"Mis a?os con la Mafia han llegado a su fin"
Cuando se despiden Los Soprano, James Gandolfini (Nueva Jersey, 1961) sabe muy bien el legado que ha dejado en ¨¦l esta serie. "Que los gordos tambi¨¦n hacen el amor", se r¨ªe orondo y divertido. Tambi¨¦n lo dice en serio y con raz¨®n, porque el papel del mafioso Tony Soprano no s¨®lo ha conseguido para Gandolfini tres premios Emmy, sino que, contra todo pron¨®stico, ha convertido a este hombre grande, calvo y con aspecto de oso en un sex symbol de la peque?a pantalla, una figura que ya es parte de la cultura popular. "Pero mis a?os con la Mafia han llegado a su fin", aseguraba en el mismo tono antes de comenzar el rodaje de los que ser¨¢n los ¨²ltimos episodios de Los Soprano.
De la trama de ese final no suelta prenda para no destroz¨¢rselo a los espectadores. "No ser¨¢ nada corriente porque a David no le gustan las cosas obvias", afirma. David es David Chase, el cerebro detr¨¢s de Los Soprano y el hombre al que Gandolfini no duda en agradecer toda su carrera. A ¨¦l y a los escritores, porque para este actor tard¨ªo el verdadero secreto de la serie est¨¢ en sus guiones. "Yo les llamo vampiros porque sacan la inspiraci¨®n de todos los lados, pero Chase es el verdadero creador de mi personaje, de su evoluci¨®n, no yo. Es mucho m¨¢s listo que yo y no me importa reconocerlo", admite.
Cuando Gandolfini lleg¨® a Los Soprano era poco m¨¢s que un actor secundario que pas¨® por el Actors Studio tras a?os de ganarse la vida como gorila de garitos nocturnos en su Nueva Jersey natal. La serie, reconoce, fue para ¨¦l una perfecta oportunidad de sacar algo de dinero durante un a?o sin salir de la ciudad. "Nunca pens¨¦ que la cosa fuera a durar tanto", a?ade.
En ese tiempo, Gandolfini se ha convertido en una estrella, con todo lo que ello conlleva. Demandas salariales estratosf¨¦ricas que estuvieron a punto de costarle el trabajo (se rumore¨® su sustituci¨®n por Brad Garrett nunca confirmada) y que situaron su sueldo en un mill¨®n de d¨®lares por episodio (745.000 euros), el divorcio de su esposa Marcy y noticias sobre sus arranques de divismo en el set. Pero llegada la hora de la despedida, el actor suena m¨¢s pr¨®ximo a un osezno que a un oso rabioso. "La despedida est¨¢ siendo dif¨ªcil. M¨¢s de lo que pensaba. Me he divertido mucho con este grupo. Lo que digan ellos es otra historia. Pero ha llegado el momento", a?ade entre risas alguien m¨¢s bien parco en palabras.
Lo que menos echar¨¢ de menos de la serie son las largas sesiones de psicoan¨¢lisis con la doctora Melfi. No es que tenga problemas con su compa?era de reparto en estas escenas, Lorraine Bracco, sino que m¨¢s bien el problema es el tono sombr¨ªo de las mismas, por lo general tomas largas, muy intensas y con mucho di¨¢logo. "Son muchas l¨ªneas y yo soy de natural vago", apostilla. Sin embargo, con lo que disfruta es con esos ataques de rabia est¨²pida que le dan a su ¨¢lter ego de vez en cuando. Una forma de sacarse la energ¨ªa del cuerpo, que no le importa llevarse a casa una vez concluida la serie. "Adem¨¢s de cambiar mi situaci¨®n financiera, Tony Soprano tambi¨¦n me ha hecho m¨¢s disciplinado", a?ade en agradecimiento a su personaje.
Pese a ello, Gandolfini tiene claro el futuro. "Quiero alejarme lo m¨¢s posible de Tony", afirma con rotundidad. Los primeros intentos no le han llevado muy lejos, y su paso el a?o pasado por la pel¨ªcula Todos los hombres del rey junto a Sean Penn y Jude Law se hundi¨® por el poco ¨¦xito de la cinta en las pantallas estadounidenses. Gandolfini tambi¨¦n quiere probar suerte en otro campo, el de la producci¨®n, y tras a?os de relaciones con la cadena estadounidense de pago HBO, responsable de Los Soprano, tiene un acuerdo con ella para intentar adaptar un par de libros al cine. "Producir s¨ª que es duro, pero lo voy a intentar. Como actor, uno est¨¢ acostumbrado a echarle la culpa a todo el mundo de todo, pero como productor, es a ti a quien toca hacer las llamadas. Es casi como ser el director".
Sin perder su iron¨ªa habitual, Gandolfini tambi¨¦n habla de ese otro futuro y, seg¨²n dice, no le importa. "Acabar¨¦ interpretando peque?os papeles, el tercero, cuarto, quinto personaje del reparto. Y estar¨¢ muy bien porque es mejor hacerse a la idea de que eso es lo que acabar¨¢ pasando", comenta realista. ?Y una vuelta de Los Soprano? "Eso, en diez a?os, cuando estemos todos arruinados. Entonces ser¨¢ cuando hagamos la pel¨ªcula de Los Soprano o algo por el estilo", a?ade jocoso.
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