Los palacios de los pobres monjes
Los monasterios, que en teor¨ªa se fundaron para llevar una vida de soledad, pobreza y oraci¨®n, acabaron convirti¨¦ndose, bajo el patronazgo de reyes y nobles, en centros de poder y explotaci¨®n de vastas comarcas, reflejo de lo cual eran los templos casi catedralicios, los elegantes claustros y los palacios anejos, acrecentados y embellecidos con lo mejor de cada siglo. Con el cambio, perdi¨® la religi¨®n, pero gan¨® el arte. En la regi¨®n destacan cuatro monasterios por su antig¨¹edad, su patrimonio y su entorno natural.
- Convento de San Antonio. Viendo la sierra de La Cabrera, tan ¨¢rida, jarosa y roque?a, cuesta imaginar el vergel que se oculta tras los muros de este cenobio, el agua corriendo por doquier a lo largo de centenarios canales de granito, despe?¨¢ndose en art¨ªsticos saltos y regando los bancales donde medran corpulentos casta?os y un almendro excepcional, que en flor parece una bola gigante de algod¨®n de az¨²car. Nada se sabe de su fundaci¨®n, pero la iglesia monacal, peque?uela y rustiqu¨ªsima, con cinco ¨¢bsides semicirculares escalonados, tiene elementos del siglo IX y trazas prerrom¨¢nicas; o sea, que es la m¨¢s antigua de Madrid.
El monasterio de Bernardos, ya olvidado, es de 1950 y su poderoso abad eleg¨ªa al alcalde
Fue de franciscanos desde 1404 hasta 2004 -salvo el siglo largo, tras la desamortizaci¨®n de 1835, en que lo poseyeron la familia de Goya y el doctor Jim¨¦nez D¨ªaz- y hoy es de misioneros, que lo tienen m¨¢s acicalado que nunca y gustan de ense?arlo. Merece la pena acercarse a pie desde el pueblo de La Cabrera, siguiendo un v¨ªa crucis de dos kil¨®metros con vistas a la sierra, bancos y versos del C¨¢ntico espiritual: "Mil gracias derramando / pas¨® por estos sotos con presura...". (Tel¨¦fono, 918 688 561; http://convento.lacabrera.org/).
- Santa Mar¨ªa de El Paular. Por deseo testamentario de Enrique II de Trast¨¢mara, que hab¨ªa quemado una cartuja en Francia y le escarabajeaba la conciencia, se fund¨® este monasterio que late desde 1390 en el pecho del valle del Lozoya. Los benedictinos se van turnando para ense?arlo a los turistas, haciendo hincapi¨¦ en el claustro -g¨®tico, con detalles mud¨¦jares- donde habr¨¢n de ser enterrados, as¨ª como en el retablo de alabastro policromado, de finales del siglo XV, que es la joya m¨¢s preciada del lugar. Tambi¨¦n se dedica un rato largo a ver el Transparente, un monumental sagrario rebosante de jaspes, m¨¢rmoles y tallas, cuyo mayor m¨¦rito es mostrar los excesos a que lleg¨® el barroco. Desde Rascafr¨ªa hay un delicioso camino peatonal que lleva en media hora a El Paular por las viejas alamedas del Lozoya. (Tel¨¦fono, 918 691 425; www.monasterioelpaular.com).
- San Lorenzo de El Escorial. Como san Lorenzo muri¨® asado, el monasterio que Felipe II mand¨® construir a mayor gloria suya en la solana del Guadarrama tiene forma de parrilla, una barbacoa grandecita -208 por 162 metros- de piedra berroque?a cuyas obras inici¨® Juan Bautista de Toledo en 1563 y remat¨® Juan de Herrera en 1584, y cuyos mayores atractivos para el visitante son los palacios -suntuoso el de los Borbones, sobre todo si se compara con la austeridad cartujana de la alcoba donde muri¨® Felipe II en 1598-, la bas¨ªlica, los panteones o la biblioteca. (Tel¨¦fono, 918 905 903; www.patrimonionacional.es)
- Santa Mar¨ªa de Valdeiglesias. A las afueras de Pelayos de la Presa, junto al polideportivo, yacen los restos de este monasterio, tambi¨¦n llamado de Bernardos o de Pelayos, otrora muy importante y hoy sumido en el olvido; un monasterio que fue fundado en 1150 por Alfonso VII y cuyo abad lleg¨® a gozar de tama?os privilegios que hasta el alcalde del cercano San Mart¨ªn de Valdeiglesias era elegido a dedo por ¨¦l... Expoliado tras la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal, el lugar se libr¨® de la ruina total gracias al arquitecto Mariano Garc¨ªa Benito, que lo compr¨® en 1974 y lo don¨® en 2003 al Ayuntamiento (www.pelayosdelapresa.org).
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