Delirios etarras
ETA ha querido monopolizar la celebraci¨®n del Aberri Eguna con un nuevo comunicado, tambi¨¦n en esta ocasi¨®n elaborado bajo la forma de entrevista. Los terroristas insisten en considerarse como la ¨²nica instancia capaz de definir la realidad, y de ah¨ª que vuelvan a confundirla con sus delirios. Responsabilizan al Gobierno de no haber escuchado "lo que dice el pueblo", cuando la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos no cesa de decirle a ETA que repudia el crimen y la violencia como instrumentos pol¨ªticos. Aseguran que el atentado contra la T-4 de Barajas "no ha roto nada", cuando esa acci¨®n seg¨® de ra¨ªz la vida de dos trabajadores ecuatorianos, aparte de provocar importantes destrozos materiales. Afirman que es "el momento de actuar con responsabilidad", cuando al mismo tiempo organizan comandos de asesinos y elaboran listas de lo que consideran objetivos militares, y que no son, en realidad, sino representantes pol¨ªticos, funcionarios y hasta simples ciudadanos.
Los terroristas muestran un extraordinario cuidado verbal en no declarar formalmente la ruptura de la estrategia de di¨¢logo adoptada en mayo de 2005 por el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, insistiendo en que s¨®lo se encuentra bloqueada. Se trata de una argucia a la que no se le puede conceder credibilidad alguna, por m¨¢s que la acompa?en con nuevas ofertas de "asumir compromisos firmes con un escenario de ausencia de violencia". Son los terroristas los que recurren a las bombas y las pistolas y, por tanto, s¨®lo les corresponde a ellos propiciar ese escenario que se?alan. Con una precisi¨®n a?adida despu¨¦s del atentado del 30 de diciembre, y es que el list¨®n para que el Estado pueda considerar cualquier medida extraordinaria se sit¨²a en un punto muy concreto: la renuncia definitiva a la violencia y la consiguiente disoluci¨®n de la banda.
La ¨²nica novedad relevante en el comunicado es la amenaza de cometer nuevos atentados si la izquierda abertzale no puede presentarse a las elecciones auton¨®micas y/o municipales. ?ste es el palo que acompa?a a la zanahoria de "asumir compromisos". Los terroristas tienen que recibir un claro mensaje de que sus promesas no tientan a nadie, lo mismo que nadie se dejar¨¢ asustar por sus bravatas. El camino para que la izquierda abertzale pueda concurrir a las elecciones no es presentar una nueva marca que haga algunas concesiones a la legalidad y, al tiempo, confiar en que la amenaza de la violencia obligue a transigir a las instituciones y a los dem¨®cratas. En realidad, dispone de un camino m¨¢s corto y m¨¢s directo: cumplir la ley, algo que no ha hecho hasta ahora la ilegalizada Batasuna. Los terroristas, con todo, declaran "no sentirse ilegales". Es otro fruto de sus delirios; en este caso, el de creer que son ellos quienes dictan la ley.
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