Rouco cierra la iglesia 'roja' de Vallecas
El arzobispo clausura, por no ce?irse a los c¨¢nones, una parroquia que trabaja con excluidos
Existe desde hace casi 30 a?os una parroquia humilde en el barrio de Entrev¨ªas (Vallecas) llamada San Carlos Borromeo. En ella, sus tres sacerdotes -uno de ellos es el hist¨®rico Enrique de Castro, el cura rojo- trabajan con la poblaci¨®n excluida socialmente y acogen en sus casas a ex presidiarios, drogadictos, inmigrantes o chavales de la calle. No le cierran la puerta a nadie.
El arzobispado reprocha a San Carlos Borromeo que se celebre la misa en ropa de calle
Hasta ah¨ª, sin problemas, seg¨²n el arzobispado de Madrid. Pero es que los curas tambi¨¦n dan misa vestidos en ropa de calle; admiten ateos y musulmanes; y en la eucarist¨ªa, en vez de hostias, reparten rosquillas. Y por eso, por no ajustarse a la doctrina de la Iglesia en cuanto a la liturgia se refiere, al arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio Rouco Varela, ha comunicado a los tres sacerdotes que tienen que cerrar la parroquia y que se busquen otro destino.
"Nos han dicho que socialmente estamos muy bien, pero que en cuestiones de liturgia y catequesis, no", explic¨® ayer el cura Enrique de Castro. "Seg¨²n ellos, la catequesis que damos no est¨¢ homologada y la liturgia es un desastre", agreg¨® el sacerdote, que lleva en esta parroquia 26 a?os. El arzobispado les ha transmitido que la parroquia se sale de los c¨¢nones de la Iglesia, y precisamente los curas defienden eso: que las liturgias tienen que adecuarse a los nuevos tiempos y a la realidad social.
"Hemos cambiado las hostias por rosquillas porque los ni?os no entend¨ªan que son las hostias normales. Fueron las propias madres las que nos trajeron las rosquillas. Y si nos hemos quitado los h¨¢bitos para dar misa es porque la gente nos lo ha pedido...", afirmaron los curas.
La parroquia de San Carlos Borromeo celebr¨® ayer una multitudinaria comida donde acudieron cientos de personas a apoyar la labor de los curas. Por ah¨ª pas¨® de todo. Desde matrimonios cat¨®licos de mediana edad; familias enteras de Vallecas, gente del movimiento okupa; j¨®venes de izquierdas y gente de asociaciones de vecinos de todo Madrid. Los presentes comieron paella, escucharon m¨²sica, tomaron vino en la terraza, repartieron abrazos y hubo mucha tertulia. "?Mucho ¨¢nimo!", "?Lucha!", "?De aqu¨ª no nos vamos a mover!", repet¨ªan los congregados a los tres sacerdotes: Enrique de Castro, Pepe D¨ªaz y Javier Baeza.
"No somos unos locos. Nos dedicamos al mundo de la marginaci¨®n y esa gente es la que luego viene a misa porque han sentido que este lugar...", empez¨® a contar De Castro. Un joven le interrumpi¨®. "Enrique, oye, que si me das dos euros para tabaco, que no he cobrado a¨²n el paro". El sacerdote se saca el dinero del bolsillo, y contin¨²a: "... porque han sentido que este lugar es como su casa".
Hasta Entrev¨ªas tambi¨¦n se acercaron p¨¢rrocos de otros lugares, como Andr¨¦s, el capell¨¢n del hospital Ni?o Jes¨²s. "Les conozco desde hace a?os y por eso he venido a apoyarles. Yo creo que la Iglesia tiene que aceptar que hay varios modelos de parroquias y que algunas, como ¨¦sta, lo que intentan es adecuarse al lenguaje de la gente", opin¨®.
Otro p¨¢rroco, Daniel S¨¢nchez, de la cercana parroquia de Santa Mar¨ªa de El Pozo, tambi¨¦n se manifest¨® en contra del cierre. "El arzobispado les achaca tambi¨¦n que est¨¢n aislados y que no se entienden con otros curas. Eso no es cierto. Las cinco parroquias de la zona estamos haciendo un buen trabajo en com¨²n", recalc¨® este hombre.
La parroquia de San Carlos Borromeo tambi¨¦n acoge la sede de la Escuela de Marginaci¨®n, donde se ense?a a los que est¨¦n interesados en trabajar con gente marginada, y a la asociaci¨®n Madres contra la Droga. "No tenemos que buscar otra sede porque no nos vamos a ir. S¨®lo faltaba. Aqu¨ª est¨¢ nuestro domicilio fiscal y tambi¨¦n humano", explic¨® Carmen D¨ªaz, presidenta de la asociaci¨®n.
Entre los m¨¢s dolidos por el cierre est¨¢n los marginados que han encontrado su refugio en esta particular parroquia. Como Tarik Inhaddou, marroqu¨ª de 27 a?os. "Llegu¨¦ a Madrid en 2001, sin saber el idioma, no ten¨ªa donde ir. Llegu¨¦ a la parroquia y me acogieron con los brazos abiertos", explic¨®. Los primeros a?os estuvo trabajando de camarero y ahora tiene un empleo de lo suyo: ingeniero inform¨¢tico.
Antes de la comida, por la ma?ana, la parroquia celebr¨® una misa multitudinaria. Una misa que el arzobispado de Madrid hab¨ªa prohibido. Pero el cura Javier Baeza niega tajantemente que haya sido la misa de despedida. "No es la ¨²ltima, ni tampoco la pen¨²ltima misa, ni mucho menos", asegur¨® Baeza, aunque se mostr¨® prudente a la hora de hablar de futuras movilizaciones o encierros.
Los tres p¨¢rrocos pertenecen al movimiento Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, aunque Baeza prefiere que se les llame "curas de barrio en medio de la gente, creo que nos define mejor". Fue el martes pasado cuando el arzobispado de Madrid comunic¨® a los curas que les echaban de la parroquia y que se buscasen otro destino. "No nos han dado un d¨ªa concreto para que nos vayamos. El martes nos llaman a una reuni¨®n y el obispo de la di¨®cesis de Madrid, Fidel Herr¨¢ez, junto a otros dos miembros de la Iglesia y dos de C¨¢ritas, abre una carpeta, y como si fuese un tribunal, me dice: 'Hemos decidido que ten¨¦is que dejar de dar misa desde hoy mismo'; a lo que yo le contesto: 'Fidel, ?eso es un baculazo!", record¨® Baeza. "?Y encima se indign¨®! No ha habido di¨¢logo. Can¨®nicamente lo que han hecho desde arriba es una perversi¨®n", agreg¨® el sacerdote.
En las paredes de la iglesia pod¨ªan leerse ayer los correos electr¨®nicos de apoyo que han recibido estos d¨ªas. Y hay uno que les ha gustado especialmente, porque incluye un poema de Le¨®n Felipe con el que se sienten muy identificados: "De aqu¨ª no se va nadie. Nadie. Mientras esta cabeza del Ni?o de Vallecas exista, de aqu¨ª no se va nadie. Ni el m¨ªstico ni el suicida".
Sus quejas y denuncias en lectores.madrid@elpais.es
MOHAMED BEN AISSA(18 A?OS): "Mi hermano me ech¨® de casa y aqu¨ª me acogieron"
"Hace tres meses mi hermano me ech¨® de casa porque no tiene trabajo ni hace nada en la vida y yo era una molestia. Me qued¨¦ completamente solo, en la calle. Vine a la parroquia y desde entonces estoy viviendo en casa de Javier, uno de los curas", contaba ayer Mohamed Ben Aissa, un chico marroqu¨ª de 18 a?os.
"En el instituto donde estudiaba, el Puerta Bonita de Carabanchel, fue donde me hablaron de esta sitio y estoy muy contento", agreg¨® el chico, que lleg¨® a Madrid desde Marruecos en el a?o 2004. Ahora trabaja en un taller de jardiner¨ªa y se le ve feliz.
Mohamed, musulm¨¢n, acude todos los domingos a misa. "Es que es una misa diferente. Y aqu¨ª me han ayudado mucho. Yo soy musulm¨¢n, ?y qu¨¦?".
MAITE MOLINA(48 A?OS): "Consegu¨ª dejar las drogas gracias a su ayuda"
A Maite Molina, de 48 a?os, se le muri¨® su pareja hace dos d¨ªas. A pesar de la pena, acudi¨® ayer a la parroquia a apoyar a los curas y a pedir a Enrique de Castro, uno de los sacerdotes, que oficie una misa de duelo. "Me enganch¨¦ con 21 a?os a las drogas. He pasado por la c¨¢rcel, y siempre, siempre he tenido el apoyo de estos curas", explic¨® ayer. "Llevo muchos a?os sin tomar drogas. Lo consegu¨ª gracias a su ayuda. Ahora trabajo en la limpieza", a?adi¨®, mientras mostraba las palmas de sus manos curtidas.
Maite ha vivido siempre en Vallecas, pero desde hace dos a?os reside con su madre en un piso del barrio de La Ventilla. "No soportar¨ªa que cerrasen la parroquia. Ellos me lo han dado todo. F¨ªjate, ahora hasta soy abuela".
JOS? SANZ (35 A?OS)"Al salir de la c¨¢rcel, los curas me ayudaron"
Jos¨¦ Sanz, de 35 a?os, habla del cura Enrique de Castro como su "padre adoptivo". "Es que estuve ocho a?os viviendo con ¨¦l en su casa. Me acogi¨® despu¨¦s de que yo saliese de la c¨¢rcel. Cuando yo no ten¨ªa donde caerme muerto, ellos me ayudaron", cont¨® ayer Jos¨¦. En sus brazos llevaba a su hijo, de 11 meses. "Desde hace un tiempo vivo ya por mi cuenta, con mi mujer y mi hijo", a?adi¨®.
El cierre de la parroquia le parece "algo muy jodido". "Aqu¨ª ayudan a mucha gente, a los drogadictos, a los que no tienen papeles, a cualquiera que se acerque y llame a la puerta", afirm¨® Jos¨¦. Este hombre est¨¢ en paro, aunque tiene la ilusi¨®n de trabajar en el nuevo hospital de Vallecas. "He echado el curr¨ªculum, a ver si tengo suerte".
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