, organizada por la Fundaci¨®n Dexeus y abierta el viernes pasado: un recorrido por las etapas de la vida femenina en la que uno, entre otras singularidades, puede regresar virtualmente al ¨²tero.
Hay en esta exhibici¨®n una videoinstalaci¨®n de Tamara Zaitseva cuyo t¨ªtulo parece una met¨¢fora del edificio F¨®rum: El llanto de la naturaleza por el ¨®vulo no fecundado. Pues eso, que "ja el tenim", pero de momento no sabemos para qu¨¦ y eso nos duele. Esperemos que el tiempo traiga alguna idea s¨®lida que acabe fecund¨¢ndolo.
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