Al rescate del retablo
La iniciativa ciudadana y la Junta tratan de salvar la obra cumbre de Pedro de Campa?a en Triana
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El primer documento que revela la llegada a Sevilla de Pedro de Campa?a, uno de los grandes del Renacimiento espa?ol junto al Greco, es una anotaci¨®n de un escribano de la Catedral: "Se paga al maestre Pedro Campanero, flamenco, en 1537, 9.000 maravedises por la pintura que hace a las espaldas de los ¨®rganos grandes de la Catedral".
Aunque el escribano no ten¨ªa ni idea de quien era Pieter Kempeneer (Bruselas, hacia 1505-1572) y confunde su apellido, cuando el artista lleg¨® a Sevilla atra¨ªdo por la riqueza que se mov¨ªa en la ciudad y su puerto era ya un afamado pintor que iba a cambiar el rumbo del arte sevillano. "Se qued¨® en la capital andaluza 24 a?os, su ¨¦poca m¨¢s productiva, y su influencia fue crucial. Fue el primer artista que expresa emoci¨®n en un lienzo en el arte sevillano", explica Enrique Valdivieso, catedr¨¢tico de Historia del Arte y especialista en pintura sevillana. Sin embargo, a pesar de su importancia en Espa?a y de que sus pinturas cuelgan en grandes museos internacionales, una de sus obras cumbres corre peligro: el retablo de la iglesia de Santa Ana, en Triana. El conjunto, da?ado en un 25% de su superficie, necesita restauraci¨®n urgente pero la Iglesia dice que no tiene dinero para acometerla. Un grupo de ciudadanos, encabezados por el abogado Joaqu¨ªn Moeckel, ha abierto una cuestaci¨®n p¨²blica para reunir 240.000 euros.
A pesar de su importancia en la Historia de la Arte, el retablo de Santa Ana, considerada la mejor obra de Pedro de Campa?a "en cuanto a calidad y cantidad", en palabras de Valdivieso, tiene da?ado un 25% de su superficie y sufre "un progresivo descascarillamiento en la pintura de algunas tablas que se extiende y es irreversible", puntualiza el catedr¨¢tico, autor de libros como Pintura barroca sevillana (2003). El retablo de Santa Ana, una composici¨®n de 15 tablas que cuenta la vida de Santa Ana y San Joaqu¨ªn y de su hija, la Virgen, lleva casi 500 a?os aguantando no s¨®lo el paso del tiempo sino el humo y el calor de las velas, causantes de da?os irreparables en el conjunto.
"El retablo necesita una restauraci¨®n urgente que, seg¨²n una estimaci¨®n del Instituto Andaluz del Patrimonio -organismo que la realizar¨¢-, costar¨¢ unos 480.000 euros. Gracias a un convenio entre la Junta de Andaluc¨ªa y la Iglesia, la Junta asumir¨ªa la mitad del coste de la restauraci¨®n, pero la Iglesia ha dicho que no tiene dinero para aportar su parte, 240.000 euros, y por eso hemos empezado a reunir fondos. Hasta ahora se ha recaudado un 20% de esa cantidad gracias a aportaciones de empresarios y profesionales", precisa Valdivieso, quien ha escrito una monograf¨ªa sobre Pedro de Campa?a que est¨¢ pendiente de publicaci¨®n.
"El retablo de Santa Ana est¨¢ fechado entre 1550 y 1555 y es la obra m¨¢s importante que Pedro de Campa?a realiz¨® en Sevilla. Las 15 tablas tienen una gran capacidad narrativa. Adem¨¢s de la vida de los personajes, el artista introduce escenas de la vida cotidiana, arquitecturas, animales, plantas... Algo que era normal para el gusto flamenco, pero que entonces nadie hac¨ªa en Sevilla", explica Valdivieso.
El deterioro de la obra, que nunca se ha movido del lugar para el que fue realizada, se debe al "intenso oscurecimiento por los humos y el calor de las candeler¨ªas, al resquebrajamiento de la madera y al descascarillamiento de la superficie pict¨®rica, el peor de todos los males porque es progresivo", puntualiza Valdivieso.
El retablo fue, seg¨²n relata Francisco Pacheco en su Libro de los retratos en 1599, el motivo por el que Pedro de Campa?a abandon¨® Sevilla ya que este gran encarg¨® despert¨® la envidia entre sus coet¨¢neos e hizo que el artista decidiera volver a Bruselas en 1562, d¨®nde muri¨® diez a?os despu¨¦s.
El rastro del maestro
Cuando Pedro de Campa?a lleg¨® a la Sevilla del siglo XVI ven¨ªa de Italia, con una paleta cargada con el refinamiento y la composici¨®n de Rafael y Durero; adem¨¢s de la profunda luz del manierismo. Entre sus grandes obras que todav¨ªa pueden verse en Sevilla destacan El descendimiento de la cruz, una obra que pint¨® para la Iglesia de la Santa Cruz y que hoy cuelga en la sacrist¨ªa de la Catedral, en el mismo templo se encuentra el retablo de la presentaci¨®n de la Virgen; San Antonio Abad y San Pablo ermita?os, en la iglesia de San Isidoro, y la Virgen de los Remedios, en la Iglesia de San Vicente. Adem¨¢s, en la Iglesia de Santa Mar¨ªa en Carmona, se conserva el Retablo de San Bartolom¨¦.
Sus obra forman parte adem¨¢s de las colecciones de grandes museos como el Louvre en Par¨ªs, la Gemalde Galirie de Berl¨ªn y los museos de Varsovia, B¨¦rgamo y Montpellier, entre otros. Junto al retablo de Santa Ana, el catedr¨¢tico de Historia del Arte Enrique Valdiveso destaca otra obra de semejante calidad que Pedro de Campa?a tambi¨¦n pint¨® para Sevilla pero que se encuentra en la catedral de Le¨®n. Se trata de La adoraci¨®n de los reyes, una obra que hizo por encargo de un can¨®nigo sevillano que despu¨¦s fue nombrado obispo de Le¨®n y se llev¨® el tesoro consigo.
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