La falsa Juana de Arco

Los supuestos restos de Juana de Arco, que muri¨® en la hoguera en 1431, pertenecen en realidad a una momia de hace entre 2.300 y 2.600 a?os, seg¨²n los an¨¢lisis cient¨ªficos realizados ahora de las reliquias custodiadas en un museo de Chinon (Francia), de la Archidi¨®cesis de Tours. El forense Philippe Charlier, con la ayuda de dos perfumistas, ha estudiado los restos y su conclusi¨®n es tajante: son falsos.

Los cient¨ªficos aclaran el fraude de los restos que se conservan en Francia

Una costilla humana supuestamente carbonizada, unos trozos de madera chamuscada, un trozo de lino de 15 cent¨ªmetros y un f¨¦mur de gato aparecieron en un tarro en el desv¨¢n de una farmacia en Par¨ªs, en 1867, con una inscripci¨®n: "Restos hallados bajo la estaca de Juana de Arco, virgen de Orleans". Pese a que leyendas, mitos y contradicciones rodean a la hero¨ªna y su tr¨¢gica muerte, la Iglesia reconoci¨® como aut¨¦nticas las reliquias del tarro. El hueso de gato no choca si se tiene en cuenta la pr¨¢ctica medieval de tirar un gato negro a la pira de ejecuci¨®n de supuestas brujas, puntualiza la revista cient¨ªfica Nature, donde Charlier presenta los resultados de su investigaci¨®n.

El cient¨ªfico forense y su equipo, tras obtener el permiso de la iglesia francesa, sometieron los restos contenidos en el tarro a todo tipo de an¨¢lisis f¨ªsicos y qu¨ªmicos con varios espectr¨®metros, microscop¨ªa electr¨®nica, pruebas de carbono 14 y estudios de polen. La ayuda de los perfumistas Sylvaine Delacourte (de la firma Guerlain) y Jean-Michel Duriez, (de Jean Patou) ha sido muy valiosa en la investigaci¨®n. Charlier expuso a sus excepcionales olfatos las supuestas reliquias de la santa y unas muestras de control, explica Nature. Los expertos del perfume dictaminaron: olor a yeso quemado y a vainilla.

Lo del yeso quemado ser¨ªa consistente con Juan de Arco, quemada en un poste de yeso y no de madera -para alargar su sufrimiento-, pero lo de la vainilla no cuadraba con la cremaci¨®n. "La vainilla se produce durante la descomposici¨®n de un cuerpo, pero no cuando ha sido quemado", explica Charlier, cient¨ªfico del Hospital Raymond Poincar¨¦ de Garches (cerca de Paris).

Las evidencias se fueron acumulando hacia la pista de la momia. Los an¨¢lisis de la superficie de la costilla y del f¨¦mur de gato demostraron que no hab¨ªan sido quemados, sino impregnados con productos vegetales y minerales -incluidos productos que explican el oro a yeso-, y no ten¨ªan rastro alguno de m¨²sculo, piel, grasa o pelo. Sin embargo, el material encajaba bien con los procesos de embalsamamiento, con una mezcla de resinas y otros compuestos qu¨ªmicos. El trozo de lino hallado en el tarro cuadraba bien con las vendas utilizadas para envolver las momias.

Por si fuera poco, hab¨ªa polen de pino, que no era una especie de la Normand¨ªa de la ¨¦poca de Juana de Arco, pero que se usaba en Egipto para embalsamar. Las pruebas de dataci¨®n con carbono-14 situaban los restos entre los siglos III y VI a. C. Charlier, que no se esperaba este resultado cuando empez¨® a investigar, recuerda en Nature que en la Europa de la Edad Media se usaban restos de momia en algunos remedios de botica.