Reconstrucci¨®n de un atleta
El pertiguista Montxu Miranda regresa a la ¨¦lite tras varios a?os de lesiones que le obligaron a "empezar de cero"
Confiesa que temi¨® tener que retirarse, pero su determinaci¨®n por la p¨¦rtiga -"saltar es lo que m¨¢s me gusta hacer"- le ha devuelto al atletismo activo. Montxu Miranda (Santurtzi, 1976) ha dejado atr¨¢s tres a?os de lesiones de todo tipo y, como afirma, ha reconstruido su cuerpo y su mente "para empezar de cero otra vez". No le ha ido mal, porque en su regreso a la competici¨®n se colg¨® la medalla de bronce en el Campeonato de Espa?a en pista cubierta, celebrado en Sevilla en febrero. El saltador, afincado en Madrid, se muestra cauteloso, pero ya piensa en los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008. Calcula en 5,60 metros la distancia exigida para ganarse el viaje a Pek¨ªn, 21 cent¨ªmetros por debajo del r¨¦cord de Espa?a, que ¨¦l mismo posee. Acercarse a ese registro de 5,81 metros le resulta, de momento, una remota aspiraci¨®n.
"El reto es estar en Pek¨ªn. La marca que garantiza el pase estar¨¢ sobre los 5,60"
En realidad, el tormento de Miranda empez¨® mucho antes de 2004. "En 2001, tuve una lesi¨®n en la columna. Segu¨ª saltando, pero la espalda se qued¨® muy d¨¦bil". Obligado a detener su actividad, la vuelta no le fue mucho mejor. "Me romp¨ª el ligamento de un tobillo. A continuaci¨®n, tuve una rotura muscular y m¨¢s tarde, durante un salto, la p¨¦rtiga me produjo una fisura en las costillas". Consecuencia: adi¨®s a los Juegos de Atenas e interrupci¨®n de una trayectoria que hab¨ªa dejado, adem¨¢s del r¨¦cord, cuatro t¨ªtulos de campe¨®n de Espa?a al aire libre (1998, 1999, 2000 y 2003) y un noveno puesto en la final ol¨ªmpica de Sydney.
En 2004, se pas¨® ocho meses sin realizar un solo salto, y se dio un ultim¨¢tum de dos meses para continuar en el atletismo. "Seguir as¨ª era imposible". La soluci¨®n fue parar, pero esta vez sin prisas, porque no quer¨ªa estar "arrastrando las lesiones". "Tuve que regenerar el cuerpo y la mente, y empezar de cero. Perd¨ª la ilusi¨®n y la confianza, y muchas veces pens¨¦ en dejarlo todo. Es un proceso muy lento y se necesita mucha paciencia, pero encontr¨¦ el camino poco a poco", dice Miranda, quien, entre tanta confusi¨®n, se agarr¨® a sus voluntades m¨¢s claras. "El aspecto psicol¨®gico ha sido lo m¨¢s duro de la recuperaci¨®n, pero quer¨ªa volver, porque saltar es lo que m¨¢s me gusta hacer".
Antes de que su entrenador de toda la vida, Javier Navas, le introdujese en la p¨¦rtiga, Miranda ya practicaba en Santurtzi saltos de longitud, altura y triple. "Javier me ha ayudado mucho, al igual que mis compa?eros y mi familia". El atleta, quien comparte piso de alquiler en Madrid con otros deportistas, regresa a Santurtzi todos los a?os por vacaciones. En cualquier caso, no perdi¨® el tiempo durante su padecimiento. "He aprovechado para acabar la carrera de Magisterio de Educaci¨®n F¨ªsica, aunque me queda una asignatura que espero aprobar en junio o septiembre", indica.
El Gran Premio Ciudad de Zaragoza fue el torneo elegido, el pasado febrero, para situarse de nuevo en unos niveles m¨ªnimamente competitivos. A continuaci¨®n, el Campeonato de Sevilla, con la presea de bronce. "Todo el mundo se alegr¨® de volver a verme con la p¨¦rtiga, y las sensaciones en la pista fueron muy positivas", se?ala. Miranda no se fija ahora tanto en los cent¨ªmetros como en las se?ales que emite su cuerpo. "Hasta que termine el a?o, lo que quiero es acabar la recuperaci¨®n f¨ªsica y mental, volver a una capacidad normal para poder empezar el a?o que viene en plenitud de condiciones".
Y es que el pr¨®ximo es a?o ol¨ªmpico. "El reto es estar en Pek¨ªn. La marca que garantiza el pase estar¨¢ alrededor de 5,60 [una altura que el pertiguista no franquea desde 2002] y tal y como me estoy preparando, creo que podr¨ªa alcanzarla", afirma el saltador, quien ha asistido al despegue de la donostiarra Naroa Agirre durante su ausencia: "Tiene un gran potencial, y lo est¨¢ haciendo muy bien", agrega, antes de valorar su futuro. "Mi cuerpo no ha estado sometido a una gran exigencia los ¨²ltimos a?os, as¨ª que creo que, si no surgen m¨¢s problemas, me quedan varios a?os m¨¢s en el atletismo".
Su r¨¦cord de Espa?a, que data de 2000, tiene visos de perdurar algunos m¨¢s. Con esa altura, Miranda hubiese sido campe¨®n del mundo en la cita de Helsinki de 2005. "No veo a nadie capaz de superar esa marca, aunque tampoco le presto gran atenci¨®n", concluye al atleta vizca¨ªno. Su proceso de recuperaci¨®n tambi¨¦n equivale al esfuerzo de un r¨¦cord.
Contra los infortunios
La trayectoria de Montxu Miranda en el atletismo ha estado vestida, desde siempre, del aura del combate contra la precariedad. La Escuela Municipal de Santurtzi le vio dar los primeros saltos, cuando apenas ten¨ªa nueve a?os. Entonces tambi¨¦n participaba en carreras de velocidad y de vallas. Poco a poco las reemplaz¨® por la p¨¦rtiga, vista la altura a la que el joven atleta iba a llegar.
Las instalaciones de Santurtzi se le quedaron peque?as. La progresi¨®n que se le intu¨ªano decepcionar¨ªa a nadie. As¨ª que traslad¨® sus entrenamientos, de la mano de Javier Navas, a San Sebasti¨¢n, y no con pocos inconvenientes. "Aquella fue una ¨¦poca muy dura. ?bamos dos veces por semana a San Sebasti¨¢n, pero no ten¨ªamos coche. Hac¨ªamos una parte del viaje en tren y otra en autob¨²s, con el tiempo que eso conlleva". ?Y las p¨¦rtigas? "Las mandaba con antelaci¨®n con un servicio de mensajer¨ªa urgente, para que estuvieran all¨ª cuando llegara", recuerda, con una sonrisa.
Ha habido m¨¢s adversidades. A fines de 2001, Vodafone absorb¨ªa a Airtel, patrocinador del club atl¨¦tico de Moratalaz, en Madrid. Se disolv¨ªa la entidad y Miranda se quedaba sin ficha. El pertiguista llam¨® a su madre y le apremi¨® a que fundase ella un club. Al d¨ªa siguiente, inscribi¨® al Vaulter en el registro del Gobierno vasco. Eran precisas tres personas, y la madre de Miranda apunt¨® a sus propios padres.
As¨ª naci¨® un club con tres directivos y un solo atleta. El club de atletismo de Santurtzi le ofreci¨® su ayuda durante la recuperaci¨®n de las lesiones, y Miranda ha permanecido en ¨¦l hasta el a?o pasado.
Los mundiales tambi¨¦n han asistido a sus infortunios. En Atenas'97, se lesion¨® en la final, y dos a?os m¨¢s tarde, en Sevilla, en las sesiones calificatorias. "En situaciones as¨ª, complicadas, es como mejor aprendes a manejarte", dice.
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